Comparte este post y nunca más sufrirás la maldición de perder un tupper y hacer sufrir/rabiar a tu Santa madre.
Investigamos misterio psicológico que la humanidad lleva siglos intentando dilucidar.
¡Feliz día mamis! (Prometemos nunca más perder uno). #FelizdiadelasMadres
Andrea (50): “Es algo de respeto”
“Es una cosa de pertenencia, las mamás valoramos las cosas, materiales por decirlo de alguna manera, pero no por materialismo. Es como, te pasé el tupper con comida, y no pido nada más que me traigas el tupper de vuelta. Si me costó comprarlo, y a veces da la impresión de que la juventud no valora eso, como que dan las cosas por sentado. Una espera que eso cambie cuando se van a vivir solos, pero la verdad es que no pasa. Uno se enoja porque es como algo de respeto, si te prestan algo tienes que devolverlo, al menos así se les enseñó”.
Bárbara (53): “Si no puedes devolver un tupper, como serás en tu vida?”
“No es que una se enoje, es una cosa de responsabilidad, porque si pierden el tupper, o un pocillo donde una mandó de regalo un pedazo de torta o mermelada, es como que una piensa, bueno y cómo será con el resto de las cosas de su vida. Lo otro es que no es que uno sea cagada pero igual cuestan caro, sobre todo los que cierran bien, herméticos. Si no uno mandaría la comida en casatas de helado. A mi me gustan, los cuido. Cuando se me pierden a mi, las tapas por ejemplo, que es algo que me pasa siempre me reto a mi misma. Creo que es una cosa de responsabilidad, pienso que si no eres capaz de traer de vuelta un simple tupper, me urge pensar cómo seas con las demás cosas de tu vida. Es más esa preocupación que el valor en si”.
Carola (45): “Me los han traído con restos de comida o con hongos”
“Me enchucha que me los pierdan porque para mandarles comida tiene que ser un tupper decente, y esos son caros, tienen tapas hermeticas, y ustedes son especialistas en traerlos o con tapas nada que ver, sueltas, o derechamente sin tapa y eso hace que una tenga que terminar botándolos. La ultima vez tuve que botar con el dolor de mi alma unos maravillosos, de vidrio. Uno como mamá le busca la mejor calidad a los hueones, y pierden todo. O los traen con restos de comida, con hongos, eso yo lo he visto y lo encuentro la falta de respeto más grande que hay”.
Lorena (40): “¿Creerán que se multiplican solos?”
“Nos enojamos por varias razones. No es porque estemos sobrepasadas y seamos unas saicos para chaleco con amarras, ni porque estemos siempre apuradas cuando hacemos los almuerzos en las mañanas y cuando la comida está lista para ser posada en tan inmaculados recipientes damos vuelta la puta cocina y nos damos cuenta que las tapas no coinciden con el envase o sencillamente el envase no está y con esa dulzura que caracteriza a mamá en la mañana día de semana, uno mira a su hermosa criatura y le dice: donde ….. dejaste los tupper y ellos con esa capacidad de detonar una bomba solo con su carita dicen: ahhh no se, parece que lo deje en el colegio (respuesta escuchada 4 de los 5 días de la semana). Entonces te das cuenta que o le pasas plata al Rockefeller miniatura o le mandas un pan que a esa altura con mantequilla seria tu mayor muestra de amor. La verdad no se si mis hijos son tan creyentes que creen que los tupper se multiplicarán como los panes o los peces solo habiendo uno en casa o qué”.
Alejandra (40): “Es un culo comprarlos”
“Cuestan plata, no son baratos y es un culo ir a comprarlos. También me carga cuando no los cuidan, los traen golpeados, es algo que molesta”.
Rocio (46): “Siempre me pierden las tapas”
“Me molesta porque cada vez que quiero ocupar un tupper para guardar algo nunca encuentro ninguno, siempre me pierden las tapas y no tengo como taparlos después, así que pierdo comida. Además, los tupper los compro para se puedan llevar comida, pero la cosa es que los devuelvan. No debiera tenerles nunca más comida para que no se lleven mis potes. Uno siempre necesita; uno no ocupa nunca una cebolla entera y si no hay ningún tupper para guardar la cebolla se pasa todo el refrigerador a cebolla. Los artefactos más preciados en una cocina son los potes con tapas y a nosotros nos gusta guardar todo organizado en la cocina, las cosas que quedan y que no. Si tu abres mi refrigerador está todo lleno de tuppers”.
Patricia (56): “Una se preocupa y ustedes los mierdas los pierden”
“Lo que sucede es que una se preocupa por tenerles todo lo necesario para que lleven sus colaciones ya sea al colegio, universidad, trabajo, etc., y ustedes las “mierdas” (con mucho amor), los pierden, los dejan en otras casas y uno no tiene donde cresta mandarles la comida”.
Gabriela (60): “Una cuenta con estos para ordenar”
“Es que una cuenta con estos para ordenar y organizar las comidas … cuando lo vas a usar y te das cuenta que los querubines no los devuelven uno entra en un espiral de mala onda y las palabras feas salen de la dulce madre”.
Bernardita (32): “Si sumamos cuántos pierden llegaríamos a una suma considerable”
“Valen por lo menos 3000 mil. Son caros. Si nos ponemos a sumar cuántos pierden a lo largo de la vida llegaríamos a una suma considerable. Además siempre pierden los nuevos, eso da más rabia. No y lo peor es que uno les dice “por favor acuérdate de traerme el tupper” y te miran como si uno estuviera loca y te dicen “si sé mamá, lo voy a traer” ¡y después se les olvida!”
Valentina (30): “Mi hijo me hace bullying”
“Mira, a mi mi hijo me hace bullyng por eso y es porque no entiende que son caros. Además una se preocupa de comprar los buenos, los que son libres de BPA cosa que cuando los metan al microondas no libere toxinas. Hay una cosa funcional también, es difícil encontrar un tupper en la cocina que quepa dentro de la lonchera y tenga la porción justa. Entonces cuando llegan sin el tupper ¡tengo que hacer malabares para mandarle el almuerzo!”
Ingrid (42): “Cuesta un mundo encontrar los que cierren herméticamente”
“Cuesta un mundo en el supermercado encontrar potes que cierren herméticamente que no se chorreen las sopas que no se de vuelta adentro de la mochila, porque los meten en bolsa de supermercado y los tiran adentro de la mochila. Entonces terminan sacando el cuaderno de matemática lleno de lechuga o arroz. Cuesta tiempo y plata encontrar un buen pote. Generalmente uno compra dos o tres y ustedes pierden todos los días uno, son cinco a la semana. Eso mayormente es lo que a mí me complica. Porque potes venden en la feria pero no cierran bien, no sirven para el microondas, entonces es una inversión bastante importante la que uno hace”.