Hay un par de cosas que debes saber antes de echarte un MDMA (o éxtasis), la droga que te hace amar a tus cercanos, apreciar más la música y bailar como César.

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Sin el ánimo de promover que hagas cosas ilegales (porque quién hace eso), en esta guía te explicaremos todo lo que debes saber antes de consumirla, los posibles efectos adversos, cómo disminuirlos y todo lo necesario para que si planeas probarla, sea con responsabilidad (como esperamos que te enfrentes a todo en la vida).

El MDMA, también conocido como éxtasis, es una droga sintética de la familia de los estimulantes. A nivel cerebral, aumenta el sentido de alerta, atención y la energía. A nivel físico, eleva la presión arterial, la frecuencia cardiaca y la temperatura.

Básicamente, es un “subidón” en todo sentido.

El MDMA actúa sobre la serotonina, neurotransmisor encargado de controlar el estado de ánimo, el comportamiento social y el deseo sexual. Desinhibe, disminuye la ansiedad, aumenta el autoestima y la felicidad. Es como una sensación envolvente de euforia, bienestar y buena onda, por lo que es muy difícil irse en un “mal viaje”.

Cómo consumirlo

Puedes encontrar el MDMA en polvo, cristales y pastillas. Las dos primeras versiones se pueden consumir mezcladas en agua ya que es sumamente amargo y no es aconsejable que tenga contacto directo con la boca. Si la encuentras en pastillas, es importante que busques en internet qué pastilla es la que consumirás, para saber cuantos miligramos de MDMA contiene. Esto es muy importante para disminuir los efectos adversos y evitar posibles intoxicaciones. Las pastillas suelen tener diversos dibujos y colores, como el logo de Whatsapp, el conejito de Playboy y hasta un Minion.

La dosis recomendada es entre los 75 y los 150 mg. Hay pastillas que tienen hasta 250 mg. de MDMA, una dosis que puede llegar a ser mortal debido a su intensidad. La página Pill Reports recopila reseñas de distintas pastillas, para que investigues qué demonios estás consumiendo y en qué cantidad. Si tu pastilla supera los 175 mg, es imperativo que la dividas en dos y consumas solo una mitad (o menos) primero.

(Aunque parezca difícil de creer, hoy la pastillas son casi el doble de fuertes que en los noventa). 

La duración es entre 4 y 6 horas, y puede demorar entre 20 y 90 minutos en hacer efecto. El “subidón” suele aparecer repentinamente y puede llegar a ser muy intenso durante al menos 20 minutos. En ese momento sentirás como la frecuencia cardiaca se incrementa, lo que te puede hacer sentir muy ansioso. Puedes llegar a sentir mareos y nauseas y la visión se puede nublar producto de la dilatación de las pupilas, pero hay que estar tranquilo.

No debes asustarte en este momento ya que es el aviso de que la diversión comienza. Si es tu primera experiencia, es normal que sientas ansiedad y miedo, lo que te puede llevar a tener dificultad para respirar y/o hacerte sudar como loco. No pienses que te han dado una mala pastilla o que ese efecto tan intenso durará horas o se pondrá peor, porque lo más probable es que solo sea cosa de minutos.

Después del subidón se hacen más evidentes los efectos empáticos y de bienestar  propios del MDMA. Es normal querer abrazar a todos, encontrar más lindos que de costumbre a tus amigos, querer conversar mucho y sentirte muy bien contigo mismo y el mundo.

El efecto más característico de la MDMA se produce sobre las emociones. Es una sensación de paz y amor que lo abarca todo. Aumenta la empatía al reducir las barreras psicológicas que nos aíslan de los demás y facilita la comunicación: cuando estás bajos sus efectos es más fácil expresar tus sentimientos y comprender los del resto.

La importancia del agua

El éxtasis aumenta la temperatura corporal, así que si lo tomas en un local caluroso y estás bailando continuamente lo más recomendable es tomarse algunos descansos a lo largo de la fiesta y beber bebidas isotónicas o agua para combatir la deshidratación.

