Así lo manifestó en sus memorias la actriz conocida por haber interpretado a Sam Puckett en iCarly. Según relató, le tomó tiempo darse cuenta de que las actitudes de su progenitora no eran adecuadas y que se trataba de casos de abuso, los cuales se posicionaron en medio de extensas jornadas de grabación en el set de Nickelodeon, espacio en el que también asegura que fue abusada de un productor.
Este mes, la actriz, guionista y directora Jennette McCurdy (30), conocida por haber interpretado a Sam Puckett en la comedia infantil iCarly de Nickelodeon cuando era menor de edad, publicó sus memorias a través de la editorial Simon & Schuster, en un libro que cada vez se posiciona más arriba en las listas de ventas.
Pero a pesar de que durante la mayor parte de su vida figuró como una ídola para niños y adolescentes, hasta el punto en que recibió cuatro premios Kids Choice Awards por parte de la audiencia del canal televisivo, sus escritos están cargados de fuertes experiencias que condicionaron la manera en que ve el mundo.
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Bajo el título I’m Glad My Mom Died (2022), “Me alegro de que mi madre muriera” en español, McCurdy plasmó en el papel la compleja relación que tuvo con su progenitora y las situaciones de abuso que sufrió tanto de ella como de un productor de Nickelodeon, a quien apoda como “el creador”, debido a que prefiere no llamarlo por su nombre.
En su novela biográfica, la actriz detalló que incluso desde el canal le ofrecieron dinero para silenciar las agresiones que debió enfrentar, mientras que también relata cómo era la relación que tenía con su madre, hasta el punto en que esta se duchaba con ella hasta que cumplió los 16 años y, según informaciones reunidas por un artículo de la BBC, incluso revisaba sus genitales para “asegurarse de que no tenía ningún bulto” que pudiese causarle una enfermedad.
“Se esforzó por mantener nuestra relación en privado. Ahora lo veo como algo que me condicionó la vida, pero entonces pensaba ‘oh, mamá y yo tenemos una relación tan especial’”, dijo en una reciente entrevista con The Washington Post, para luego contar que “fue como cuando tienes un mejor amigo y compartes todos esos secretos. Sientes que es una forma de intimidad. Eso es lo que hizo mi madre conmigo. Solo que no era amistad. Era abuso”.
Aquello influenció a que, tanto ella como sus hermanos, se alegraran cuando fue el funeral de su madre, Debra McCurdy, en septiembre de 2013, debido a las agresiones físicas y emocionales que les había cometido, lo cual afectó directamente en su salud mental y, según explicó, también a que se detonaran problemas con el alcohol y anorexia a medida que fue creciendo.
Si bien, la actriz abandonó el mundo de la actuación en 2017, para así enfocarse en su carrera como guionista y directora, aseguró en una entrevista con The Hollywood Reporter que la publicación de I’m Glad My Mom Died hace que se sienta “más alineada que nunca”.
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