La joven que con apenas 26 años ya parece tenerlo todo, contó a revista W el lado triste y paranoide de la fama.
W Magazine la ha erigido como la versión coreana de Gigi Hadid. Lee Sung-Kyung se hizo famosa el 2014 cuando el director Kim Kyu-Tae estaba haciendo un casting para su nueva serie “It’s Okay That’s Love”, buscando una cara nueva para uno de los roles. Lee Sung-Kyung ya era modelo y la hija del director era su fan. Cuando la niña le mostró a su papá la cuenta de instagram de Lee, de inmediato la quiso para su serie.
“It’s Okay That’s Love” salió al aire en uno de los canales más importantes de Corea con sus 16 capítulos. Después de aparecer en la serie las ofertas de trabajo le llovieron, logrando seguir su carrera de actríz con “Cheese in the Trap” en 2015 y luego “Doctor Crush”. El año pasado logró su primer papel protagónico en “Weightlifting Fairy Kim Bok Joo”, por el que fue reconocida con dos MBC Drama Awards, la versión Coreana de los Emmys.
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Con todo eso sumado a su experiencia, Lee Sung-Kyung ya era una estrella, y lo había logrado sin ningún título formal de actuación. Cuando se terminaron las grabaciones de su último proyecto decidió viajar a París sola, donde sabía que nadie la reconocería. “Ese año en París fue muy sanador, me hizo aterrizar. Siendo una persona muy pública nunca tienes tiempo para ti mismo. Incluso cuando estás solo, sientes que todos te están mirando y no puedes escapar de ellos”, aseguró a W Magazine.
Ella es una celebridad particular, ya que a diferencia de todo el resto no le gusta publicar contenido de publicidad en su cuenta de Instagram y saca todas sus fotos (tomadas por sus amigos) con una cámara profesional. Asegura que prefiere estar en un lugar privado y nunca saldría de la casa sin un jockey, por la paranoia que le provoca ser reconocida y objeto de rumores por solo “salir a caminar con un amigo”.