Jordan Belfort, quien inspiró “El lobo de Wall Street,” y ahora se promociona a sí mismo como el gurú de las criptomonedas. Es consultor y entrenador de ventas, y cobra decenas de miles de dólares por sesiones privadas.
En un principio Belfort se mostró escéptico frente a las criptomonedas, incluso grabó un video publicado en YouTube sobre los peligros de Bitcoin. Lo llamó una “maldita locura” y “delirio masivo”.
Hoy recibe a nueve entusiastas y empresarios de blockchain para realizar un taller de criptografía durante un fin de semana en su casa ubicada en Miami Beach.
El encuentro se paga con un Bitcoin por un asiento, equivalente en efectivo a $ 40,000 USD.
A sus 59 años descansa junto a su piscina en una soleada mañana de abril mientras bebe Red Bull. Relata una historia de advertencia a sus invitados. No trata sobre su encarcelamiento por 10 cargos de fraude de valores y lavado de dinero: en esta historia él era la víctima.
Te podría interesar: El criptoactivismo feminista de Nadya Tolokonnikova
Durante el otoño pasado un hacker había robado $300,000 en tokens digitales de su billetera de criptomonedas.
Recibió las malas noticias en la cena de un viernes, mientras le contaba a un amigo sobre la vez que hundió su yate debido a una fiesta llena de drogas a mediados de los 90.
El pirata informático transfirió los Ohm (token de criptomoneda) a una billetera separada. Transacción públicamente visible e irreversible.
“Puedes ver dónde está el dinero. Es lo más frustrante”, dijo Belfort.
Independiente de su buena fe en criptografía, el Lobo cree que el fraude es un gran problema en la industria de activos digitales y manifestó que está expectante ante “la regulación en la industria de la criptografía”.
Sin duda Belfort es el más calificado para discutir el tema del fraude financiero.
En la década de 1990, la firma que fundó, Stratton Oakmont, operaba un sofisticado esquema de manipulación de acciones. En el apogeo de su riqueza, él y sus socios comerciales consumían enormes cantidades de cocaína, sedantes y empleaban regularmente a prostitutas. Lo cual lo llevó a cumplir 22 meses en prisión.
Mr. Belfort dice que se arrepiente de su comportamiento en aquellos días. Estuvo mal y se podría haber hecho aún más rico si no hubiese quebrado la ley.
“Me perdí el boom del internet. Habría generado 100 veces más dinero”, explica Belfort, “Vives y aprendes”, concluyó.