“Preferiría que me hubiesen regalado caca”. De ese nivel de regalos de mierda estamos hablando.

Para leer este post, sírvase a poner de fondo esta canción

Pareciera que jugar al amigo secreto es una de las actividades favoritas de las oficinas, familias y grupos de amigues a fin de año, pero para mí, siempre significa una pérdida de tiempo: es gastar plata que generalmente no tengo y que tampoco quiero destinar a una persona que no conozco mucho (en el caso de la oficina) y aunque me esfuerce, siempre, pero SIEMPRE, recibo de vuelta un regalo de mierda: cuando entré a hacer la práctica a una oficina y me regalaron una vela, UNA VELA, nunca supe quién fue, pero ahí estaba yo con mi vela, que estuvo en el baño de mi casa por muchos años y en otra oficina me regalaron una foto enmarcada de la oficina, pero no aparecía yo, estaban TODOS, menos yo.

Sentí que eso podría ser perfectamente una escena de The Office o Curb Your Entusiasm.

Pero, aunque como dicen las mamás “mal de muchos, consuelo de tontos”, pregunté por aquí y por allá y resulta que grande fue mi sorpresa cuando me encontré que como si fueran cartas al Viejo Pascuero me empezaron a llegar miles de testimonios de gente a la que la dinámica del amigo secreto no ha sido más que una terrible decepción.

Regalos sin ningún grado de cariño o buenas intenciones, regalos pasivo agresivos incluso, o sencillamente pésimas ideas. Aquí va una lista de pésimos regalos, para que los anotes y no los regales tú, a menos que te toque alguien que te cae terrible.

“Dos bolsas de té y un tarro de atún” – Camila Flores (25 años)

“Con mi amiga organizamos el amigo secreto porque estudiamos antropología en Valdivia y todo nuestro grupo de amigos no era de la ciudad y habíamos estado en paro mucho tiempo, por lo que estábamos en clases, lejos de nuestras casas hasta como el 23 de diciembre. Así que quisimos hacer como una convivencia/intercambio de regalitos. La cosa es que todos se preocuparon y llevaron algo piola, menos a una amiga que le regalaron un tarro de atún y dos bolsas de té Dilmah (que más encima le dijeron que eran robadas del super y todos cagados de la risa, menos nosotras que habíamos organizado toda la wea y nos tocaron los peores regalos). A mí no me dieron nada porque el niño al que le toqué, no fue.”


“Un apoya control remoto” – Camila Palacios (30 años)

“El mismo de la foto. Fue para un amigo secreto hace dos años. En mi pega se juega el amigo secreto peleado, la dinámica es que uno llega y deja todos los regalos en una mesa sin saber qué regalo es de quién y uno elige el que quiera y la siguiente persona puede quitártelo si es que le gusta el regalo que elegiste y luego hay que elegir otro. A mi me tocó elegir de las primeras y me dejé llevar por el tamaño porque no era algo tan grande y tampoco una botella de vino. Cuando lo abrí y vi que era este porta control remoto, obvio que nadie quiso robarme el regalo. Nunca supe quién lo llevó, yo creo que no se atrevía a decirlo porque al final del juego uno dice “ahh ese lo traje yo” y no pasó porque obviamente todos estaban desconcertados por el regalo.”


“Una iguana”

“Esto le pasó a mi +1. Como tenía fama de fan de los animales, a un compañero del colegio se le ocurrió regalarle una iguana, lo que no le hizo mucha gracia porque sabe lo que es tener una mascota: se gastó toda la plata que le llegó de regalo (más adicional) en comprar un terrario, alimento, luz ultra violeta y todo lo que necesitaba para su cuidado. Además de mucho tiempo averiguando cómo cuidar iguanas. A los días, veía que la iguana no se movía, así que la llevó al veterinario. Como no cualquier veterinario sabe de reptiles y menos en ese tiempo (2005), tuvo que ir a un veterinario especializado en reptiles, el que le dijo que la iguana tenía un parásito que le había provocado anemia y había que dejarla internada, lo que costaba mucha más plata diaria. Todo para que el 31 de diciembre, justo antes de cenar, lo llamaron del veterinario para decirle que había muerto. Peor historia, jamás regalar una mascota”.


