Siento que cada persona tiene su propia conexión, su propia experiencia con el mar. La mía surgió desde muy niña. Cuando mi mama murió, empecé a ir a la playa. Ese era mi escape, mi terapia.

Siento que me desenvuelvo mejor en el agua, soy como un pez. Iba a la caleta de pescadores de Cochoa, en Con-Cón, y me decían la reineta chica. Estaba horas en el agua. Es algo que me llena de energía, mas que estar en tierra, hay otra gente que le gusta mas el aire. Todos nacimos en el agua, estuvimos 9 meses en el agua, por ende me hace sentido pasar mucho tiempo ahí.

“En el mar encuentro lo que necesito para ser feliz. Ahí me siento cómoda. Plena. En paz. Me agarro de esa energía para estar full en la ciudad. A veces me desinflo y tengo que volver al mar a recargarme”.

Hice atletismo hasta los 18 años. Mi especialidad eran las vallas, pero en un momento empecé a preferir la vida en la playa, en el mar, aprendiendo surf, por sobre los campeonatos. El escape a esa rutina hizo que me terminara cambiando 100%, pero el atletismo me entregó una formación, una disciplina, que me convirtió en una deportista y una persona súper estructurada. A levantarme temprano. Ser muy técnica. Me gusta aplicar esa disciplina y esas técnicas en el surf.

Me gustan las cosas difíciles. Las busco. El surf me sigue costando y eso me cautiva.

Vivir en la ciudad además me hace disfrutar y valorar mucho más ir a la playa. Lo agradezco siempre. Respiro profundo, lleno mis pulmones de aire limpio. Hay momentos, como amaneceres o puestas de sol, que son cuando más feliz he sido en la vida. Momentos donde solo me queda dar gracias porque tengo todo lo que necesito.

En el mar encuentro lo que necesito para ser feliz. Ahí me siento cómoda. Plena. En paz. Me agarro de esa energía para estar full en la ciudad. a veces me desinflo y tengo que volver al mar a recargarme.

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También hay momentos muy difíciles, adrenalínicos, que finalmente crean una historia entre el surf y yo, aunque tampoco es que me crea una super surfista. El camino es largo. Con altos y bajos. Las condiciones siempre cambian. El mar es quien manda y cada día es totalmente distinto. Además de surfear hay que aprender a conocer el mar y eso toma años. He tomado cursos de apnea, de aprender a “respirar” bajo el agua y a no desesperarse cuando quedas mucho rato sumergido. Eso me ha enseñado mucho a ser quien soy hoy en día.

Sigo descubriendo y sorprendiéndome con las cosas que uno aprende del mar. Una vez navegué de Chile a Tahíti en un velero. En la mitad del mar, en un lugar donde rompían olas, cerca de Papeete, nos bajamos a surfear. Ahí está uno solo. No hay rescate. No sabes qué animales hay. Nos metimos y estaba lleno de tiburones. Convivimos con ellos, los vimos de cerca, surfeamos con estos animales que para algunos son los más peligrosos del mundo y no nos pasó nada. Los lugareños nos contaron que nunca había ocurrido un ataque de tiburones a personas.

“Me gustan las cosas difíciles. Las busco. El surf me sigue costando y eso me cautiva”.

Aunque digan lo contrario de mí, me considero súper cuidadosa.

Nunca pensé en dedicarme profesionalmente al surf, aunque competí en la modalidad de flowboarding (ola artificial) y salí tercera en el mundial de Abu Dhabi el 2014- creo que me abrió muchas oportunidades. Y mi principal objetivo en la vida, lo que mas me ha gustado desde chica es comunicar. Poder complementarlo con el deporte ha sido lo mejor. Le tengo mucho respeto a los profesionales del surf, es mi pasión máxima, mi hobby.

Hoy en día tengo un trabajo soñado, tengo un equipo de trabajo maravilloso y la oportunidad de conocer muchas personas de muchas culturas diferentes que te enseñan a vivir, y eso al final te enseña a ser una mejor persona.

Si tuviera que vivir en otro lugar seria Costa Rica, porque la gente es buena, positiva, alegre. El país tiene una biodiversidad tan grande que siempre uno esta viendo cosas nuevas, que te despiertan todos los sentidos. Es maravilloso. Me gusta mucho Tahíti, el color del agua y esos mares profundos. Me gusta vivir las experiencias y que la gente local me muestre su lugar. Pero se trabaja harto. Uno sube a redes sociales solo lo más bonito. Capaz que eso sea un error.

Creo que uno atrae las cosas buenas por sus actos. A mi no se me dio fácil entrar a la televisión. Ha sido un camino largo donde me he caído harto y he aprendido. El factor suerte me ha ayudado a hacer lo que más me gusta, que es viajar, comunicar y estar relacionada con el deporte. Me gusta inspirar a la gente para que conozca cosas nuevas, eso es lo que me apasiona.


  • Foto portada: Bernardita Grez
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