Iñigo Urrutia al desnudo: nos habló de política, diversidad sexual y su regreso a TVN

“Me interesa la política, la buena gente que hace buenas cosas por la gente, por el pueblo. No tengo una buena opinión de Piñera, pero tampoco tengo una buena opinión de mucha gente de la política”, nos contó Iñigo Urritua, quien será parte de Almas Perdidas, una obra que retrata la miseria en las urbes chilenas a inicios del Siglo XX y se estrena este mes.

El teatro “no es una profesión o un oficio fácil. Si te quieres dedicar a ser un actor de teatro uno tiene que considerar mucho el respeto al escenario y al público, al oficio y a lo que quieres decir. Creo que un artista tiene el deber de comunicar algo, de entretener, de incomodar, de hacer reflexionar”, nos explica de entrada Iñigo.

“Si quieres ser actor lo vas a hacer igual, para descubrir quién eres tú, es fundamental para poder revelar tu alma en ese personaje o en esa obra que puedes estar haciendo”.

Sus padres fueron tajantes con él desde el principio. No querían que fuera actor así que tuvo que convencerlos, y lo dejaron, pero bajo ciertas condiciones: “Mi papá me dijo que tenía que ser el mejor actor, lo cual fue una hueá, porque creo que ponerle esa condición a alguien me parece absurdo, no creo que exista el mejor en nada (…) hay que ir aprendiendo. Hay que hacer las cosas con calma y hacerlas bien, se trata de trabajar, es lo más importante, el talento es un pequeño porcentaje”.

Para Iñigo las nuevas generaciones están asistiendo más al teatro. Ha podido ver cómo el público se interesa en las obras o en arte escénico. Los jóvenes y la gente en general están asistiendo más al teatro, desde las compañías se están planteando temas más interesantes que logran conglomerar pensamientos divergentes y nuevas maneras de ver la vida en sociedad.

“Creo que los cabros quieren ver cosas nuevas, les interesa vivir la experiencia del teatro, de lo que ocurre en el escenario. Siempre le he tenido fe a las generaciones nuevas”.

El actor nos cuenta que para él el teatro es una expresión más honesta que hay, por sobre el cine y la televisión. “Ocurre ahí, con sus fallas, con sus blancos, con todo lo que ocurre, usualmente ocurre ahí y en ese momento. En las obras en las que me interesa estar o en las que más me siento parte son obras que son mi política y mi religión. Temas que me interesan y que a la gente le interesan, son un espacio de honestidad absoluta”, continúa.

“En el teatro están pasando muchas cosas, hay mucha gente más chica haciendo cosas importantes, hay política, hay feminismo, hay discursos, hay intereses, gente que prueba cosas, gente que ha hecho teatro siempre que están siempre renovándose, nos vamos mezclando como generaciones, vamos haciendo una voz”.

Iñigo volví a TVN para grabar la nueva nocturna “Dime quién fue”. Volvió a encontrarse con un equipo de producción y un equipo técnico que no veía hace mucho tiempo. Tras cada episodio, cada novela o producto final hay un equipo de camarógrafos, maquilladores, de utilería, entre otros. “Siempre he sentido que mi arte o el arte que yo elegí hacer es un arte colectivo y todos hacemos un engranaje del producto final. Al principio estaba muy nervioso, porque me tocaba trabajar con gente de peso, que son emblemáticos”.

“Los personajes son más humanos, les pasan cosas, son más humanos, salen de la caricatura y de lo superficial, ojalá que lo mantengamos hasta el final. Es lindo volver a TVN”, dice sobre su regreso a la estación estatal.

“Me interesa la política, la buena gente que hace buenas cosas por la gente, por el pueblo. No tengo una buena opinión de Piñera, pero tampoco tengo una buena opinión de mucha gente de la política”, sigue.

“Agradezco que el gobierno de Bachelet aportara mucho desde el lugar del que pudo, en ese sentido bien”, comenta antes de volver a grabar “Dime quién fue”.

“Los cambios ocurren en un país a medida que van ocurriendo en el mundo, no creo que falte mucho para el matrimonio igualitario, por ejemplo”, agrega.

En Chile las personas trans son discriminadas, incluso más que los gays y las mujeres. En televisión no hay actrices y actores que sean trans. ¿Tendremos en algún momento un actor o una actriz trans en la televisión? Ya tuvimos a Daniela Vega en la gran pantalla, pero ¿cómo se podría gestar esto?

