A menos que te importe un bledo lo que estudias, siempre es doloroso echarse un ramo (a menos que sea de esos de “desarrollo personal“).

Como sabemos que fracasaste este semestre, hemos elaborado todo un plan de acción que podría ayudarte para dar los últimos arañazos, compilada por nuestro laboratorio de vagos repitentes y escrita por pancho (el único que pasó ortografía con un 4) para ustedes.

En orden de importancia y ejecución, acá vamos con la compilación para este plan de acción.

Agota posibilidades.

Esto significa ir hasta el último día, al último rincón y dar hasta la última recuperativa que pueda existir. Si tu casa de estudios es medianamente mediocre, las posibilidades son infinitas.

En caso contrario, de estudiar en una estatal, o privada con “tradición y prestigio” las mujeres siempre tienen el recurso fellatio, pero como nuestras lectoras son gente educada, les recomendamos contar algún tollo familiar para que les de acceso a una prueba recuperativa extraordinaria, la que normalmente vale muy muy poco, pero en serio, hay casos en que décimas valen su peso en oro.

Via colaborador anónimo, nos recordó la clásica técnica de matar familiares (ojalá no muy cercanos, pero de esos a los que uno les tiene cariño) para acceder a exámenes y trabajos extraordinarios. Si este recurso jamás no lo haz utilizado, es ahora cuando, aunque la idea es no prostituírlo con el correr de los años, ya que es muy bajo.

Busca ramos alternativos.

En caso de que “ese ramo” que cagaste te atrase un año, existen dos posibilidades de salvarlo; uno gracias a tu universidad, y otro exigirá salir a mirar “cursos e instituciones afuera“.

Muchas universidades imparten cursos de verano que te permitirán realizar convalidaciones (o incluso subir notas de asignaturas en peligro, aunque no manejo mucho los antecedentes) o también existen equivalencias de ramos con otras carreras que podrías tomar ya que comparten al menos el 70% del programa. Normalmente esto no te lo dirán tus profes o directores porque la idea de ellos, es verte arruinado(a).

El gran PERO de esta alternativa, es que a veces tendrás que ir a otro campus o sede para tomar ese ramo.

Finalmente está el factor externo, y es que si tu carrera es “Creativa” y reprobaste un ramo digital, siempre está el curso en algún instituto (ojalá no sea tan chanta) que te enseña la misma odiosa herramienta en tres meses intensivos. Lo importante es que consultes si pueden convalidar el programa del instituto X, con tu universidad Y.

Hazle la cama a tus padres.

En serio, cuando vayas a contarles el cagazo, procura haber mejorado tu puntaje con ellos con una semana de anticipación, y de preferencia organiza un día familiar perfecto, el que será coronado con tu gran gran noticia. Si tienes suerte y recojiste los suficientes platos, lavaste la suficiente loza y ordenaste prolijamente tu dormitorio, sus ganas de no arruinar un día tan lindo con su mala onda les obligará a decirte. Puchaaa, no te deprimas. Ahí vemos qué hacemos.

Al otro día dimensionarán lo que dijeron, pero no importa, tu ya deberías estar muy lejos e inubicable.

Prepara un complot.

Siempre existen excusas buenas para justificar tu flojera o ineptitud académica. Una que de seguro conoces muy bien de tu época escolar es echarle la culpa al profe.

Pídele a algún compañero que te llame por teléfono, y coordinen una conversación en la que los dos discuten de lo mal que le fue al 99,9% de tu curso y de cómo harán para decirle al mítico decano que “es injusta la arbitrariedad de tu profesor para reprobar gente, pues cómo es posible que la tontorrona de la Magdita Risopatrón(aka la lisa cuática del curso) haya aprobado el ramo de Termodinámica si todavía cree que clausius es un amigo del viejo pascuero”. Obviamente tus padres deben estar presente.

En el mejor de los casos, pensarán que tuviste mala cueva no más en un caso como este, y te apoyarán hasta el final para discutas tu situación directamente con el profesor. En el peor, tu mamá irá enfurecida al colegio y te hará pasar la humillación de tu vida, pero bueno, cada uno conoce su situación. Procura analizar minuciosamente esta alternativa.

Resígnate.

En caso de que todo lo anterior haya fallado, no queda otra. Una fuerza más poderosa que todo lo conocido quiere que te repitas el plato, que gastes más plata y quién sabe, quizás quiere que aprendas.

Imagen en portada, por Jeremy Wilburn.