Sin embargo, la sobrehidratación tampoco es buena. Otro peligro asociado al consumo de éxtasis es la hiponatremia, una complicación poco frecuente pero grave: el éxtasis estimula la secreción de la hormona antidiurética AVP (o HAD), que anula las ganas de orinar. La hiponatremia se produce cuando se toma mucha agua (más de dos litros) y esta no se elimina del cuerpo, provocando que los niveles de sodio en la sangre se diluyan peligrosamente y las células se inunden de agua.

Por eso es importante obligarse a ir al baño cada cierto tiempo, aún cuando no hayan ganas. Hay que consumir aproximadamente medio litro de agua por hora si estás bailando para evitar los choques de calor, pero hay que botarla constantemente.

Muy importante: no intentes por ningún motivo hidratarte con piscola, cerveza, o cualquier tipo de bebida alcohólica.

Cuida tu mandíbula

El bruxismo es un síntoma inherente al MDMA. Puede que durante la noche no notes demasiado las molestias, pero si la pastilla estaba muy intensa, es probable que al día siguiente ni siquiera puedas comer un pan sin dolor. También puede hacer que te muerdas la lengua o los costados de las mejillas, provocando heridas posteriores. Para evitar estas molestias los mejor es tener a mano chicles y nunca dejar de masticarlos. Tomar pastillas de Magnesio un par de días antes también podría ayudarte con el bruxismo.

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(Contra todo pronóstico, un grosso de sandía puede mejorar tu noche en un 200%)

Efectos adversos

Las nauseas y mareos son comunes, sobre todo durante el “subidón” repentino. Otro de los síntomas más comunes durante el efecto del MDMA son la rigidez de la mandíbula, la deshidratación, espamos, ansiedad y un aumento en la frecuencia cardiaca.

Incluso aunque toda la noche haya sido satisfacción, es probable que tu cuerpo y mente te recriminen varias cosas al día siguiente. La depresión puede ser uno de los efectos secundarios más importantes a tener en cuenta antes de consumir MDMA. Lo que lo hace tan especial es también lo que lo hace peligroso: la liberación de serotonina. Tu cerebro liberó tanta durante las horas de diversión, que en los días posteriores sus reservas estarán bajas. Es como una caña emocional, y realmente la única caña posible con MDMA.

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Existen varias opciones para disminuir este “bajón emocional”: el consumo de multivitamínicos días antes y después de la ingesta puede ser de gran ayuda. Tomar jugo de frutas natural (en especial de naranja), comer chocolate amargo y frutos secos pueden ayudar a tu cuerpo y mente a recuperarse más rápido.

El MDMA está contraindicada en personas con problemas de corazón, de hígado o de riñones, en personas con hipertensión, hipoglucemia, diabetes, glaucoma o en tratamiento con antirretrovirales, además, puede agravar las crisis epilépticas y asmáticas. Tampoco está indicada para personas con historial de complicaciones psiquiátricas o psicológicas: trastornos de ansiedad, depresión o psicosis.

¿Es adictivo el MDMA?

No. En base a los estudios que hay a la fecha, se puede afirmar que la capacidad de adicción del MDMA es bastante reducida, llegando a ser casi nula. No es ni remotamente adictivo como el tabaco, la cocaína o el alcohol. Lo único que puede pasar, y que no es adicción en sí, es que lo pases tan bien cuando estás en éxtasis que quieras repetir la experiencia en el futuro, pero el MDMA no genera ni dependencia ni abstinencia.

Con estos datos, está en tus manos decidir cómo, con quién y cuándo consumir (o no) MDMA. Ten en cuenta que el contexto hace a la droga, así que nunca lo hagas con desconocidos o en un ambiente que no conoces o donde no te sientes cómodo. Y recuerda que el éxtasis es ilegal en Chile, así que si prefieres mantenerte en la legalidad, siempre puedes comprarte una botella de pisco, tomártela entera e inducirte a un coma etílico. Eso sí es legal.