Me gusta ser un aficionado a los festivales de música. No sé exactamente a cuantos he asistido en mi vida, pero debe ser un monto superior a 30. En esta página he hablado bien de Bosque Libre y he criticado Lollapalooza. Ahora quiero explicar por qué –a mi parecer– Festival Frontera es lo mejor que se realiza en Santiago.
Tocan bandas Latinoamericanas
A diferencia de Lollapalooza, que llena el programa con grupos de Norteamérica y Europa, el line-up de Frontera consiste en puros grupos latinos. Frontera muestra lo mejor del continente y ha traído grupos de Argentina, Brazil y otros países. Es un festival al que no se puede asistir en otras partes del mundo. Si quieres ver estos grupos tocar en vivo, y en particular verlos todos juntos, no existe mejor lugar para hacerlo que acá.
Soy fanático de la música indie chilena y Festival Frontera siempre ha sido la instancia para ver mis grupos favoritos en todo un día. A través de los años, he tenido el placer de ver a Gepe, Javiera Mena, Alex Anwandter, Denver, Ases Falsos, Camila Moreno y Manuel García. Sin olvidar a grandes artistas como Calle 13, Cultura Profética, Bomba Estéreo, Ana Tijoux y Chico Trujillo que también han estado presentes. A pesar de ser gringo, prefiero mil veces más ir a ver a estos grupos que a Eminem, Skrillex o Kings of Leon.
El público es agradable
Ya me queje sobre el público de Lollapalooza. Me sacaba de la buena volada de la música a cada rato y es lo peor de ese festival. En Frontera, no van adolescentes que gritan tan fuerte que no escuchas la música. Nadie se “frikea” porque el artista supuestamente los miro a los ojos desde el escenario. En Frontera todos están ahí, fumando pitos, relajados y escuchando con respeto a todos los artistas. Nadie empuja, todos piden permiso. No tengo nada que decir.
Creo que tiene que ver con el punto anterior que Frontera invita principalmente a talentos locales. Estos grupos no son de alguna “tendencia”. Los que van son sus verdaderos fans. No hay nada superficial. No importa el outfit, por lo tanto vi a muy pocos poseando para Instagram. Los asistentes están ahí por el amor de la música. No porque creen que están en Coachella.
No te sacan un ojo
Las entradas para Frontera no son baratas pero tampoco los organizadores cobran un precio astronómico. Por veinti-algo mil pesos tienes acceso a muchas bandas. Este año, fueron tres escenarios con música desde las doce del día hasta pasadas las doce de la noche. Si quisieras ver a todos los grupos por separado, te saldría mucho mas caro. Lollapalooza juega con el complejo de inferioridad del latino que se manifiesta en el desprecio de lo autóctono. Obviamente tienen que pagar más a los artistas extranjeros por venir a Chile, pero la disposición de la gente a pagar tres o cuatro veces el precio de una entrada a festival normal demuestra que ese público valora más a una cultura de Internet que a la propia. En mi opinión, es lamentable porque no creo que los artistas europeos y norteamericanos sean mejores que los artistas latinos. Solo que detrás de ellos, hay más recursos de producción y marketing que hacen parecer que son de mayor calibre.
No puedo dejar pasar que Frontera la cagó este año al postergar la fecha original del festival la noche previa al comienzo. Esto fue en noviembre y causó muchos problemas para los asistentes, sobre todo para la gente de regiones que habían comprado pasajes y alojamiento para esas fechas. Solo me puedo imaginar la rabia y la impotencia de esa gente. Al cambiar el lugar de Parque O’Higgins al Estadio Bicentenario de La Florida, donde también perdieron un poco de la esencia que tiene un festival. Es una lata no tener pasto donde sentarse. En mi opinión, sin pasto no es un festival. Se convierte en un concierto más. Pero bueno, es solo cuestión de semántica.
Ya estamos en otoño y viene el invierno. Con ello llega el fin de la temporada de festivales en Santiago. Para el otro año, espero ansiosamente el lanzamiento del line-up de Frontera y, si me gusta como me ha gustado estos últimos tres años, feliz voy a volver. No digo lo mismo sobre todos los festivales…
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