Tras ser extraídos por un embajador británico aficionado a las antigüedades en el siglo XIX, Grecia ha exigido que los mármoles sean devueltos hasta el Acrópolis, lugar de origen. Sin embargo, las conversaciones no han sido muy fructíferas. 

Hace algunos días, el director adjunto del Museo Británico, Jonathan Williams, aseguró durante una reunión de la Unesco que los mármoles del Partenón griego que están presente en su museo, fueron rescatadas desde “las ruinas” y que no habían sido retirados del templo. 

Para Lina Mendoni, ministra de Cultura griega, las declaraciones le parecieron “graciosas”, ya que existiría evidencia arqueológica de que las estatuas fueron cortadas para separarlos del Partenón, el templo griego más conocido del mundo y declarado Patrimonio de la Humanidad.

Lo cierto, señala un reporte de la Agencia EFE, es que los mármoles se habrían trasladado hasta Gran Bretaña a principios del siglo XIX cuando Thomas Bruce, embajador de ese país en el Imperio Otomano, consiguió el permiso del Sultán para llevarse parte de la estructura. Más tarde, Lord Elgin (cómo era conocido), vendió las piezas por 35.000 libras al gobierno británico. Desde 1939 son expuestas en el Museo Británico, y en el Acrópolis -su lugar de origen- solo se exhiben copias. 

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Consultado por el medio griego Kathimeriní, después que la Unesco anunciara eventuales diálogos para llevar a cabo la devolución, el Museo Británico señaló que “no se han llevado a cabo ni se planean nuevas conversaciones con el Gobierno griego”

A lo que Mendoni respondió que “la comunidad internacional tiene derecho y exige ver esta obra maestra del arte, en su totalidad, unificada en la Acrópolis”

“Ahora estamos creando una fuerte ola que presiona a la parte británica para que estas esculturas, las obras de Fidias, puedan regresar a su lugar de nacimiento y encontrar su lugar en el Museo de la Acrópolis”, agregó.