Así fue como Instagram trasladó todos los antivalores de la TV a Internet

¿Es IG el culpable de que La Red mutara de ser un lugar de intercambio de opiniones e información que no entregaban los medios tradicionales a ser un despeñadero de narcisismo y búsqueda incesante de likes?

instagram

La Primavera Árabe es considerada uno de los últimos grandes fenómenos sociopolíticos de la historia contemporánea y se configuró como una revolución social que terminó con los gobiernos de mandatarios que llevaban décadas en el poder. De esa manera, el mundo fue testigo de como Mubarak en Egipto, Gadaffi en Libia, entre otros, cayeron ante la revolución de una ciudadanía que exigía cambios. Que pedían en las calles el fin de los regímenes de poder. Un pueblo árabe que, en resumidas cuentas, exigía a gritos más democracia.

En todas estas revoluciones el papel de Internet fue clave, o más precisamente, el rol de las redes sociales, que sirvió como herramienta clave para la comunicación y la organización de las manifestaciones que dieron a conocer los nuevos liderazgos y posturas políticas sobre lo que estaba ocurriendo, cosa que antes, debido al control de los Estados sobre los medios, era muy difícil de conseguir.

Para el blogger iraní Hossein Derakhshan existe un punto de quiebre en el fin de las herramientas digitales como armas democráticas y espacios de debate: la llegada de Instagram. Derakhshan fue detenido en 2008, justo en medio del auge de la opinión online y la expresión libre, sobre todo por el liderazgo que tomaron los blogs, los cuales se enfrentaban a la credibilidad y establishment de los medios tradicionales. Tras recuperar su libertad, en 2014, se encontró con un mundo digital totalmente decepcionante para él; un mundo en donde pareciera haber más preocupación por la obtención rápida de likes en desmedro de crear contenido crítico.

Para Derakshan, Internet se parece cada vez más a la televisión, una situación paradójica, ya que el fenómeno social llevó a millones de personas a hacer el tránsito de la televisión a Internet porque encontraban que la primera era una una fábrica de basura, en donde la cosificación del ser humano, la potenciación de los estereotipos y la total carencia de contenido relevante parecía de mayor importancia que hacer un verdadero aporte. En resumen: cosas del rating. Ahora, Internet está haciendo lo mismo en redes sociales como Instagram o Snapchat, verdaderas vitrinas de cuerpos sin alma.

Según el bloggero, Instagram es mejor reflejo de esta suerte de pérdida de contenido y pérdida del interés por crear y aportar con contenido. Para él, la red social desarrollada por Facebook es lo más cercano al concepto televisivo del reality show: parecer para ser. Ahora es común ver en Instagram una vida que no parezca elevada y de infinitas oportunidades, con un montón de ángulos y elementos que representan una vida perfecta. Hasta en las aplicaciones de citas es difícil no encontrarse con fotos de potenciales amantes que no salgan a espaldas de lugares icónicos de Europa o del Caribe, todo con el fin de demostrar “hey, vivo bien y por ende soy de fiar”.

Instagram, que en un principio se presentó como una herramienta para darle un toque más bonito a nuestras fotos, ahora es la galería de la vida que la sociedad te impone que debes tener. Ya no importa si es una buena foto, lo importante es si es buena generadora de likes para entregarte satisfacción y un efímero sentir que te hace creer que eres relevante para algunos.

Ante esta realidad, Derakshan asegura que el imperio de la imagen se ha instalado y que en un futuro, a pesar que está seguro que la escritura nunca morirá, el concepto de leer y escribir pasará a ser cada vez más una cuestión de la elite, mientras la masa se emboba viendo las vidas de las celebridades y de los ricos compartiendo likes.

Como si todo eso no fuera suficientemente desolador, un estudio de Royal Society for Public Health, una ONG de salud pública en Inglaterra, publicó un estudio que asegura que Instagram es la red social que más daño ha hecho a los jóvenes, pues incremente la sensación de ansiedad. “Instagram hace que jovenes y mujeres sientan que sus cuerpos no son lo suficientemente atractivos, por lo que los editan con filtros para que luzcan perfectos“. Además asegura que crea sensaciones de inseguridad, y de creer estar siempre perdiéndose algo que está pasando en otro lugar.

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