Por Sebastián Herrera

Espacios en desuso, márgenes, censura, pocos a casi nulos medios de difusión, la experimentación musical, instalaciones visuales, exposiciones sonoras, raves, galpones usados para la contracultura, punks, new wavers, o pioneros del techno fueron parte del paisaje que habitaron cuatro de las mujeres que se han convertido en representantes del pensamiento revolucionario.

Insistentes, feministas, impetuosas y, sobre todo, creativas: la actriz, Patricia Rivadeneira; la música, Cecilia Aguayo; la coach, Tahía Gómez; y la diseñadora y directora de arte, Jacqueline Fresard, son quienes conforman uno de los imaginarios artísticos que nutrió el movimiento underground de finales de los 80 y principios de los 90, a través de su colectivo: Las Cleopatras.

Ad portas del 8 de marzo, en un contexto politizado, convulsionado y donde el feminismo lidera gran parte de las nuevas ideas que abogan por el cambio, Patricia Rivadeneira, nos comparte su visión del Chile que comienza a despedir y dar bienvenida a una nueva década, justo cuando el 28 de marzo, se reúna, junto a las demás Cleopatras, en el encuentro multidisciplinario Estrategias Oblicuas, espacio que utilizarán para exponer un trabajo que aún mantienen en secreto, además de dialogar sobre el rol político de la escena underground en el país.

El arte como motor de cambio

“El arte es un motor de cambio y de toma de conciencia, nos permitió y nos sigue aun permitiendo hacer lectura de un contexto y en ese sentido es valioso y transformador para la sociedad. Cuando hicimos las Cleopatras, sabíamos que la idea del cambio de paradigma era un bastión que no debíamos soltar, sabíamos que teníamos todo más difícil, no solo por ser mujeres, sino porque el Chile que nos tocó era uno de censura y represión. Por eso nuestros temas tenían que ver con abrir grietas, en pensar y abolir la censura, el abuso de los hombres, la dificultad de encontrar trabajo sin ser abusadas, romper con los límites y encontrar espacios de libertad. Nunca pudimos eludir esas cosas, porque eran parte de nuestro cotidiano y fueron nuestras temáticas en cada una de nuestros espectáculos, porque era necesario cambiar y creemos que aún es necesario continuar ese proceso, porque son esos mismos temas los que hoy se mantienen en disputa”.

Otras fórmulas de convivencia

“El trabajo feminista viene desde hace cientos de años y, si bien, en algún momento se adormeció, principalmente en los años 80, porque después de los logros feministas de fines de los ’60, el activismo se ocupó en recuperar la democracia, en temas ideológicos y políticos, como la guerra fría, el fin del muro y la caída de la Unión Soviética. La Cleopatras nunca fuimos feministas militantes, nuestra postura tenía que ver con la experimentación de otras fórmulas de convivencia en pareja, o de búsqueda de igualdades y de paridad con los hombres”.

Nunca negamos nuestra debilidad por lo masculino, el gusto por lo hombres, nuestra búsqueda tenía que ver con poder, más bien doblegarlos, que los hombres comprendieran que es en la igualdad de derechos donde se puede forjar el amor.

“En fin, éramos Reinas, como Cleopatra….toda reina ha de tener escuderos, caballeros y príncipes, jajaja. Eramos también tenaces en hacer lo que queríamos: cultivar una estética pop, sensual, erótica. Nosotras siempre buscamos eso, dentro de esa sensualidad y de ese gusto hedonista y placer erótico, buscábamos la libertad en todos los ámbitos, la libertad sexual, profesional, de pensamiento, así como la posibilidad de formar otro tipo de familia. Sin ir más lejos, dos de nosotras fuimos madres solteras en una época donde ser madre soltera no era igual que ahora, era un estigma tanto para la madre como el hijo”.

Decisiones de vida o muerte

“En toda la escena existía mucho machismo, sin embargo, en el caso de nuestra tribu, tuvimos la fortuna de que fuera un poco distinto, había mayor consciencia de la búsqueda de identidades y deseos, esto tanto en mujeres como hombres; convivíamos en un mundo donde estaba llegando el punk y el new wave, donde también había una feminización de lo masculino, donde había más permisibilidad a lo distinto y nuevo. En ese sentido quisimos exacerbar esto, de tal modo que todos los ámbitos fueran algo mucho más paritario, igualitario y colaborativo”.

