Pancho, tenemos que halar porque te necesito más temprano en la oficina“. “Pancho, el ritmo de trabajo de toda esta oficina está lento porque ustedes no son capaces de llegar antes de las 9 a producir“. “Pancho qué onda la hora“. “¡Pancho qué ooooonnnnndaaaaa!”.

El asunto de madrugar y determinar a qué hora te debes volver productivo ha sido un tema durante casi toda mi vida, salvo ahora que ya tengo un statement al respecto.

Los años más desagradables y amargos de mi vida fueron aquellos en los que estaba en el colegio/universidad, principalmente porque tenía que despertarme antes de que amanezca para estar así a las 8:00 am donde fuese , y el trauma fue tan pésimo, que juré por mi vida nunca más volver a pasar por eso.

Despertar antes de que amanezca es simplemente una pena.
Despertar antes de que amanezca es simplemente una pena.

Argumentos tengo muchos, pero a nivel laboral resulta que cumplir con mis obligaciones era una cosa (y funciona independiente del horario) y luchar contra el discurso de los madrugadores que se creen moralmente superiores a ti por ello es algo totalmente distinto.

El hecho es que hoy en día soy una persona que despierta sin alarmas, pero eso no me impide estar usualmente entre las 9:30 y 10:30 de la mañana totalmente operativo aunque con la gran diferencia de que la energía que siento es ilimitada en comparación a esos días donde por el simple hecho de despertar temprano, te sientes todo el día como con “el cuerpo cortado“.

En fin, para no latearlos con mi vida personal, quiero dejar esta columna que escribió “Molinos” en su blog “Cosas que me pasan” donde defiende muy muy muy bien la idea de dejar de ser un avaro madrugador.


Por qué madrugar te hace miserable

Estamos rodeados. Rodeados de cosas desagradables que sin embargo se están vendiendo como si fueran lo más de lo más, como si no hacerlas, comerlas, pensarlas o sentirlas nos fuera a convertir en infraseres, en peores personas.

¿De qué estoy hablando?

Hoy hablo de la campaña a favor de madrugar para ser una persona exitosa. Hace unos días un post en Medium bajo el tramposo título de “Por qué deberías ser una persona madrugadora” contaba una historia de terror acerca de “personas exitosas” que madrugan.

Empecemos por el principio.

Madrugar es levantarse a las 8 de la mañana. Es una hora estupenda. Si te acuestas a las 11 de la noche tienes por delante 15 horas de día que, bien aprovechadas, dan para un montón de cosas. Una hora de leer, entretenerte o lo que sea en la cama y 8 de sueño. El día perfecto.

Levantarse antes de las 8 de la mañana es avaricia. Ganas de ser el que se levanta antes, de estrenar las calles, de llegar al curro y decir “pues yo ya he corrido, nadado, paseado a mi perro, leído la prensa o preparado cocido para 15“. Por supuesto, hay mucha gente que se levanta antes simplemente porque no le quedan más opciones… pero casi seguro ninguno de ellos se considera una persona exitosa. Se verían mucho más exitosos levantándose a la hora que les diera la gana.

Levantarse antes de las 7 es vicio. Y como todos los vicios es incomprensible para el resto de la humanidad. “Me encanta”, dicen los que se comen las uñas o aman la calceta. Los demás no lo entendemos.

Las “personas exitosas” del post del otro día se levantaban todas entre las 3:45 y las 5:30 de la mañana. Obviamente eso no es madrugar, es rendirse al insomnio y levantarse de la cama para no seguir agonizando. “Ya que no duermo voy a ver si…”.

  • – ¿Tienes insomnio?
  • – No, es que me gusta madrugar.
  • – Ja.

Antes de que nadie se me eche encima, no estoy diciendo que haya que levantarse a las 12 de la mañana. De hecho levantarse más tarde de las 10 te hace tener la sensación de que te han dado un día “usado”. No es exactamente como un día de segunda mano, se parece más a leer un periódico que otro ha leído antes. Las noticias son las mismas, todo está en su sitio… pero no es lo mismo.

Los madrugadores tienen la ventaja competitiva” de que son capaces de salir de la cama antes. Todo depende cómo se mire. Yo puedo decir “Los madrugadores tienen la desventaja de que no disfrutan del sueño y no dan descanso a su cerebro”, por ejemplo.

En el post, las personas exitosas que madrugan tienen también en común, curiosamente, que son asquerosamente ricos. Me asombra que nadie vea que en estos artículos sobre lo buenísimo que es caerse de la cama de noche no aparezcan nunca ejemplos de “gente que se siente miserable porque se tiene que levantar a las 3 de la mañana porque tiene que ir a currar y desea morir“. A lo mejor me equivoco y todos esos curris madrugadores se sienten super exitosos cada mañana al amanecer mientras se hacen la cama.

Porque si. Resulta que para madrugar y que no desees suicidarte, conviene hacerte la cama. No lo digo yo, lo dicen las personas exitosas “Hacer la cama todas las mañanas está relacionado con una mejor productividad a lo largo del día.”

Sin entrar a discutir que dudo mucho que Michelle Obama, Anne Wintertour o Richard Branson se hagan la cama, cualquiera que madrugue sabe que la cama hay que hacerla por una única razón: si la dejas sin hacer y vas a estar mucho tiempo pululando por el cuarto, es muy posible que las sábanas te llamen con cantos de sirena, tu fuerza de voluntad flaquee y acabes tumbándote mientras babeas diciendo “cinco minutos más“. Por eso hay que hacer la cama, ni productividad ni leches. ¿A quién le importa la productividad a las cinco de la mañana?

Por supuesto y como era de esperar, además de la cama, después de madrugar vienen más torturas si quieres ser el colmo del éxito. No vale con arrastrarte fuera de la cama, llorando y soñando con un poco más de sueño, aunque sea en la alfombra. Eso ni es exitoso ni nada. Después de hacer la cama, hay que beberse medio litro de agua, desayunar fruta y verduras, hacer ejercicio, leer la prensa y priorizar el día.

Estáis pensando lo mismo que yo. Comer a las 5 o las 6 de la mañana no es desayunar, en todo caso será una recena o picar entre horas. Y hacer todas esas cosas no es “aprovechar el tiempo“, es rellenarlo hasta que sea hora de empezar a trabajar y el resto de la humanidad, que sí puede dormir, se active.

Conclusión: los madrugadores son gente muy envidiosa y quieren arrastrarnos a todos al lado oscuro. Y repito, antes de las seis de la mañana no es madrugar, es insomnio disfrazado.

Ahora que lo pienso, la única utilidad que le veo a esta idea de madrugar es si ligas con alguien, te vas a su casa y luego cuando te estás escabullendo te pilla.

– No es lo que estás pensando, no me estoy yendo…es que me gusta madrugar. Soy una persona exitosa.