Una repentina lluvia en Santiago pareciera arruinar nuestros planes para conversar con Tomasa. Todo es un caos en la ciudad, pero su agenda es estrecha y estamos frente un ahora o nunca. “Démosle no más, porque no quiero venir a Santiago en harto reto”. Así que seguimos con el improvisado plan.
Barrio Concha y Toro es el lugar elegido. Su crew no la deja ni a sol ni a sombra, ayudando con cada detalle de su ropa o peinado mientras Whatsapp no se despega de ella. Todo el mundo la quiere en su fiesta, todos responden sus snaps, todos quieren felicitarla, todo el mundo la ama.
Creo que sin querer armé una manera de componer.
Hablar con Tomasa del Real es una paradoja; detrás de su imponente figura se oculta una chica que expele dulzura y y caracter al mismo tiempo. En sus gestos y expresiones descubres que su amor por Iquique tiene mucho de romanticismo, y eso suma. “Me veo a mi misma como una bruja de Wifi. Estoy bendecida. La vida conspira en mi favor todo el tiempo”. Mientras ayuda al “Sombra” –su estilista– con su propio cabello. “Supongo que porque todo lo que me llega lo reparto de alguna manera y así sigue fluyendo” y agrega “Me gusta estar cerca de gente que está en la misma vibración que uno, aunque no necesariamente calificarlas como buenas o malas. Tengo cosas que prefiero dejar solamente para mi.”.
Mientras habla recuerdo tiempo atrás lo inmaduros que éramos. Es ella y nosotros (Pousta) en una fiesta súper under de mala muerte. No son más de 40 personas en un lugar hecho para 300. Es la letra chica del under. El Chile under necesita inventar artistas, estrujarlos un rato, hacerlos caer y nuevamente mostrarnos algo nuevo, pero Tomasa está lejos de ser “un invento”. Sus primeros acordes partieron hace 7 años y ha sido un largo camino hasta ahora. “Siempre hice cosas artísticas divertidas. En esa época (2009) armé una banda con una amiga de entonces y los beats me los mandaba Paul Marmota, que ahora es Naafi Mex. Nuestra música era una especie de Rap/Reggaeton y nos llamábamos Ponciaoculta”.
Puede que Ponciaoculta no haya pasado de ser un experimento para Myspace, pero las ganas de crear seguían allí. Luego de vivir en Buenos Aires y estudiar diseño de indumentaria, regresó a su amado Iquique donde montó una tienda que terminó convirtiéndose en un estudio de tatuaje tradicionales. Crear es un ejercicio que nos arrastra de una cosa a otra, y es así como surgió la necesidad de volver a la música. “Hace un par de años me dio por molestar a mis amigos, así que me grabé en el compu cantando y se los mandé por Youtube. Después de eso todo se me salió de control”.
Empecé cantando lo que se me venía a la cabeza. Muchos años escuchando reggaeton hicieron que ya manejara el idioma y las estructuras. Aparte de eso fue natural hacerlo. Siempre en las fiestas nos poníamos a cantar con amigos porque tenía micrófonos en la casa. Pero saltar de cantar con amigos a hacer reggaeton con tanta identidad, son cosas totalmente distintas. “Creo que sin querer armé una manera de componer. Existe una forma de hacerlo y que la mayoría de los reggaetoneros lo tiene, aunque es súper personal” Claro, pero cómo logras llevar tu música al siguiente nivel sin que parezca alguna copia barata del reggaeton de toda la vida. “Como el reggaeton es el pop de latinomáerica, y me he convertido en una de sus primeras divas, asumo otra responsabilidad. Ahora pienso bien en lo que digo, cómo hacer que mi música sea actual, prendido, a quién va dirigido, con qué productores trabajar. Empecé sola en casa sin saber nada, pero por lo mismo entiendo que el ego de artista no sirve y que muchas cabezas piensan mejor que una. Detrás de mi hay un equipo que me entiende y apoya, así que es necesario asumir que los necesito si quiero entregar un producto interesante y de calidad”.
https://www.facebook.com/pousta/videos/10153986773914864/
Fotografía & texto: Pancho Ávila
Producción: Max Jiménez
Make up: Mariela Siri
Cabello: El Sombra
Agradecimientos a Restorán Zully