Fuimos a ver el show de Jani Dueñas junto a Paloma Salas, Horregias y Paloma Elgueta y casi explotamos de risa.

Todo el público expectante. El Teatro Nescafé de las Artes, repleto a más no poder. Un vestíbulo lleno de fans no sólo de Jani Dueñas, ahí estaban los seguidores de Paloma Salas, de Horregias y de Paloma Elgueta. Los minutos les pasaban lentos, querían que el show empezara. Existía una “ansiedad cómplice” entre los radioescuchas del Dueñas de Salas, quienes durante estos nueve días se dedicaron a entregarle amor, contención digital y mensajes de sororidad a través del grupo en Facebook dedicado a su último programa en Big Radio.

El show parte a las 21:09 hrs., ahí es cuando Paloma Salas y Jani Dueñas aparecen, cada una por un costado para llegar al centro y darse un abrazo, uno que sería premonitor al resto del show: esto se trata de amigas, amigas trabajando juntas, amigas pasándolo bien, amigas dándose apoyo, sororidad. Sororidad pura. El público aplaude a Jani de pie, con gritos, son claros en expresar su apoyo.

El inicio del show funcionó como cierre. Ambas utilizaron el primer bloque, para cerrar con uno de los segmentos favoritos del programa que compartían y que las llevó a ser el segundo programa online con más reproducciones en Spotify de Chile, el Es Verdad. Dramatizaron los comentarios de las noticias más disparatadas sobre el paso de Dueñas por el festival “comunal” de Viña del Mar, cerrando así uno de los mejores ciclos en los programas radiales chilenos.

Luego llegó el turno de la banda de lesbopunk-rock Horregias, quienes no sólo cantaron sus más grandes éxitos, sino que profundizaron en las demandas feministas del país y fueron tajantes al referirse a que el aborto no es excluyente de las corporalidades no-heterosexuales; también utilizaron los micrófonos para disparar contra las instituciones y las organizaciones que se han llenado, históricamente, la boca hablando de derechos para las personas de las poblaciones LGBTIQ+ en Chile, pero que se han hecho los sordos y ciegos ante el asesinato de Nicole Saavedra.

Terminando el bloque musical aparece en el escenario Paloma Elgueta, otra activa participante del Dueñas de Salas, cantando Gabi, Gabriela Mistral junto a las Horregias. Su rutina consta de los mejores chistes de lo que va de su carrera. Al igual que todo el espectáculo, no quedó exenta de activismo y de discurso político, reiterando la invitación de las protagonistas a unirse a la huelga feminista del 8M. Sacó aplausos a los pocos minutos de subirse al escenario. Su humor recorre con facilidad las reflexiones de una “golosa”, a quien le gusta masturbarse y fumar marihuana al mismo tiempo. Es asertiva y locuaz, con un excelente manejo en el escenario. El público la adora y se lo demuestra, su rutina ronda los 20 minutos y son constantes las carcajadas. Cantó, para finalizar, una canción basada en la discriminación que ha sentido desde niña por no ser hegemónicamente flaca, siendo dura contra la dictadura de los cuerpos y enunciando una revolución contra la gordofobia imperante.

Es el tiempo de Paloma Salas. Dura un poco más de media hora, y su mamá, ya un personaje recurrente en sus rutinas, aparece como uno de los mejores chistes de la noche. Este es un casi un clásico de Salas, pero presentaba nuevas inserciones que hacían de este chiste uno mucho mejor al que ya estábamos acostumbrados a oír. La comediante brindó una rutina sólida, ingeniosa, graciosa; una explosión de risas que deslumbró. Un excelente material que deleitó al público que disfrutó de toda su participación en el escenario.

Era el turno de Jani Dueñas, la más esperada de la noche. Todos los ojos estaban puestos en la feminista. Se abrió paso junto a las Horregias y cantó No Hay Nada Más Feo Que Una Mujer Borracha, a modo de respuesta por todas las “críticas” que se alejaban de su rutina y cuestionaban su performance con un vaso de whisky, tratandola de irreverente, una “crítica” simplista, baga, misógina que los medios mainstream chilenos dieron al respecto de su presentación de noches atrás. Los mismos que esperaban verla caer, pero que tendrán que seguir esperando.

Jani Dueñas tiene muchos fuertes, uno de ellos es su personalidad sobre el escenario. Se presenta en un bar, en un teatro, en una toma universitaria o en un festival de la misma manera y con el mismo optimismo y templanza que la caracteriza, también con ese ímpetu de señora amargada que causa gracia y llena de sonrisas los rostros de los espectadores que logran identificar el humor en una práctica simple de la vida como lo es el beber alcohol, o quejarse de los niños, o de los animalistas, por ejemplo.

Más de 900 personas en el público. Más de la mitad aplaudiendo de pie su rutina, Jani Dueñas ya no tiene razón para ser eclipsada por un show de una noche. Su trabajo, trayectoria y talento se justifican sobre el escenario, y con su participación activa dentro de los movimientos sociales y no sólo con su stand up o con su trabajo en la radio.

Dueñas es una comediante feminista y debe ser leída desde esa perspectiva.

El feminismo siempre responde a una vanguardia, a un pensamiento de vanguardia, a un ir más allá desde la base de exigir lo justo, partiendo por la emancipación de las mujeres de los hombres y del sistema. Jani Dueñas lo sabe, y su humor está ahí en esa vanguardia.

Teatro Nescafé de las Artes

Leer la rutina de las comediantes feministas desde la crítica feminista permite encontrar las diferentes capas y profundidades que ofrece un humor reflexivo en cuanto a las situaciones de las mujeres, a la situación en Chile que también se replica en latinoamérica, o a cómo la clase política encuentra cada día nuevas formas de superarse.

No sólo habló de temas polémicos, ya que fue capaz de abordar la cotidianidad de una vida en Santiago, las lecturas rápidas de los diarios murales que ofrecen talleres con diferentes propuestas posmodernas, la astrología, la vida sexual, la pornografía.

Versionó Bohemian Rhapsody con su poema Chanta un Peo en la Tula, y se despidió del teatro con carcajadas, aplausos y ovaciones.


Volvieron todas las participantes de la noche para cantar la última canción con las Horregias, Causal de Aborto. Aplausos de pie.