En una ceremonia que duró más de tres horas, mucha música salió de acá, como también momentos polémicos.

Un año más, otra premiación de los Grammys. La celebración de lo mejor de la música anglo se llevó a cabo la noche del domingo 28 de enero en el Madison Square Garden, en New York, y desde 2003 que la ceremonia no se hacía afuera de Los Angeles, California. Son 60 años en los que la Academia de Grabación lleva entregando estos premios, donde la música se vuelve protagonista y los gramáfonos a veces se vuelven secundarios.

Conducido por el británico James Corden, conocido por su programa The Late Late Show With James Corden y su segmento estrella Carpool Karaoke, la ceremonia tuvo puntos altísimos, tanto en el show como las presentaciones en vivo de los artistas, en una emisión que duró más de 3 horas al aire.

Pero no todo es perfecto, así que aquí te resumimos lo bueno, lo malo y lo WTF de los Grammys 2018:

LO BUENO

Las presentaciones en vivo: Los Grammys estuvieron de aniversario, así que era necesario tirar la casa por la ventana. La ceremonia comenzó con Kendrick Lamar, nominado a siete premios, con un potente mensaje político sobre el poder, el racismo, la violencia y el estado actual de Estados Unidos bajo la administración Trump. En escena le acompañeron Bono y The Edge de U2, interpretando la canción “XXX.” del disco DAMN. y Dave Chappelle.

https://www.youtube.com/watch?v=EpG3CbBbvhc

La música, como el arte, siempre está a la par de los cambios sociales. Cada vez más el hombre blanco está menos presente en este tipo de premiaciones y los puntos altos de la noche estuvieron a cargo de mujeres y hombres negros, latinos e inmigrantes.

Childish Gambino, el alter ego musical de Donald Glover nominado por 5 gramófonos, demostró todo su poder de hombre renacentista del 2018; Rihanna lo dejó todo bailando y cantando con DJ Khaled y Bryson Tiller; Bruno Mars y Cardi B le pusieron color y vibra de los 90 interpretando “Finesse”; Luis Fonsi y Daddy Yankee le sacaron lo gringo a la ceremonia para cantar el éxito mundial “Despacito” y traer representación a los millones de latinos que viven en EE.UU.; Kesha cantó su single triunfal “Praying”, después de una larga batalla legal con Dr. Luke, junto a Camila Cabello, Cyndi Lauper, Julia Michaels, Andra Day y Bebe Rexha, y SZA cantó con los pulmones en la mano sus 5 nominaciones al Grammy con “Broken Clocks”.

Como broche de la noche, Logic, Alessia Cara y Khalid se repitieron el plato de la presentación de los VMAs 2017 y los Latin Grammys 2017 con “1-800-273-8255”, dando un discurso final sobre la migración en Estados Unidos, el abuso y las diferencias que hacen a este mundo tan especial.

https://www.youtube.com/watch?v=ySHfO-ICuGc

Hilarry Clinton leyendo “Fire and Fury”: Mic. Drop. ¿Cómo podemos describir la maravilla que es ver a la ex candidata presidencial leer un extracto del controversial libro sobre la vida de Trump dentro de la Casa Blanca? Es oro puro, no solo por la reacción de Clinton, sino que por la de todos los artistas leyendo un pedazo del caos detrás de la campaña y gobierno del actual Presidente de los Estados Unidos. Tienes que ser bastante nefasto para que incluso tu ex contrincante se burle de ti.

Los mejores vestidos de la ceremonia: Esto es solo para recrear la vista, porque como valor musical no tiene mucho. Pero el fashion siempre dará para hablar.

Rita Ora y SZA.

Lana Del Rey y Lady Gaga.

Zayn, Daddy Yankee y Childish Gambino.

Cardi B, Camila Cabello y Janelle Monáe.

LO MALO

Seguir dándole tribuna al country: Ok. Entendemos que los Grammys son premios el 99% entregados a música gringa, pero para una ceremonia televisada al mundo entero no es necesario poner a artistas de country que nadie conoce, a menos que sea Taylor Swift antes de 1989. No hay nada más “white people problems” que escuchar una balada sobre un hombre malo y una mujer que sufre. Aburrido.

¿Dónde quedó el rock?: Está claro que hoy por hoy, el rap, el R&B, el reggaetón y el pop son los generos predominantes de las canciones más escuchadas y los discos más vendidos, pero para una ceremonia de casi cuatro horas es raro que U2, una banda que francamente no saca un éxito desde hace años y que lo único bueno que han sacado fue esa colaboración con Kendrick Lamar, sea la única presentación en vivo de una banda de rock. Dave Grohl no aprueba esto.

Mucho dinosaurio: Ya, sí, sí, sí. Eran los 60 años de los Grammys, pero no era necesario hacer un popurrí de músicos que ya están en sus sesentas o más para dar a entender que era una cita especial. Nanai para Sting, Elton John y Patti Lupone.

LO WTF

Bruno Mars ganándoselo todo: ¿Kanye, dónde estás cuando te necesitamos? El hawaiano es una superestrella del pop, el nuevo Michael Jackson, pero es imposible pensar que un disco reguleque como 24k Magic le haya ganado al DAMN. de Kendrick, el Melodrama de Lorde, el 4:44 de Jay-Z o el Awaken, My Love! de Childish Gambino. No tiene ningún sentido, porque todos esos discos eran mejores opciones que ese. Ni hablar de mejor canción del año, donde competían “4:44” y “1-800-273-8255”. Te queremos Bruno, pero nunca tanto.

Las mujeres perdieron, como siempre: La supremcía del hombre pareciera no tener fin. Además del premio a Mejor Artista Revelación, que se lo llevó la canadiénse Alessia Cara, y la Performance de Rap, de Rihanna con Kendrick, todos los premios fueron robados a las chicas. Ni SZA, ni Lorde, menos el de Mejor Canción Pop, que en una categoría de 5 mujeres contra 1 hombre, Ed Sheeran terminó ganando. Qué le pasa al mundo, al menos Shakira ganó a Mejor Álbum Pop Latino por El Dorado.

Estos numeritos: Sin comentarios, solo mire.

Jaden Smith y Kali Uchis, los queremos.

Joy Villa, a ti y a tu vestido pro vida no los queremos. Chao, para la casa.