Un raspe raspado – Kassandra (28 años)

“En la universidad hicimos un amigo secreto en un curso muy pelolais de arte PUC, porque yo tomaba esos ramos por gusto y les tenía mucha fe porque qué mejor que gente creativa + tope de cuatro mil pesos (que igual para ser universitarios era harta plata, alcanzaba mínimo para el copete). Nos juntamos después de clase en una plaza y dejamos los regalos bajo un árbol y obvio que cuando uno salía delante a recibir el regalo, tu amigo secreto aparecía te abrazabas y te tomaban una foto. El mío estaba en un sobre, hasta imaginé que quizás era una gift card, plata, un vale de descuento en una librería, y obvio que nadie dio la cara por mi raspe. Lo peor, fue mi decepción al ver que me robaron hasta la emoción de raspar la wea. Me llevé el raspe con vergüenza a mi casa sólo para que mis viejos me creyeran la historia, ahí tuve el raspe un tiempo botado en el living sólo para verlo y que me diera rabia. Nunca lo cambié porque ir al centro a cobrarlo me salía más caro que el premio (500 pesos).”


“Un apoya celular de alambre” – Josefina Sepúlveda (25 años)

“Era un amigo secreto de la oficina para Navidad y el presupuesto para el regalo era de 5 a 10 lucas. Lo que me llegó fue un paquete mediano pero caché que estaba vacío y weón, lo abro y era esa cagaaaa de apoya celular. Unos días después fui a la tienda (porque caché que lo vendían en Morph) y costaba como quina. Después supe quién fue el barsa cagón y quedó fichao. Literal es lo más inservible del mundo, nunca lo usé, jamás y el weón se ahorró caleta de plata, preferiría que me regalen caca”.


“Un porta scotch de taco” – Lorena Campos (23 años)

“Para un amigo secreto de amigos de la u, una amiga pero que no era tan cercana (pero suficiente como para haber tenido una mejor idea) me regaló un porta scotch… con forma de taco. Todos saben que soy la menos producida y que no uso tacos y nunca he usado tacos para ir a la universidad ni a nada”.


“Una canción” – Francisca Camus (25 años)

“Era chica igual, la profesora del colegio había organizado el amigo secreto y en la mañana todos tenían sus regalos menos una compañera, que se notaba que era porque se le olvidó. Después, cuando todos entregaron los regalos, ella dijo que tenía “un regalo muy especial” y se puso a cantarle al frente de una compañera UNA CANCIÓN RELIGIOSAAAAAAA que cantábamos cuando nos llevaban a la capilla algunos días a la semana, era como “una estrellita nos alumbraráaaa y si estamos tristes nos alegraráaa”, esa era la canción, obvio que todas ??!?!?!?!?!!?!?! y terminó de cantar y dijo “ese fue mi regalo de amiga secreta”. Obvio que el canto fue medio versión lírico, intentó ponerle onda jajajaja.”


Un bowl  – Carolina

“En un amigo secreto me regalaron esta fuente de vidrio para ensalada, el regalo es muy para la casa y yo ni siquiera tenía casa propia. Fue un pésimo regalo en su momento, todos con regalos muy elegidos para ellos y yo abrazando mi fuente”.


Un arte de alambre y tuercas – Sebastián López (34 años)

“Fue en un amigo secreto típico de pega, donde no conoces mucho los gustos de la gente, lo puedo entender por ese lado, pero igual en ese caso hay regalos genéricos que pueden funcionar. Era un mono de fierro y tuercas de pie con una guitarra en los brazos, quizás pensó “como este cabro es medio músico, le va a gustar”, pero aún no me explico cómo llegai a regalar algo tan random jajaja, me lo tomé como una broma, pero después igual me dio rabia porque a otros compañeros les regalaron cosas bacanes :(”


Bonus:

Un Capri de frutilla y una cartera de plástico que se rompió sola

Un porta toalla higiénica

Unos esmaltes de Karen Paola

Unos Chester

Una bandeja “hecha por artesanos de mi ciudad” y cuando la fui a usar, tenía una etiqueta que decía “Casa&Ideas set de 3 bandejas”

Pack shampoo Ballerina “Burbujas para tina… no tengo tina”

Un anillo de macramé

Una almohada usada

Un candelabro… sin vela

Un paquete de tallarines

Un CD de La Ley

Un pack de cassettes vírgenes

“Un cinta de regalo, de esas clásicas con forma de rosa. Nunca entendí la intención”

“Axe chocolate a los 26 años…”

Una culebra de madera (1313)

Un organizador de zapatos de pared

Un sacapuntas

Una taza con el logo de la empresa

Un libro de Record Guiness de hace dos años

Una figura de la Virgen María Inciensos