La obra ganó el Festival de Directores Emergentes 2016.
No vas a estar más de una hora en la sala de Sidarte, emplazada en el barrio Bellavista, pero no necesitas más minutos para envolverte con su argumento. A las 9 de la noche, aparecen cuatro actores vistiendo un overol naranjo, dando instrucciones sobre qué ingredientes debe tener el teatro político, para luego despojarse de su uniforme y encarnar a los principales actores y gestores de la dictadura.
Reconstruida solo a partir de testimonios del elenco original, esta obra ganó el Festival de Directores Emergentes del 2016 por su astucia para integrar la decepción actual sobre la política y referencias a la cultura pop que tiñen de actualidad al recurso histórico más utilizado en las expresiones artísticas de nuestro país.
Lucía Hiriart, Manuel Contreras, Raúl Hasbún y Jaime Guzmán entran en escena para reflexionar sobre el final del gobierno militar. ¿Qué harán: emigrar a otro país, perpetuar la dictadura hasta el fin de los tiempos o pactar la “democracia” en la que hoy vivimos? Pareciera ser que la tercera alternativa es la más viable, y allí es cuando la cosa pasa a ser a ratos chistosa, a ratos reflexiva.
Sin ánimo de adelantar detalles que podrían ser spoiler, si ves la obra que tiene funciones hasta el 1 de octubre, vas a quedar con una sensación enorme de rabia por sentir un dedo metafórico en la boca, al tiempo que experimentarás el alivio de que alguien más retrate el clima político tal cual es – en el caso de que seas de la idea de que nuestro sistema democrático emergió por una alianza entre derecha e izquierda, claro está -.
“El poder no está en el presidente; está en la Constitución. ¡La izquierda ya no existe!”, exclama un seguro Jaime Guzmán, decretando la permanencia de un sistema político que se resiste a morir, y que de a poco pierde fuerza con cada reforma. La cosa se pone surreal cuando el personaje de Guzmán propone un plebiscito para desligarse de las atrocidades, para que así, todo quede con el nombre de Pinochet. Para ello, utiliza la canción ‘Dime Que No’ de Ricardo Arjona como jingle de campaña. Simplemente, el punto alto de la obra. “Me tendrás pensando todo el día en ti, planeando la estrategia para un SÍ”, gritan los actores. El final es, en sí mismo, otro clímax para la obra, pero tendrás que verla para dilucidarlo. Lo que sí te adelantamos es que la frase “en la medida de lo posible” te hará mucho sentido al abandonar la sala.
¿Detalles para ver la obra?
La entrada cuesta 3 mil pesos en el Teatro Sidarte, y se presentan de jueves a sábado a las 21 horas. Más info aún en el fanpage de la compañía Perro Muerto.