¡Buenas noticias! Científicos han detectado señales de radio que vienen desde lo más profundo del espacio.

Esta es la segunda ocasión en la que los expertos han sentido un estallido de radio tan fuerte lo que genera misterio en la comunidad y hace nacer la posibilidad potencial para comprender qué es lo que está pasando a miles de millones de años luz de distancia de la tierra.

Se piensa que este tipo de explosiones son las que generan todo desde las estrellas hasta los universos o que también sean transmisiones hechas por extraterrestres. Pero existe muy poca evidencia que ofrezca algún origen de estos sonidos.

Estos destellos sólo duran un milisegundo, pero emiten la misma energía que el sol demora 12 meses en producir.

De las más de 60 ráfagas de radio recepcionadas hasta ahora sólo una de ellas se ha repetido más de una vez.

“Hasta ahora, solo se conocía una FRB repetida. Saber que hay otro sugiere que podría haber más por ahí. Y con más repetidores y más fuentes disponibles para el estudio, podremos entender estos enigmas cósmicos, de dónde son y qué los causa ”, dijo Ingrid Stairs, una de las miembros del equipo CHIME y astrofísica de la UBC.

Los expertos dicen que ver dos señales repetidas significa que algo “existe” y que “la humanidad probablemente encontrará una población sustancias de señales repetitivas”.

Tener ráfagas múltiples puede ayudar a la comunidad a comprender el origen y poder estar atentos a las explosiones futuras.

“Cualquiera que sea la fuente de estas ondas de radio, es interesante ver la amplia gama de frecuencias que puede producir. Hay algunos modelos en los que, intrínsecamente, la fuente no puede producir nada por debajo de una cierta frecuencia”, dice Arun Naidu de la Universidad McGill, miembro del equipo.

“[Ahora sabemos] que las fuentes pueden producir ondas de radio de baja frecuencia y esas ondas de baja frecuencia pueden escapar de su entorno y no están muy dispersas para ser detectadas en el momento en que llegan a la Tierra. Eso nos dice algo sobre los ambientes y las fuentes. No hemos resuelto el problema, pero hay varias piezas más en el rompecabezas “, dice Tom Landecker, un miembro del equipo CHIME del Consejo Nacional de Investigación de Canadá según consigna The Independent.