En medio de la polémica por asilo político otorgado por Francia a Ricardo Palma Salamanca, uno de los ejecutores del senador UDI, la periodista de CNN editorializó al respecto, diciendo que los DD.HH. valen incluso para quien los pasa a llevar.

Han sido días polarizados. Luego de que Francia decidiera otorgar asilo político al ex frentista Ricardo Palma Salamanca, requerido por la justicia chilena por el asesinato del senador, fundador de la UDI y a quien se sindica como creador de la Constitución del 80, Jaime Guzmán, las opiniones han saltado de todos lados y en todas direcciones.

Muy propio de Chile.

Mientras la derecha patalea que esto es una injusticia, que dónde están los DD.HH. cuando se trata de “las víctimas del otro lado” de la dictadura, incluso han llamado a boicotear las relaciones comerciales con Francia y por supuesto no han faltado los afiebrados que dicen que poco menos que deberíamos irnos a la guerra.

Muy, pero muy Springfield.

Por el otro lado están quienes opinan que Guzmán jamás debió ser senador de la República y que debería haber sido juzgado y hecho responder inmediatamente terminada la dictadura por su responsabilidad en el régimen de Pinochet. Esas personas, ven en su asesinato no un crimen sino un ajusticiamiento y por ende consideran a sus verdugos unos héroes y no unos delincuentes.

La situación está así de bipolar. Y bueno, por supuesto que todos estábamos esperando la opinión de Mónica Rincón al respecto, en su editorial de CNN que la ha erigido como la periodista más influyente de Chile.

“Fue un asesinato, no un crimen político; aunque se le haya querido dotar de justificación política. Tampoco fue un acto de resistencia heroica. El crimen contra Jaime Guzmán no admite justificación, como no lo admite ningún crimen”, comenzó diciendo. Y ya se empezaba a entender hacia donde iría su argumentación.

“En estos días en que esa historia se ha vuelto a conversar, han abundado los silencios cómodos y las medias tintas. Hay dos peligros en ello, peligros que trascienden a Guzmán. Uno es decir que aunque estábamos en democracia, la calidad de ésta era cuestionable”, continuó, desmoronando la argumentación de quienes justifican el asesinato de Guzmán por motivos políticos.

“Es cierto, nuestra joven democracia era tremendamente imperfecta, feble y tenía el tutelaje de trabas constitucionales vergonzosas como los comandantes en jefe inamovibles o los senadores designados. Pero siempre hay motivos reales como era entonces o excusas para buscar alternativas a los caminos que una democracia impone y no es la violencia la herramienta para perfeccionarla”, dictaminó.

Luego apuntó a lo que según su punto de vista, era el centro de la discusión: “Cuando relativizamos el valor de una democracia por sus fallos, se debilita la protección que nos da el estado de Derecho, entonces todos estamos potencialmente en riesgo”.

“El segundo peligro que han evidenciado las opiniones sobre el asesinato de Jaime Guzmán es decir directa e indirectamente Guzmán se lo merecía“.

¿Fue el ideólogo y uno de los sustentos de una dictadura atroz? Sí. ¿Y? El riesgo es justamente clasificar según la calidad de las personas y de sus conductas si merecen o no el respeto a sus derechos.

Su conclusión fue muy clara, como siempre: “Nadie tiene que ganarse sus derechos humanos, son irrenunciables y ni siquiera el hecho de no respetarlos en otros le da la facultad a un individuo, a un colectivo o a la sociedad de vulnerar la vida o integridad de otros ser humano. No hay causa que lo valga o valide. Ni Patria, ni Dios por encima de todo. La persona, las personas y su dignidad, sí.

Del lado del que cruza esa línea está la barbarie”.

Puedes ver la editorial completa en CNN Chile por acá.

Acá puedes leer la cinematográfica historia de Ricardo Palma Salamanca.