Es un hecho que los perros tienen un olfato increíble. A partir de una investigación del Laboratorio de Cognición Canina de Barnard College, sabemos que tienen 300 millones de receptores olfativos. Y cuando le huelen el ano a otro can son capaces de recopilar información genética, algo así como una conversación química. ¿Cómo lo hacen y para qué les sirve? Te explicamos.
Hay escenas de películas, memes y stickers de WhatsApp sobre perros oliendo su propio ano y el de otros. Pero, ¿por qué lo hacen? Tal como asegura la Sociedad Química de Estados Unidos (ACR en inglés), el secreto está en la química. Los expertos de la institución explican que estos animales cuentan con un sistema olfativo auxiliar llamado órgano de Jacobson o vomeronasal. ¿Su importancia? Está diseñado específicamente para la comunicación química y tiene nervios que se comunican directamente con el cerebro.
Así el aroma que tienen en las secreciones anales sirve como una carta de presentación para sus pares caninos. Al contar con nervios conectados al cerebro, el órgano de Jacobson permite olfatear ese olor sin tener interferencias de otros estímulos. Una vez que reciben el mensaje son capaces de saber del otro cosas como la comida que ingieren, su estado emocional e incluso su género.
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Siguiendo la misma línea, una investigación hecha por Alexandra Horowitz, profesora de ciencia cognitiva y directora del Laboratorio de Cognición Canina en Barnard College, aborda el mundo olfativo. En ella detalla que los perros poseen 300 millones de receptores olfativos y los humanos solo seis millones. Además, mientras las personas inhalan una vez por segundo y medio, los caninos lo hacen de cinco a diez veces por segundo.
“Hay muchas maneras de olfatear, y el método humano no es el mejor“, afirmó Horowitz. Pero también explicó que los humanos podrían entrenar su olfato. Siguiendo la filosofía de Axé Bahía después de saber esta información: beso en la boca sería cosa del pasado, la moda ahora es olfatearse el ano.