Conversamos con la artista, diseñadora teatral y de modas, que hace de esas tres disciplinas una sola.
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Llegué al trabajo de Masha Kechaeva, diseñadora de vestuario y teatro, revisando entre artistas rusos que trabajaran el cuerpo, la filosofía y el diseño. Masha calza perfecto entre esta transdisciplinariedad, de hecho la usa para expresar a través de múltiples elementos, pensamientos y preguntas en su propio lenguaje.
En el teatro se preocupa de la escenografía y de diseñar el vestuario; trabaja con la fotografía, escribe, es directora de clips, crea instalaciones y objetos. “No me limito a las técnicas y estoy interesada en explorar cosas nuevas. La herramienta depende del tema”, explica.
Lo que más disfruta del teatro es la sinergia de las artes. Así lo dice: “En una obra hay igual importancia entre los actores, la luz, el sonido, el video, la escenografía y el vestuario. Esta es una alquimia de las artes. Y saco este patrón del teatro al no enmarcarme con responsabilidades específicas en mis propios proyectos”.
La artista trabaja con lo que es invisible a primera vista, le interesan los análisis, los archivos, las excavaciones de manera metafórica, lo que está oculto, sin importar si es su historia o la historia de otra persona. “Trabajar con la sombra arroja luz sobre el presente. Buckminster Fuller dijo que el propósito de nuestra vida es caminar hacia el arco iris. Eso quiere decir que no hay una meta y lo único que queda es estar en el momento y percibir lo que te rodea, trabajar con lo que observas/sientes, con lo que te toca”.
Su trabajo tiene relación con las revueltas, el punk y el feminismo, lo que la ha llevado a trabajar con la coreógrafa del colectivo de performances Pussy Riot. Tiene perspectivas únicas y particulares sobre la moda y el sistema de la moda.
Masha establece la importancia de su vida sin fragmentarse del momento artístico. Está rodeada de arte constantemente, no hay divisiones entre lo material del día a día con la creación.
“Lo que llamamos punk y disturbios, de hecho, son una evaluación crítica de la realidad y es imposible para mí como artista trabajar sin ella”, me dice Kechaeva a través de una conversación digital.
¿Crees que la moda es revolucionaria?
La revolución, si observamos la definición en el diccionario, es “una transformación radical en cualquier área de la actividad humana”.
Así que no es donde estamos ahora. El mundo de la moda está en un nivel estancado: estamos presenciando un mecanismo insalubre de producción de ropa, condiciones de trabajo difíciles para las personas en las fábricas, sobreproducción de ropa por parte de gigantes corporaciones, violaciones de derechos humanos y degradación ambiental.
La revolución comienza en la conciencia de la sociedad. Es necesario reconsiderar la actitud ante el fast-fashion y nuestra visión de la naturaleza sólo como fuente de materias primas y establecer una relación con el patrimonio cultural. Cada uno de nosotros es responsable de la realidad que observamos, y todos somos parte de este mecanismo, ya sea propietarios/participantes en ventas o consumidores.
Mientras practicamos el consumo inconsciente apoyamos el sistema y los cambios no se van a producir.
Tú trabajas desde una perspectiva revolucionaria, riot y feminista ¿Cómo has sentido el desarrollo de la moda desde los procesos sociales?
La moda es parte de nuestra historia moderna. El estilo no conoce los límites sociales/de clase. Al principio la moda solo existía para las elites, sólo para aquellos que podían pagar por ella, entonces, desde el comienzo de la era industrial la producción masiva de ropa ha permitido a muchas personas usarla como una herramienta para mejorar su apariencia, como medio de auto expresión (al mismo tiempo esta oportunidad se basaba en las condiciones de trabajo de los esclavos, que eran predominantemente trabajadoras).
Y también, ha co-optado muchos estilos que pertenecían a las no-elites, a las clases más bajas y populares, y claro que esto tiene su lado oscuro, pero hace que la moda sea más accesible y diversa como una herramienta visual.
La moda no puede desarrollarse sin la influencia del deporte, la música, el cine y la televisión; todos ellos han influido en la idea de cómo vestirse. Y el periodismo, la publicidad y la fotografía han fijado estas imágenes en la conciencia de las masas.
Todavía funciona como una inserción de la conciencia, un chip de ilusión implantado en la mente del ser humano. La forma en que las personas desean pasar su tiempo libre, cómo se ven a sí mismas, cómo ven a la sociedad y, por supuesto, cómo quieren ser. Esta es una forma rápida y falsa de expresar la individualidad, porque el mecanismo de copiar la moda de otros sobreestima esta individualidad.
