Tenemos la peor de las sequías registradas en el último siglo y podemos sentir las consecuencias directas de ello: 30 mil animales muertos, millones de dólares en pérdidas en el rubro de la agricultura, contaminación del aire por falta de lluvias y ya se habla sobre los primeros desplazamientos migratorios en comunas rurales por falta del vital elemento.
El gobierno aseguró que los planes para mitigar la situación para este año serán puestos en marcha con una gran inyección de recursos, pero tampoco han descartado la posibilidad de que esta sequía golpee el bolsillo de los chilenos.
Según Antonio Walker, Ministro de Agricultura, en agosto y septiembre no hubo variación de precios producto de la sequía, pero eso es algo que no puede descartarse que. Tampoco se puede descartar de plano que esta sequía pueda provocar la primera crisis alimentaria en el país desde 1950 cuando se comenzó a tener catastros del déficit de agua presente en el territorio nacional.
Desperdicio de comida
Pero si bien el precio de verduras, frutas y carnes pueden aumentar de forma significativa a medida que se acerca el verano, existe un panorama contraproducente mundial del que Chile no puede estar exento: la forma en todos desperdiciamos comida a niveles alarmantes.
En 30 años, la población mundial deberá producir una cantidad significativa de comida cuando sus habitantes alcancen los 10 mil millones, misión difícil de conseguir si consideramos la erosión del suelo, sequía y falta de reacción de los animales hacia diferentes antibióticos.
Pero lo cierto es, que estamos acabando con el planeta para cultivar alimentos que nadie come. Tan solo en Chile y según un estudio elaborado por la Universidad de Talca, cada chileno en promedio desperdicia el equivalente a 200 mil pesos en comida todos los años.
Lo peor es que dentro de la investigación, un 95% de los encuestados aseguró que considera normal dejar en el refrigerador o despensa alimentos que terminarán en la basura por falta de consumo.
Pero el desperdicio de comida va más allá de la forma en la que se ve perjudicado nuestro bolsillo, porque desperdiciar alimentos contamina y bastante.
Según el último informe del Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC), se estima que el 10% de los gases de efecto invernadero producidos por el sistema alimentario a nivel mundial se vinculan directamente a las pérdidas y desperdicios de alimentos.
“Un 40% (de la comida que se produce en el mundo) se pierde o se bota de una manera u otra”, advirtió Da Silva, en el cierre de la 33a Conferencia Regional de la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) para América Latina y El Caribe.
Aprende qué hacer con tus residuos orgánicos (restos de verdura y frutas)
¿Cómo evitar el desperdicio de comida en tu cocina?
Es bastante sencillo, tan solo es cosa de planificarse. Además, tendemos de prescindir de ciertos tallos o partes de las verduras y frutas tan sólo porque se ven mal (cuando en realidad, son perfectamente saludables).
Si eres una persona que trabaja o estudia durante el día, trata de planificar tu menú semanal de forma sencilla reutilizando los ingredientes que consideres primordial en tu dieta. Para eso, no te vuelvas locx con las ofertas del supermercado si pones en duda lo mucho que utilizarás ese kilo de papas (por muy tentador que se vea el precio).
Recuerda que a las grandes cadenas no les conviene que seas ahorrativo con tu compras, pero dalos vuelta comprando lo que necesites para la semana en lugar de acaparar cosas para el mes.
Almacena correctamente tus compras, existe confusión sobre qué o no se debe guardar en el refrigerador, pero ninguna cebolla se merece pasar el resto de sus días arrinconada en el fondo de tu refrigerador junto al resto de mantequilla y sobres abiertos de ketchup y mostaza.
Recuerda también que la comida extiende su vida de forma consistente si se congela, mientras que las partes sobrantes de verduras sirven para una sopa digna en cualquier época del año (y siempre será mejor opción que las saladas versiones en sobre, en serio).