La historia no es nueva y dividió a un país: tres amigos viajaron al Sudeste Asiático buscando el viaje de sus vidas en tierras donde priman los paisajes paradisíacos. Dos ellos, a falta de reserva previa en un hotel, llegaron hasta una zona de mala reputación en Kuala Lumpur para descansar previo al viaje en Tailandia, su destino final.
Lo que pasó esa noche llevó a Osiadacz y su amigo, Fernando Candia, a pasar 15 meses dentro de Sungai Buloh: una de las cárceles más hacinadas de Malasia.
Las circunstancias que los llevaron a pasar más de un año encerrados fue el asesinato de Yusaini Bin Ishak, trabajadora sexual transgénero que persiguió a Candia hasta el hotel para supuestamente exigirle el pago de sus servicios. En el forcejeo entre los tres, Yusian murió y ambos chilenos quedaron detenidos acusados de homicidio culposo, delito por el que arriesgaban la pena de muerte.
El caso fue seguido durante un año por los medios de comunicación del país aunque poco se sabía exactamente sobre las condiciones de vida que ambos amigos sobrellevaban dentro del penal. Por eso llama la atención que, después de meses bajo el completo hermetismo, Felipe Osidiacz decidiera hablar sobre el asunto.
“Después que nos arrestaron nos pasaron una ropa naranja, defecada, con orina, rota. Teníamos que dormir en el piso sin almohada ni frazadas, con temperaturas que te hacían transpirar todo el día y, en la noche, mucho frío. En esos días me conté en el cuerpo más de 120 picadas de zancudo; después ya ni me preocupé de seguir contándolas. Estaba, literalmente, como un perro”, afirmó
“Hubo seis meses que estuve encerrado en la pieza y que no me abrieron la puerta, ¡la mitad de un año no pudimos salir de una celda de 14 metros cuadrados! No teníamos ni permiso para salir 15 minutos a caminar ahí mismo en el block. Seis meses, éramos diez personas y el único espacio que tenía era donde cabía mi cuerpo”, contó para Canal 13.
Felipe también dejó entrever que su salida de Malasia fue más bien irregular. Llegó de forma ilegal a Chile en abril de este año y asegura que no puede dar más detalles del asunto por los resquicios legales que podría afrontar.
Actualmente, se encuentra preparando un libro que detalla su experiencia en el Sudeste. Puedes revisar la entrevista completa acá.
Osidiacz también concedió una entrevista en la misma línea a La Tercera .
Pese a lo gráfico que fue el joven en su descripción de las más que precarias condiciones que vivió en la cárcel, la reacción en redes sociales, fue muy diferente a la que seguramente esperaba su defensa. “Lavado de imagen” acusó la mayoría de los internautas, que además hicieron hincapié en que se refirió a la joven transexual como “el” y que los medios se prestaron para promocionar su libro y charlas motivacionales.