Considerado como un renacentista, Karl Lagerfeld logró construir un imperio creativo a punta de confianza, trabajo duro y varias polémicas.
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La muerte de Karl Lagerfeld tomó al mundo de la moda por sorpresa pese a que existían indicios sobre su estado de salud. Lagerfeld, considerado como uno de los últimos bastiones icónicos del diseño, no asistió al desfile de Chanel el pasado 22 de enero levantando sospechas y preocupaciones. Por ahora, no se han confirmado las causas de su deceso o la presencia de alguna enfermedad crónica que hubiese afectado su salud durante el último semestre.
Lagerfeld tenía 85 años y llevaba 35 como cabecera de Chanel y Fendi, algo que dudó desde un principio al considerar que Chanel era una marca “anticuada” que vivía del fantasma de su fundadora. Sin embargo, Lagerfeld creó 10 colecciones al año para esta casa reinventando una marca al incluir colores, perlas y musas impensadas para una marca de tales características. El impulso que entregó a Chanel le valió el título de “Renacentista” y “Kaiser” al expandir sus creaciones hacia la fotografía y otras esferas creativas.
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Lagerfeld también fue un polemista al hablar abiertamente sobre su homosexualidad. El gran amor de su vida, tal como comentó a diferentes medios en su momento, fue Jacques Dbascher, que murió de sida el año 1989. Nunca se casó o tuvo una relación de forma prolongada luego de esto.
El diseñador vivió décadas moviéndose en la transversalidad generacional logrando captar la atención de todos los públicos ajustándose al interés general de cada generación correspondiente. Su cuenta en Instagram tiene 5 millones de seguidores, y su gata -quien aseguran será la heredera de su fortuna- Choupette, también es una celebridad en sí con cientos de miles de fans.
Sin embargo, pese a su legado en el mundo del diseño y la industria de la moda, Lagerfeld también será recordado por su lengua viperina y comentarios fuera de lugar. El hombre -que siempre vivió solo- sostenía que la soledad era un lujo, y que usaba anteojos oscuros para no lidiar con la gente “fea”.
“Las mamás gordas que se sientan frente al televisor con sus bolsas de patatas fritas son las que dicen que las modelos delgadas son feas… Nadie quiere ver mujeres gordas” añadió.
También causó polémica al señalar que los hombres rusos “eran horribles” y que si fuese una mujer de esta nación, “definitivamente sería lesbiana”.
Otras de sus polémicas más llamativas fue cuando dijo que la cantante Adele era “demasiado gorda”, además de considerar que la clase media era una que “carecía de clase”.
Por estas razones su muerte ha causado comentarios polarizados, donde algunos lloran la partida de su mente creativa, pero otros celebran el término de una mentalidad hiriente y ambigua.
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