La música es más que simples acordes y voz; es sentimientos, emociones, energía y en algunos casos, la razón de vivir. En Cuba, durante los 80’s y los 90’s existían unos jóvenes de largas melenas que disfrutaban del punk y el rock. Los llamaban Frikis y esta es la historia de los punks y metaleros que se autoinyectaron con sida.
El postcast estadounidense RadioLab realizó una alianza una radio online de centroamerica llamada RadioAmbulante. De la colaboración, se recuperó una de las tantas historias perdidas del régimen Cuba durante los 80’s y 90’s: Los Frikis.
Los Frikis nacieron a principios de los 80’s, cuando escuchar música extranjera era todo un desafío. Para hacerlo, se consiguieron radios a pila con frecuencia modulada que alcanzaban algunas emisoras de Estados Unidos. El Rock y el Punk llegó a un grupo de jóvenes en Cuba y fue ahí el comienzo de los Frikis.
Se vestían de negro y tenían el pelo largo. Nada extraño a un metalero contemporanero. La única diferencia es que ellos vivían en Cuba, en los años 80. Un régimen socialista imperaba la isla y la guerra fría era el telón de fondo. El problema surgió…
La música de los Frikis iba en contra del régimen en Cuba. El ideal musical del régimen era escuchar a Silvio Rodriguez o salsa, no Sex Pistols o Los Ramones, “la música del enemigo”.
A los Frikis poco le importó que su música no representara la dictadura de su país. Pero al país si le importó que muchachos de pelo largo con poleras de bandas gringas anduvieran rondando por las calles. Muchos Frikis fueron detenidos y encarcelados, solo por no cumplir con los patrones del socialismo.
Pero el mismo gesto de autoritarismo que ejerció el régimen es contra lo que apela el Rock y el Punk. Las detenciones no los detendrían y cada vez eran más. Muchos de estos jóvenes fueron expulsados de sus casas sus look y por el miedo que se respiraba en la isla. No los quería el régimen. Tampoco sus familias.
En la búsqueda de un espacio para compartir, disfrutar y tocar punk rock, llegaron a una casa de la cultura en La Habana. Los Frikis no tenían nada que perder al consultarle a la administradora si podían ensayar ahí. La administradora, María, aceptó de buena fe. Años más tarde la casa de la cultura se transformaría en “El patio de María”, el lugar de reuniones de Los Frikis y sede de múltiples conciertos de Punk, Rock, Metal, DeathMetal y todos sus derivados.
Finalmente, los Frikis tenían un lugar. Luego de que el gobierno y sus familias los rechazara, el Patio de María los aceptó. Pero lo bueno no dura para siempre. El régimen descubrió este lugar y no dudó en clausurarlo. Los Frikis, nuevamente, no tenían hogar.
Los años pasaron. Eran los principios de los 90’s y los Frikis seguían existiendo. Algunos vivían en la calle, otros en casas con más Frikis. Pero el país no iba bien. Se aproximaba el fin de la guerra fría y Cuba lo sentía. La escasez de alimentos y vivienda era notoria y sería aún peor luego del termino del financiamiento del a Unión Soviética.
Como si fuera poco, una extraña enfermedad llega a Cuba: el SIDA. Nadie sabía lo que era. No existían tratamientos ni información sobre aquello. El régimen respondió a la enfermedad creando un “sanatorio”, una especie de cárcel para los infectados de SIDA.
Algunos Frikis, sin conocimiento, se infectaron de SIDA y conocieron el sanatorio. Un lugar donde les daban una vivienda y comida tres veces al día, incluyendo carne y todo gratis. No pasó mucho tiempo para que la descabellada idea de querer estar dentro del sanatorio se esparciera entre los Frikis. Solo había un problema: para estar dentro, hay que estar infectado de SIDA.
La necesidad de los Frikis los llevó a autoinfectarse unos a los otros. Luego iban al sanatorio, le hacían el test y daba positivo. Para adentro. Con el paso del tiempo, la gran mayoría de los Frikis se había autoinyectado para entrar al Sanatorio. Tenían comida y una cabaña gratis. Además, estaban todos juntos.
La idea de hacer música dentro del Sanatorio no demoró en llegar. Con alguna guitarra vieja y una batería improvisada, nació la primera banda. Pero nunca llegaron a dar su primer concierto.
Y es que los Frikis lo habían olvidado. Estaban infectados de SIDA. El guitarrista de la banda murió y al mes después lo hizo el bajista. Poco a poco los Frikis comenzaron a morir a causa de la enfermedad. La paranoia hizo su efecto; comenzaron los arrepentimientos, la tristeza y la locura. De lo único que se podían aferrar los Frikis era de la música, porque ya no tenían vuelta atrás.
Yohandra y Gerson se conocieron en el Sanatorio. En el 2000, de los 60 Frikis que habían, quedaban 5. Yohandra fue infectada de SIDA al tener relaciones sexuales con un Friki. En esos años, no sabían que se podía contagiar con relaciones sexuales. Notificaron a Yohandra luego de que el Friki infectado hiciera una lista con las chicas que mantuvo relaciones sexuales. Yohandra estaba en la lista y Yohandra estaba con otro hombre y embarazada.
El régimen culpó a Yohandra de contagiar deliberadamente el SIDA, por lo que primero le hicieron un aborto y segundo, la encarcelaron por tres años. Ella tenía 18 años.
Por otra parte, Gerson siempre fue un Friki, pero nunca se infectó de SIDA para entrar al Sanatorio. Siempre los iba a ver en las visitas y con el tiempo, empezó a notar como cada vez eran menos los residentes del sanatorio. Comenzó a consumir anfetaminas cada vez con mayor frecuencia. Un día, la policía lo descubrió y lo sentenciaron a 4 años de cárcel.
Ir a la cárcel no era una opción para Gerson. Se negó tan rotundamente que se le ocurrió una alocada idea: inyectarse SIDA para que lo lleven al Sanatorio. Pasó algún tiempo antes de que diera con algún Friki con SIDA; muchos habían muerto. Pero encontró a uno.
Yo llevaba la jeringuilla… Y con el cordón de los zapatos me canalicé la vena y le extraje la sangre de él y me la puse en mi brazo.
Yohandra y Gerson se conocieron en el Sanatorio y no se separaron. En el 2010 el Sanatorio cerró, pero ambos siguieron viviendo en la cabaña como ocupas.
Yohandra perdió ambas piernas debido a un problema de salud, por lo que usa silla de ruedas. Gerson y Yohandra siguen juntos como los últimos Frikis que quedan en Cuba. Solo los Frikis, una especie en extinción, pueden estar enfermos de SIDA y enfermos de amor.
Si te gustó la historia, escucha el podcast relatado por sus propios protagonistas en RadioAmbulante a través del siguiente link.
https://soundcloud.com/radioambulante/los-sobrevivientes