Algunos podrán decir que en su último video Swish Swish está “intentando demasiado”, pero yo lo veo más como “dándolo todo”. Y te explicaré la diferencia.

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Te habíamos contado que no veíamos bien a Katy, que sentíamos que algo andaba mal, que la veíamos como una bolsa de papel, flotando medio a la deriva con el viento. Que poco iba quedando de ese fuego artificial, de esa leona que nos cautivó desde el atrevido-aunque-tímido “I kissed a girl”.

Y es que claro, los años en la cima, cerca del sol, aturden, insolan, encandilan, y muchas veces como a Ícaro, queman las alas. Y se sabe. A mayor altura se llega, más fuerte es la caída.

La verdad es que teníamos miedo y dentro de toda la confusión y estados alterados que nos provocaba ver a una Katy Perry tan errática incluso llegamos a creer/plantear que podía estar siendo víctima de una especie de control mental en su contra como venganza por haberse manifestado tan frontalmente contra Donald Trump.

Por supuesto los quiebres amorosos, la feroz y afilada competencia con su ex amiga Taylor Swift (que justo hoy también lanza nuevo single), algunos desaciertos artísticos, también podían estarle pasando la cuenta.

Entonces, no fue tan sorpresivo que “Witness” su último disco no haya tenido una recepción explosiva. Para ser justos, también hay que decir que el pop tampoco está en su mejor momento y ha tenido que ir cediendo espacios a otros ritmos chiclosos, como el reggaeton o rap o el trap y sus derivados, que le hicieron el cambiazo. Si antes el rapero/reggaetonero era el feat. del popero, ahora el popero es el feat. del reggaetonero/rapero. Eso te lo contamos acá.

Entonces bueno, Katy tenía el camino cuesta arriba y ella parecía ir cuesta abajo. Pero repuntó y eso nos (en verdad me, acá en la oficina son más Tayloristas) tiene muy contento(s). Porque Katy Perry en Swish Swish no se ve incómoda e hipersexualizada como en “Bon Apetit” ni desesperada por lograr un himno distópico como en “Chained to the rythim” (aunque igual lo logra).

Lo reconozco, un malpensado (o Taylorista), podría pensar que en “Swish Swish” Katy Perry lo está intentando demasiado. Yo creo que no, creo que es otra cosa. No es lo mismo el “intentarlo demasiado” que “darlo todo”. Porque sí, Katy lo da todo: sale Gaten Matarazzo (Dustin de Stranger Things), el Backpack Kid, Terry Crews de Brooklyn Nine-Nine, Doug the Pug, las estrellas de Glow, la Montaña de GOT, Molly Shannon de SNL, harto chiste-meme, y una recatada Nicki Minaj haciendo el feat., el video no se siente como “intentándolo demasiado” sino- y perdonen que me repita- como “dándolo todo”.

¿Y saben que más? Yo me quedo con la sonrisa medio cansada pero alegre, acaso satisfecha, de Katy en la secuencia final de baile, uno relajado y juguetón, no sexual, de celebración. Me da la idea de que es en ese contexto donde Katy Perry brilla como un fuego artificial. Cuando se ve feliz. Me gusta que sea feliz. : )