La mentira es el nuevo negro de la ciencia. Una palabra tan fascinante como intrigante, se convirtió en la última inquietud de un grupo de científicos que estudian saber “la verdad” sobre las mentiras.
¿Nadie ha dicho una mentira? Mentira. Ahora, el punto es poder diferenciar una mentira “blanda” de una “heavy”. Las mentiras son como las palomas, sobran… pero, ¿cuál es la motivación para mentir? ¿por qué tenemos que mentir? ¿qué ganamos con mentir? ¿nadie mide el peso de las cosas que dice y con quién las dice? ¿cómo se enseña a no mentir? ¿tenemos que volver a nacer para dejar de mentir? ¿hay que desayunar helado de alfajor para pensar distinto?
Ayer conocí a Dan Ariely – psicólogo fundador del Centro de Investigación de la Retrospectiva Avanzada y profesor de Psicología y Economía Conductual en la Universidad Duke, en EE.UU., – y fue un amor a primera vista. Él es responsable de desarrollar todas las respuestas e interrogantes humanas que no nos permiten llevar un estilo de vida sensato y racional.
Sus intereses son darle protagonismo a una espectro de comportamientos que para muchos no necesitan ser estudiados, pero: ¿qué pasa cuando una mentira se convierte en algo irreversible?
Dan trabaja con un equipo de profesionales para desarrollar estudios que corroboren sus hipótesis, como también las postula en sus estudios, en libros y en un documental que se llama (Dis)Honesty: The Truth About Lies – tarea para la casa y verla, está en Netflix -, donde declara:
“Aunque sepas que está mal, la gratificación inmediata anula lo que sabes que es correcto”
No somos malos humanos; simplemente somos humanos que buscamos tener aceptación social y si una mentira te puede ayudar a lograrlo, ¿hay que mentir porque está socialmente aceptado? Un ejemplo terrenal: las redes sociales de alguien adict@ a representar “las últimas tendencias”, que tenga como objetivo personal lograr sacar el mejor Instagram desde el momento que sale de su casa, comprar seguidores y ser falsamente popular. Una mentira tapada y fomentada por likes – el círculo vicioso de internet -.
Sólo tenemos que pensar en protegernos de nuestro mal comportamiento – y del mal comportamiento de los demás, – y dejar de actuar por actuar, simplemente por tener aceptación social.
¿Cuáles son nuestra limitaciones éticas? Al entender nuestro mundo físico, entendemos nuestra limitaciones. Pero cuando se trata de la mente, olvidamos que las tenemos. Mentir hace mal y nos está matando como sociedad. Todas las guerras, odio y robos millonarios son a raíz de las mentiras. ¿Nadie es realmente como es?
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