Yo creo que como vimos a Daniela Vega en una película, vamos a ver gente trans en la televisión, porque para allá va destinada la televisión y el mundo en general, a veces a pasos lentos, a veces en unos lugares más que en otros, pero confío que esa es la evolución que tiene que ver con los seres humanos y con las sociedades, tal vez nosotros no la vamos a vivir, quizá sí, las cosas van tan rápido últimamente que demás que sí.

Urrutia además se encuentra preparando un monólogo llamado “Hombre con pies sobre una espalda de niño” un texto de Juan Claudio Burgos. Esta es la primera vez que el actor prepara un monólogo, lo que lo tiene entusiasmado, nervioso y contento. “Lo está dirigiendo Nelda Muray, una directora de La Dramática Nacional, y esto se estrena el 07 de diciembre”.

“Es un retrato sobre un chico en el día de su primera comunión, hace analogías con el golpe de Estado, los militares, una familia ausente, con la Iglesia Católica como telón de fondo. Entre sus recuerdos, fantasías y testimonios de lo que ha vivido. Es un texto muy lindo”.

Almas Perdidas

En el mes de Junio se iniciaron los ensayos de la obra teatral “Almas Perdidas” del dramaturgo Antonio Acevedo, estará protagonizado por Hugo Medina, Iñigo Urrutia, Agustín Moya, Francisco Puelles y Giordano Rossi, y se estrenará el 26 de octubre en el Teatro Principal del Centro Cultural Matucana 100.

El montaje consiste en el rescate de tres de las obras de teatro social más destacadas escritas por Acevedo a inicios del Siglo XX y que, a pesar de su relevancia, han sido puestas en escena profesionalmente en muy pocas ocasiones. Esta Trilogía de obras está formada por los montajes “Chañarcillo” (Obra más vista en M100 el 2014), “La Canción Rota” (Obra más vista en M100 en el 2016) y “Almas Perdidas”.

El proceso de montaje ha contado con la participación de dos destacados personajes del ámbito cultural nacional: Osvaldo Cádiz, se ha desempeñado como asesor en el área Folclor y también el Premio Nacional de Historia Gabriel Salazar, quien ha realizado una asesoría teórica referida al contexto en que se desarrolla el texto del dramaturgo.

​La ciudad de Santiago en el año 1922 es el escenario en el cual se desarrolla esta obra. En un típico Conventillo, en las cercanías del Río Mapocho, se entreteje la vida de obreros, prostitutas, policías corruptos y dirigentes sindicales.

La obra gira en torno a una triada de personajes que tienen como punto en común el deseo de salir de la marginalidad: “El Aguilucho” un ex presidiario alcohólico en busca de rehabilitación y reinserción, “Oscar” un huacho hijo del patrón que anhela con ser un intelectual y “Vidal” un líder sindical honesto y comprometido con la causa social.

​Es, a su vez, un retrato de la miseria en las urbes chilenas a inicios del Siglo XX y una crítica a la segregación y escasa movilidad social a la que históricamente se ha visto expuesta la clase obrera chilena.

Está dirigida por Carolina Araya, Nelda Muray y Carola Rebolledo, y cuenta con las actuaciones de Hugo Medina, Iñigo Urrutia, Agustín Moya, Carolina Araya, Francisco Puelles, Jorge Rodríguez, Carola Rebolledo, Nelda Muray, Emilio Sepúlveda, Javier Araya, Leonardo De Luca, Roberto Vallejos, Giordano Rossi, Cesar Ramírez, Pablo San Martín, Carmen Demarta, Katy Campos, Paola Lucero, Alejandra Pérez y Francisco Cuevas.

Iñigo es Óscar en Almas Perdidas. Óscar trabaja en la mutual de obreros y es tesorero, su madre es una mujer ciega y está enamorado de Laura, ambos viven en un Conventillo. La historia transcurre mientras son apuntados como hermanos, pese a no serlo, pero se criaron juntos y la madre de Urrutia, en la obra, los vio crecer. Acá se tocan temas que recorren la marginalidad de la época, la insalubridad capitalina y es un reflejo de la pobreza y el hacinamiento.

Urrutia construyó Óscar, a partir de testimonios, conversaciones, lecturas, documentales, observando personajes, en el centro. “Los personajes siempre están ahí, rondando”, nos confiesa antes de despedirse amablemente.

*fotos gentileza de Welovemodels.cl

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