Hace varios días veníamos preparando un artículo acerca de lo nefasto que puede ser a veces en Chile “comer afuera”, y es porque independiente muchas veces de que un lugar pueda gustarte o no por su carta, hay un hecho innegable y es que usualmente la atención es pésima.

Dentro de ese contexto, Bernardita Ruffinelli (@Bruffinelli) se mandó una joya el día en ayer en su blog con un post titulado “Los 5 errores fatales de cafeterías y restoranes chilenos” que dice más o menos así:

Teniendo maravillas culinarias de norte a sur, y con todo lo buenos que somos pal diente, Chile no es estandarte de tours gastronómicos como Perú o Argentina; y tengo mi teoría dividida en 5 pilares fundamentales basados en la experiencia de ser vecina consumidora de todo tipo de lugares, desde cuchitriles infestos de completos en ciudades de mierda que huelen a salmonella, hasta las siutiquerías pomposas de chefs igual de pomposos en la capital:

  1. No te reciben con la carta: en muchos lugares se acerca quien te ve a atender y pregunta qué vas a querer, sin siquiera haberte entregado la carta aun, te la entregan después de preguntarte si la quieres. OBVIO que la quiero, poh aweonao! Eso no se pregunta, se entrega en cuanto se saluda y se entrega una por comensal, digamos NO a la ordinariez de entregar menos y tener que compartirlas.
  2. Las ensaladas pueden ser algo más que hojas verdes. Paren con su mierda de reducción de costos y paren la weá de ofrecer todo sobre un colchón de lechugas o una cama de hojas verdes, eso no es más que relleno barato para servir unos bowls mounstrosos llenos de hojas y donde cualquier otro ingrediente hay que salir a buscarlo con pinzas.
  3. Las mesas siempre con la pata coja. Yo entiendo que fabricación de mobiliario chilensis puede ser como el pico, pero si vas a comprar muebles rascas mal hechos, al menos date el trabajo de emparejarle las patas cojas y que no sean tus clientes quienes deben andar en cuatro equilibrando las patas con muños de servilletas o chapitas de cerveza.
  4. Los garzones no conocen la oferta. No saben responder preguntas sin preguntarle a alguien más, cortémosla con el mal servicio y preparemos al personal, no es posible que quien atiendeno sepa el menú del día o las sugerencias del chef de memoria. O que no sea capaz de resolver cuando un cliente solicita modificar un menú o ingredientes de un puto plato! Necesitamos disciplina y autonomía, y eso se logra cuando contamos con colaboradores entrenados para servir y no para llevar la cuenta rápido. Y no olvidemos que si pagas con maníes, es posible que solo tengas monos trabajando.
  5. ¿Qué es esa rotería de cobrar la mayonesa aparte? ¿Me estás hueviando? Esto es lo más ordinario que he visto en restoranes y fuentes de soda que se las dan de tradicionales, republicanas y populares. No podís cobrar la mayo aparte, weón! Sobre todo cuando tu mayo es conocida como casera y buena. Debiera transformarse en tu valor agregado ganador, tu caballito de batalla, tu potencial diferenciador y ser un bonus track de tus maravillosos productos. La mayonesa NO ES TU NEGOCIO CONCHETUMADRE! No te vas a hacer rico vendiendo tu mayo , ten un poco de dignidad y entrégala a destajo cons tus otros productos por los que sí estoy dispuesta a pagar feliz. Sea digno señor dueño de restorán. En serio, sea digno.

Lo que encuentro más impactante de todo lo que nos dice, es que en Chile salvo contadas excepciones, hemos institucionalizado el que ciertos lugares tengan una atención pésima y ejemplos no faltan, sobre todo en cuando a sangucherías clásicas como el Tip y Tap o Lomit’s, aunque al final del día nadie se escapa, ni las grandes franquicias americanas como Ruby Tuesday o similares.