La tía Pickachu transformándose en un ícono pop de la revuelta.

Lo mismo la iconografía que inmortalizó al negro matapaco.

O a muchxs participantes de la primera línea.

Luego los cosplayers y otakus llenando de colores y carteles las marchas.

Los tik tokers y fanáticos del k-pop convirtiéndose en el grupo de activismo digital más potente del mundo.

Y bueno, terminamos viendo como la aprobación del retiro del 10% voluntario de los ahorros de las AFP fue celebrado por la diputada Pamela Jiles, la abuela, que vio en este grupo un ejército aliado hace ya un buen tiempo, corriendo como Naruto por el Congreso.

El diagnóstico es más que evidente: la cultura otaku, cosplayer, animé y k-pop, históricamente ninguneadas como gustos de las y los marginados, se transformó en un actor más que relevante en los movimientos sociales que actualmente se están enfrentando al poder, en Chile y el mundo.

Conversamos con el artista visual Wladymir Sasha Bernechea Bravo (@wladymir_b) y la activista y cosplayer Sailor Antiyuta (@la_sailor_a) al respecto.

Les presentamos el primer capítulo de Informe Pousta, esperamos que lo disfruten:

*Foto de portada: @fotosdeamalia

https://www.youtube.com/watch?v=oSkUUUJT-8E