Y luego estamos en este camino rodeado por la niebla de semejanza convincente y atractiva de la vida. No nos involucramos en el proceso directo de imitación, sino que nos involucramos en el proceso de identificación y los detalles de este proceso rara vez se comprenden.
En tus diseños planteas propuestas monstruosas. ¿Cuál es la relación entre lo monstruoso y el estilo y la moda?
Creo que están unidos por la ironía y la contradicción.
El artista crea una imagen. Luego, los medios, las revistas y la televisión (y, a veces, el propio artista) lo llevan al nivel grotesco. Así es como a veces el cuerpo real es reemplazado por lo abstracto, lo ideal, lo imposible, más que una idea o que un organismo.
Luego, existe un fuerte deseo de ajustarse a este ideal con la ayuda de todo tipo de recursos, a veces incluso por el costo de perder la propia personalidad y comprar el que está listo, preparado por revistas de moda, marcas y publicidad.
Y si tradicionalmente “monstruoso” (como definición) es una diferencia/fealdad innata de otros, en nuestro tiempo puede adquirirse como resultado de la carrera por el ideal escurridizo de la belleza, cegado por la idea del cuerpo como algo inmutable y eterno, que se puede ajustar y mejorar infinitamente. Y una forma radical de esta mejora es la transformación del cuerpo en nombre de la moda (todos hemos visto imágenes de víctimas de cirugía plástica).
El mundo de la moda nos protege de la memoria de la interrupción y la reemplaza por una imagen confiable y bien probada, cuyos límites no se extienden y son claramente visibles.
Es más difícil con un sentimiento de estilo que necesita un diálogo con el ser interior, y en este contacto el “yo” psicológico a menudo se pierde y se vuelve borroso. Pero si se ha iniciado el diálogo es posible encontrar y desarrollar su propio estilo con un sentido de experimento, pero aún basándose en sus propias preferencias y sentimientos internos.
Es difícil hablar de reglas aquí: el mundo de la moda define la normalidad, luego esta normalidad se convierte en la categoría de la fealdad y, después de doce años, vuelve a cantarse como un ideal de belleza. No puedo mirarlo sin ironía.
Entonces ¿Cuál es tu filosofía de diseño?
Cada proyecto/historia/colaboración es una experiencia que trato de interpretar como la gente interpreta los sueños: nunca te involucres en ningún trabajo sin una razón. Esta es una manera de salir de la zona de confort.
No me gusta hacer ‘declaraciones’ ya hechas, de hecho, no siempre sé qué tipo de resultado se espera al final y cómo se transformará. No quiero limitarme con interpretaciones rigurosas. Susan Sontag en su trabajo “Contra la interpretación” escribió lo siguiente: “La transparencia es el valor más alto y liberador en el arte y en la crítica de hoy. La transparencia significa experimentar la luminosidad de la cosa en sí misma, de las cosas siendo lo que son”.
Y estoy tratando de experimentar esta luminosidad y luego transmitirla. Creo que lo que hago no es realmente mío, no lo poseo, solo soy una conductora, y mi tarea es escuchar y luego entregar.
Tanto el teatro moderno como el teatro de la moda surgieron del antiguo pasado místico y mágico religioso del ritual. Y una parte importante de mi investigación artística, ya sea trabajando en una obra de teatro o en mi proyecto personal, es estudiar rituales, significados ocultos, símbolos, recuerdos inconscientes y sueños. Es importante para mí estar en contacto con lo que cambia el punto de percepción y lo introduce en un estado de disociación y desorientación.
No todos los diseñadores o creadores logran sostener su trabajo con ideas, preguntas o experiencia. ¿Cuál crees que sea el futuro de la moda bajo este contexto?
Sería bueno si empezáramos a ver el mundo como un todo, donde los problemas se resuelven con la ayuda del intelecto. Donde la revolución de la moda iría a la etapa de la evolución. Y donde el paradigma del negocio de la moda sería re-revisado. El futuro de la moda es donde las personas, independientemente de su raza, clase, género, edad y habilidades tienen una remuneración justa, sin explotación y discriminación.
El futuro es donde la gente respeta la cultura y el patrimonio, donde se valora la figura del artesano. El futuro de la moda es donde cuidan el medio ambiente y practican el consumo consciente.
En el futuro el mundo de la moda no agota los valiosos recursos del planeta, no destruye el suelo y no contamina el aire y el agua. Es seguro para la salud humana. Está del lado de todos los seres vivos y protege los diversos ecosistemas de nuestro planeta. Suena como el futuro. Quiero creer que es así.