De un día para otro mi feed empezó arrojar un montón de artículos, noticias, libros y posts de amigos hablando sobre las bondades de levantarse ultra-temprano, mejor dicho, levantarse de madrugada. Así que lo hice.

Primero, investigué.

Jessica Hagy de Forbes decía que levantarse en la madrugada para trabajar, mientras todos duermen, te hace tener un sentimiento tipo el “rey del mundo”.

Otros artículos hablaban que personajes como Barack Obama, Leonardo Da Vinci, Thomas Edison y Tim Cook (Director ejecutivo de Apple) se levantan ( o se levantaban) entre 4 y 5 AM.

Me imaginé así. Fue hermoso.

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Y, a pesar que me considero una persona full #teamnoche, de aburrido decidí probar por 5 días eso de levantarse temprano para ver si al final del experimento me transformaba en un “iluminado”.

Esta es la bitácora del experimento más terrible que hice.

Día 1 (Spoiler: como día lunes)

Lunes, sonó mi alarma a las 4:20 en punto y me levanté. Traté de hacerme un café mientras me quedaba dormido parado. Miré el celular. Aún no eran las 5, me quedé un rato parado, contemplando mi error, y dije en voz más o menos alta. O murmuré: “En que mierda estaba pensando”. Me fui a dormir sin mucho resentimiento.

Fin.

Día 2 (Spoiler: lo podemos lograr)

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El segundo día fue todo lo contrario. Me levanté a las 4:20 con cara de culo, me metí a la ducha y cuando ya estaba frente al Mac empecé a creer en el mito de la hora más productiva y todo eso.

Hice, literalmente, un montón de pendientes. Respondí correos atrasados, adelanté algunos post, me metí a investigar otros, etc. Terminé algunas presentaciones de proyectos para Pousta, fui a la oficina y llegue a las 9:30 (todos están acostumbrados a verme llegando 11:30 y con cara de sueño).

A las 4:oo PM había terminado todo mi trabajo diario. Me fui a cortar el pelo. Caminé por el centro. A las 6 tenía una reunión/comida y terminé a las 12. Creo que me excedí un poco en los tragos porque entre que estaba súper cansado y curado no recuerdo mucho.

Desperté en mi cama al otro día (3) con la ropa de ayer (2).

Día 3 (Spoiler: vómitos y enfermedad )

Yo no ocupo lentes.
Yo no ocupo lentes.

El peor día del mundo. Desperté con caña y sueño (había dormido 3 horas). A pesar de que todo se arregló un poco frente al computador, cuando partí a la oficina en bicicleta tipo 9:00 AM vomité en el camino.

Un día de mierda que se mezcló con caña, alergia a la primavera y pocas horas de sueño.
Lo bueno es que a las 11 tenía una reunión. De vuelta me sentía “VIVO y con energías”. El sueño y la caña desaparecían lentamente. Después llegué a casa y me acosté temprano, y decidí nunca más salir por “unos tragos” post oficina (nota del editor: já!).

Día 4

El jueves no fue tan terrible levantarse a las 4:20. Con todo lo mal que lo había pasado ayer, parecía un día normal. Empezaba a agarrar el ritmo. La clave es simple: salir rápido de la cama. Ducha. Café sentado frente al Mac. Dejarse llevar. Aproveché la mañana para ver vídeos. No me malinterpreten. Verlos enteros y leer artículos completos. No nos engañemos. Tenemos la capacidad de concentración de una paloma en Internet. En la vida real vivimos siempre atrasados. Se sintió bien tener tiempo para observar y por fin leer esos artículos que siempre guardas para después, pero pasa que nunca los lees.

Día 5

El quinto día estaba cansado. Dudando de todas esas historias de Voltaire y Elon Musk. De hecho, esa mañana después de fumarme mi pito “madruguero”, comencé a pensar un montón de teorías sobre que todas esas historias de levantarse temprano eran simplemente propaganda capitalista para hacerte trabajar por metas y explotarte.

Conclusión:

Durante algunos momentos de las mañanas me creí el cuento de que todos podemos ser el CEO de Apple. Me imaginaba haciendo charlas motivacionales sobre levantarse temprano y pensaba en los gráficos que podría mostrar.

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Pero la verdad es que este régimen solo sirve para cumplir metas y tachar “to-dos”. Soy un fiel creyente en que la creatividad a veces nace del ocio y quedarse haciendo scroll hasta las 3 AM. Pero si estas en medio de un proyecto importante, terminando un libro o tu tesis y te quedan 30 días, este es tu régimen.

Es decir, si tienes una meta en la cual tienes que trabajar todos los días dedicándole varias horas, levantarse a las 4 es la solución. Pero si eres creativo, tranquilo, las 11:oo AM es científicamente la mejor hora para levantarse.

Nota de sus compañeros: llegó todos los días con mucho más sueño de lo habitual, desorientado y todos teníamos en nuestros correos un montón de mensajes incomprensibles. Maxito, te queremos más con tu reloj biológico normal.