Es una locura deportiva que bien vale la pena probar y podría apostarte que no vas a querer parar más.

NO es el autor de la nota

 

Pasa que uno cree, por ejemplo, que por jugar una o dos veces por semana a la pelota con los amigos (no en una liga, eso es otro cuento), y no sé, ir en bicicleta a trabajar, vas a tener un estado físico más o menos decente.

Y puede ser que sí. Si lo que buscas es “más o menos decente”.

Ahora, deja contarte lo que he descubierto gracias a apenas un mes yendo a clases de Madness, que es como el primo chico del Crossfit, una buena forma de iniciarte en esta verdadera religión del deporte.

Son clases que duran exactamente una hora en la cual vas a ser literalmente exprimido como un bendito limón. Ni trotando, ni corriendo, ni yendo al gimnasio, ni jugando futbol o tenis o lo-que-sea a todo sol vas a sudar de esta manera. Se divide en 3 o cuatro series de ejercicios entre de elongación y de movimientos simples que trabajan los músculos por grupo que están científicamente pensados para 1. quemar calorías y 2. acelerar tu metabolismo de tal forma que desde la primera clase te vuelves medio “adicto” o “evangelizado” por el subidón de endorfina que te deja elevado de forma casi permanente.

Es difícil de explicar: sales raja, muerto, pero al mismo tiempo con la energía necesaria para o seguir trabajando o irte de fiesta o ya-tu-sabes pero con mil caballos de fuerza inyectados. Un zombie en esteroides. Y descontroladamente feliz.

Porque esa es la otra. Aunque por un lado es un entrenamiento bastante similar al que deben hacerle a los militares, es también una instancia de buena onda y hermandad que aunque al principio te hace sentir medio sarcástico, al ratito te das cuenta que es tan real que lo dejas ser y te haces parte. La primera clase te va dar risa que todos se saluden y feliciten después de terminar la clase, pero después vas a encontrar que es muy bueno tener un espacio así, como sano, como protegido, como de gente volándose pero en endorfina.

Que más te puedo decir, se llama Madness porque es literalmente una locura, que bien vale la pena probar. Demás está decir que como complemento al deporte que te guste practicar es casi injusto para tus compañerxs que no lo hagan. En un mes vas a correr más rápido, ser más flexlible, coordinado, y tener una resistencia totalmente superior a la que tenías. Y en la cancha eso se nota. Y se disfruta.