La supervivencia de los sentineleses, el grupo humano más aislado del mundo, corre peligro por la intromisión del explorador que intentó evangelizarlos.


La muerte de John Allen Chau no ha generado empatía dentro de la opinión pública, porque sin quererlo, su fallecimiento puede generar el exterminio de la misma tribu que lo atacó tras invadir el espacio aislado que comparten sus habitantes en medio del océano Índico

La tribu de la isla Sentinel -ubicada a más de 1000 kilómetros de cualquier puerto de la India- se encuentra en extinción y su contacto con el mundo exterior ha sido nulo desde hace 60 mil años cuando sus primeros pobladores llegaron en balsa desde África.

Desde entonces, han vivido ajenos a cualquier tipo de influencia moderna y existe la prohibición explícita de que cualquier persona se acerque hasta las costas del lugar.

Sin embargo, la regla fue eludida por Allen Chau que pagó ilegalmente a unos pescadores para llegar hasta la zona. El explorador -que tenía como intención evangelizar a los aborígenes- fue asesinado minutos después de tocar tierra y su cuerpo permanece en la isla hasta el día de hoy.

Existe la prohibición explícita de mantener contacto con los habitantes de la isla Sentinel

Lo anterior genera un problema muy grande, porque el sistema inmunológico de los habitantes de Sentinel no es inmune a enfermedades como la gripe y las bacterias excretadas por el cuerpo de Allen Chau pueden provocar la muerte de todos los pobladores de la isla.

La falta de contacto por parte del resto del mundo con los habitantes se debe justamente a esto: el acercamiento hacia ellos puede provocar su desaparición como ha ocurrido en diversas situaciones en la historia de la humanidad (el contacto perpetuado por grupos de evangelizadores han acabado con poblaciones y razas enteras de personas).

John Allen Chau fue duramente criticado por romper esas reglas incluso después de muerto, poniendo en jaque la situación de los habitantes de la isla Sentinel y su supervivencia.

Fueron los mismos pescadores quienes -luego de ser arrestados por violar la privacidad de los habitantes de la isla- informaron sobre la muerte inmediata del viajero que fue atacado con flechas a los pocos minutos de llegar hasta la playa. Llevaba consigo una pelota de fútbol y tijeras como una forma de hacer contacto con los lugareños.


Allen Chau fue un viajero que dedicaba su tiempo a explorar lugares recónditos siempre cargando una biblia y una pelota de fútbol, pues creía que ambos elementos podían unir comunidades y culturas. Ya había intentado hacer contacto con los sentenileses siendo recibido con flechas según consignó en su diario de vida.

Antes de morir, Allen Chau escribió que intentaría retomar el contacto con los isleños alegando que usaría su fe para hacer un acercamiento (que terminó siendo fatal).

Muchos han criticado al viajero por ser un intruso y la necesidad de los cristianos de entrometerse en lugares que no les compete haciendo que su presencia se convierta en todo un riesgo para la salud de los aborígenes más propensos a sufrir enfermedades del mundo.

La tribu de la isla Sentinel mantuvo contacto con el gobierno indio en un par de oportunidades antes de volver a mostrarse hostil. Se desconoce el número de habitantes de la isla -aunque se espera que sean unas 50 o 100 personas-. El último contacto formal que se intentó mantener con ellos fue luego del tsunami del año 2004 para verificar su supervivencia, algo que nuevamente ha sido puesto en jaque gracias a esta nueva sobreexposición que los mantiene en boga de una crisis inmunológica.