La blogger nos entrega un buen dato para capear el frio y pasar agosto sin problemas

Oye weona


El año pasado las autoridades propusieron enrejar el Parque Forestal de Santiago luego de que Chilevisión y otros medios denunciaran la presencia sostenida de orgías en el lugar.

Pero lejos de entrar en el debate de cuanta verdad y exageración existe respecto al tema, llama la atención que se produzca esta situación en una ciudad donde los moteles pululan por todas partes -principalmente en comunas donde la noche se vive de forma intensa como Recoleta y Santiago Centro- con precios para todos los bolsillos.

Los moteles nunca han sido un lugar donde la gente descansa luego de un viaje extenuante. Su connotación sexual los ha fortalecido haciendo proliferar el negocio entre Universidades y edificios de altura.

Si bien no todo el mundo es asiduo a ellos, “Oye weona” -blogger con un army de más de 50 mil seguidores en Instagram- tiene su favorito y lo recomienda con una historia que terminó bastante mal para ella pero no se convirtió en impedimento para repetir la experiencia en más ocasiones según nos cuenta a continuación:

Los moteles son sectoriales: a los tipos borrachos les da lo mismo ir a Yungay por tres horas alojando en instalaciones asquerosas que parecen ratoneras. Pero personalmente, cuando voy a un motel me quedo toda la noche”

Hablar de moteles significa estar al borde del mal gusto: están los temáticos que juegan al filo de lo ordinario y otros en Providencia con una decoración horrible, atención asquerosa, dos canales con mucho porno y pésima atención”

“Volviendo al tema de los temáticos: un buen consejo es no hacerse expectativas revisando en internet versus lo que te encuentras estando en el lugar. Además me importa bastante poco porque voy a tener sexo y no a fingir algún tipo de fantasía turca

“Por eso me encanta Motel Guayaquil: no es grande, se encuentra en un pasaje de Santa Lucía con la calle Guayaquil y no da vergüenza ir a pie en el caso de no tener auto. Existen opciones con espejos y jacuzzi pero nada temático, su atención es muy buena aunque no es barato”

Créditos: motelguayaquil.cl

“La gente que te atiende lo hace por una ventanilla donde no te ven la cara, se privilegia mucho la privacidad”.

Ahora la historia: fuimos un día con mi ex y me duché mientras el hombre me esperaba en la cama. Fue una ducha rápida porque una anda caliente y quiere hacer lo que tiene que hacer. Me di cuenta que el agua escurría un poco de la tina pero no le di importancia”

“Lo pasamos increíble y al día siguiente en la mañana me desperté temprano mientras el otro weón dormía porque tenía que trabajar y me duché durante media hora. Las duchas en Guayaquil son gigantes, parecen cascadas relajantes donde se pierde la noción del tiempo olvidándose de todo lo demás”.

(Imagen referencial y exagerada utilizada para fines representativos)

Al salir descubrí que el agua se había filtrado más allá del baño llegando hasta la puerta del pasillo. Podía meter los pies dentro del agua, pero gracias a dios dejé las zapatillas del hombre arriba de una silla la noche anterior y logré salvarlas”.

“Después de muchos intentos pude despertarlo y al ver la inundación se agarró las manos en la cabeza y me preguntó qué había hecho para después salir corriendo tratando de no empaparnos. Me tuve que secar los pies en el pasillo

“Con un tono de mucha tranquilidad le dije a la recepcionista cuando nos entregó el carnet, que al parecer había una pequeña filtración que inundó toda la pieza. No me importó mucho, porque volví a ir después, aunque con otro hombre

“Conocí el motel Guayaquil después de un dato que me dieron mientras tomaba en Bellavista y desde ahí se convirtió en el motel regalón”.

Hotel Guayaquil ofrece dos tragos de cortesía para quienes decidan pasar un rato dentro de sus dependencias con tarifas ajustadas para todo los bolsillos (además queda muy cerca del metro y no es necesario llevar auto).

Para conocer otros historias moteleras de “Oye weona”, visita su blog y hazte parte del séquito que sigue sus consejos sexuales.