“Buscamos generar un cambio, entendiendo los riesgos que eso implicaba, éramos mujeres muy libres, pero a riesgo también de perder todo. Me imagino que el halo mágico de esos años viene justamente de reconocer el coraje que implicaba caminar en el borde. Hoy se ha perdido eso, en gran parte por el capitalismo exacerbado en el que vivimos, que ha hecho una mercancía del arte, quitándole esa posibilidad de que sea desafiante, riesgoso, anticonvencional. Ahora el arte tiene un prestigio social que se agradece pero que digamos lo vuelve más burgués y cuando nosotros estábamos ahí no tenía ningún prestigio, el arte era antisistémico y por lo tanto peligroso, era nuestra herramienta para poder alcanzar o revelar lo que queríamos ser, era disidente, era políticamente atrevido, eran decisiones, a veces, de vida o muerte”.

Para los que no eran cercanos a nosotras, éramos todas unas putas.

“Es fantástico ver lo que hoy ocurre. Creo que ahora hay muchas más mujeres haciendo cosas que nosotros estábamos haciendo en esa época, que tiene que ver con buscar independencia en todo orden de cosas: independencia económica, independencia intelectual y la experimentación de nuevas maneras de estar en esta sociedad, donde podamos escoger sin ser señaladas y discriminadas”.

En esa época, para los que no eran cercanos a nosotras, éramos todas unas putas, no había ninguna defensa, no habían leyes que protegieran a las mujeres. Si hoy estamos lejos, entonces estábamos en el medioevo, quiero decir que es bueno recordar que mi madre nació cuando no había voto femenino, que hoy hay divorcio, los hijos son todos iguales ante la ley, hay ley Gabriela y vamos a luchar por una constitución feminista. Digamos que hay un matriarcado que está incubándose por el bien del planeta”.

La posibilidad de convertirnos en mercancía era una línea muy sutil.

“Es muy distinta la desnudez y la provocación erótica que nosotras encarnamos a la que hemos visto expandirse con el capitalismo que transformó el cuerpo femenino en objeto y mercancía. Con Las Cleopatras entendíamos que la posibilidad de convertirnos en mercancía era una línea muy sutil. Era muy importante ser inteligentes y entender la dificultad que representa el cuerpo expuesto, buscamos caminar en el filo, era un ejercicio de provocación, desde la ironía y el reto, sin caer en lo que precisamente criticábamos”.

Hemos demostrado que podemos ser iguales o mejores que cualquiera

“Lo que vivimos hoy es un movimiento dominado por mujeres y jóvenes, con un enorme coraje por conseguir cambios. Esta generación es la primera donde observas a mujeres que se divorcian a los 40 o 50 años, no porque se vayan con otro u otra, sino porque quieren y deciden estar solas. Esa libertad se ha ganado con trabajo, con sudor y lágrimas. Eso es un gran cambio que permite que las mujeres se revelen, decidan cómo quieren vivir, y aunque el prejuicio persiste las mujeres hemos demostrado excelencia en todos los ámbitos de la vida, podemos ser iguales o mejores que cualquiera”.

Perseverancia en la rebeldía

No sabemos si es necesario que las Cleopatras retomemos, ya han pasado muchos años, lo haremos para Estrategias Oblicuas, como algo particular, pero no sabemos si seguiremos luego de eso, cada una ha hecho individualmente cosas muy significativas en su propio ámbito. Por otra parte, hay mucha gente que está haciendo cosas realmente importantes, lo que hace cuestionarnos el aporte que podríamos llegar a dar. Pero quién sabe, puede ser que sí, y ese sí se fundamente en que tenemos una deuda con nosotras mismas, porque sabemos que tenemos muchas ideas dando vueltas que cuando nos reunimos se expanden, con el tiempo hay más madurez y eso es interesante de exponer porque los espacios para la gente de nuestra edad son pocos y, por eso, más necesarios. Además seguimos creyendo en la perseverancia en la rebeldía, estamos siempre pensando en ello”.