“Quien solo busca ser influencer, sin unos ideales ni nada que lo sostenga, se pierde por el camino y realmente no llega a nada”, dice el comunicador español.

Javier Ruescas es un madrileño licenciado en Periodismo, autor de la trilogía Cuentos de Bereth (Editorial Versátil), Tempus Fugit. Ladrones de Almas (Alfaguara), PLAY, SHOW y LIVE (Montena), Pulsaciones y Pulsaciones, coescritas con Francesc Miralles (SM), Las Crónicas de Fortuna (Destino), El (sin)sentido del amor (Montena), la Saga Electro (Edebé), coescrita con Manu Carbajo y Prohibido creer en historias de amor (Montena).

El escritor y BookTuber (YouTuber dedicado a hablar de literatura) es uno de los escritores más conocidos entre el público juvenil. Su canal en YouTube es seguido por más de 240.000 personas. Es profesor y trabaja como editor; además viaja por el mundo dando conferencias sobre literatura, tecnología y lectura.


En su canal y redes prima la información relacionada con libros, cine y música mezclada con momentos de su vida. Disfruta leyendo cómo a través de sus perfiles se reúnen personas de todas las edades y lugares del mundo creando puntos de encuentro y adiciones comunes.

Hay jóvenes a los que les encanta leer, pero por desgracia no encuentran a nadie con quien compartir esa pasión y acaban creyendo que son raros. Gracias a fenómenos como el de Booktube se dan cuenta de que no están solos”, dice Javier Ruescas en conversación con POUSTA.

Cultura PopTube

Los youtubers somos creadores que utilizan esa plataforma para darse a conocer

En YouTube encuentras músicos, pintores, narradores, realizadores, deportistas, analistas, periodistas, comunicadores en general “por decir algunos perfiles” narra Ruescas. Gente que comparte sus puntos de vista y su manera de ver el mundo en videos que en promedio duran cerca de 10 minutos.

“Es evidente que la cultura pop está influenciada por quienes crean el contenido ahí, igual que los youtubers se ven influenciados por quienes actúan fuera del medio. Lo peligroso siempre es tratar de generalizar y de meter en un mismo saco a todos los que trabajan en YouTube. Cada uno es distinto. Tenemos nuestra voz, nuestra mirada y nuestra forma de compartir quiénes somos con los demás, y como es lógico, habrá gente que prefiera ver a unos en vez de a otros”.

Me preocupa que alguien busque, como fin, ser influencer. Pienso que llegar a tener influencia debe ser algo que surja de otras actividades, de una manera de ser, de pensar, de algo que haces, que disfrutas y que contagias a los demás. Quien solo busca ser influencer, sin unos ideales ni nada que lo sostenga, se pierde por el camino y realmente no llega a nada.

Influencia e Internet

Los YouTubers han logrado acaparar gran parte del mercado en Internet, a través de redes sociales es común verlos promocionar todo tipo de productos, desde jabones o detergente hasta películas o series.

Javier es un crítico al respecto, le preocupa que alguien busque ser influencer sólo por serlo. La influencia, dice, viene de otro tipo de actividades como de una manera de pensar en especial o de ser que se contagia y se disfruta. “Quien solo busca ser influencer, sin unos ideales ni nada que lo sostenga, se pierde por el camino y realmente no llega a nada”.

Como cualquiera, yo me he metido en discusiones en Internet, siempre por temas que me preocupan o me parecen injustos, y habrá quienes estén desacuerdo con mis ideas y quienes no.

Siempre desde el respeto, explica, y teniendo una cosa muy clara: nunca sabes quién te va a leer y que todo lo que se pone en internet es imborrable. “Incluso lo que creemos que ha desaparecido, perdura”.

Javier Ruescas y la GenZ

Javier disfruta escribir desde que tenía 11 años. Es un placer y una necesidad. Sus novelas se tratan de compartir su mirada del mundo y le ayudan a entenderse. “Me parece fascinante que algo que imagino yo, solo, en mi ordenador, conecta con tantas personas con realidades tan diferentes. Eso es lo increíble del arte y de la literatura en concreto”.

Como uno de los booktubers con más presencia en el medio, transmitir su pasión por los libros y el arte en general es un trabajo que le toma desde el corazón hasta la edición. Lee atento los debates en los comentarios y cree que esa comunidad puede llegar a conclusiones muy interesantes sobre temas variados, sobre todo si después los puede conocer en ferias y eventos.

¿Con qué otros YouTubers te gustaría trabajar? ¿Te gustaría colaborar, por ejemplo, con Soy Una Pringada?

Andrea Compton y yo somos amigos desde hace años y, en mi opinión, es una de las mejores comunicadoras de nuestro país. Su contenido siempre me hace reír y me encanta que lo haga desde el respeto.

Colaborar con ella, con Jedet, con María Herrejón o con Manu Carbajo fue muy bonito porque además pudimos hacerlo para luchar contra el bullying.

Ahora mismo estoy enfocado en nuevos proyectos, tanto en solitario como en compañía de otros creadores de contenido, ¡Veremos qué me depara el futuro!.

En Prohibido creer en Historias de Amor hay una cuestión de prolijidad y de lectura continúa, de fácil acceso y de fácil digestión; lo que hace a este libro una pieza interesante para quienes deseen ingresar en el mundo de la lectura de novelas; en este sentido es un espacio literario perfecto para la generación Z o para los últimos millenials. ¿Siempre quisiste ir en ese camino?

Tengo la suerte de contar con lectores de todas las edades desde que empecé, pero me alegro de que la mayor parte de mi público sea joven porque viven las historias como nadie. Las hacen suyas, las comparten, les mueven por dentro de una forma especial. Si además consigo que gente que no ha leído nunca descubra el placer de la lectura, más feliz me hace.

Para mí, Prohibido creer en historias de amor es una novela que habla sobre lo difícil que es ser uno mismo, más con todas las cámaras que siempre tenemos a nuestro alrededor. La historia de Cali y Héctor me ha ayudado a hablar sobre la familia, el arte, los amigos y el valor de la intimidad, que cada vez está más olvidado.

¿Qué te sigue sorprendiendo?

Por suerte, me sigue sorprendiendo el día a día: todo lo que vivo, la gente que conozco, sus anécdotas, los viajes, las experiencias, las películas, series, libros, canciones o pinturas que descubro… Creo que dejaré de escribir cuando deje de sorprenderme. También me sorprende, y me tranquiliza, ver que a pesar de todo el odio que parece existir en el mundo, el amor sigue siendo mucho más poderoso.