Se ve como una hamburguesa de carne, sangra y sabe como una pero no lo es. La Impossible Burger está hecha de ingredientes vegetales y la fuimos a testear a San Francisco. Esto fue lo que pasó.

Hay cada vez mas consciencia en el hecho que el consumo masivo de productos de origen animal destruye el planeta, nos hace enfermos e implica el enorme sufrimiento de los animales que están destinados a parar al plato. El mundo no puede seguir con la misma dieta occidental. Algo tiene que cambiar. Como resultado, vemos la creciente popularidad de vegetarianismo y veganismo. Muchos de los que no han dado el paso de dejar la carne igual entienden y simpatizan con la lucha contra la industria del ganado. La típica excusa que se escucha es que nada es tan rico como la carne. “Nada sabe igual”.

Aquí entra Impossible Foods. Fundada en 2011 y basada en Silicon Valley, este start-up tiene un simple, y extremadamente ambicioso, objetivo: hacer obsoleta a la carne. Investigaron la composición química de la carne y cómo ciertas moléculas generan el sabor y la textura como la conocemos. Luego, buscaron ingredientes de origen vegetal con las mismas propiedades para crear una alternativa que es igual en sabor pero sin los efectos negativos para el planeta, nuestros cuerpos y los animales. La start-up ha recibido mucha atención mediática e importantes inversiones de Bill Gates y Google. Su primer producto es la Impossible Burger. Por ahora esta disponible en apenas cuatro locales en el mundo: uno en Los Angeles, uno en Nueva York y dos en San Francisco.

Yo tuve la suerte de ir a Cockscomb en San Francisco, un pub donde tienen la hamburguesa en su carta de almuerzo. Cabe mencionar que Cockscomb no es un restaurante vegetariano. Tiene en el menú un sándwich de albóndigas y un plato de bistec. Si no supieras que es, pensarías que es otra en su variedad de hamburguesas. Esto es significativo porque con la Impossible Burger no buscan ofrecer la mejor hamburguesa vegetariana, sino ser una opción totalmente reemplazable a la hamburguesa de vacuno.

La sirven con lechuga, mostaza dijon, cebolla caramelizada y pepinillo. La pedí con una IPA del norte de California para acompañar. Mientras esperaba la comida, miraba desde mi puesto en el bar a un chef tirando hamburguesa tras hamburguesa a la parrilla. Me demoré unos cincos minutos en darme cuenta que esa “carne cruda” era la Impossible Burger. Cuando me la trajeron, se veía igual a una hamburguesa. Con total honestidad, puedo decir que SABE IGUAL también. Y esto que en general las hamburguesas vegetarianas son secas, mientras esta estaba sabrosa, crujiente y grasosa tal como debe ser una hamburguesa.

La verdad, fue una de las mejores hamburguesas (de carne o no) que he tenido en mi vida. No soy el único que comparte esta opinión. Sentadas al lado mío en la barra había dos chicas, turistas de Canadá y ambas veganas, quienes “tenían que probar la Impossible Burger” entre los cosas que hacer en San Francisco. Cuando les pregunté su opinión acerca de la hamburguesa que acababan de probar, no podían contenerse. “¡Esto cambia todo!”, me decían.

Ahora, la hamburguesa no está al alcance de todos. Cuesta casi 15 lucas. Todavía no está lista para competir con una Angus Tasty de McDonalds. Aún así, le he dicho a mis amigos y familiares carnívoros que la prueben. Lamentablemente, parece que todavía falta para que se masifique.

Hablé con un manager de Cockscomb y me dijo que la tienen en solo cuatro restaurantes porque estos cuatro son de los chefs que forman parte del directorio de la empresa. No está disponible para el publico en general. Sin embargo, tienen planes de aumentar su capacidad de producción y dentro de poco van a expandir la oferta a otros locales en Portland y Seattle. No se sabe cuando cruzará fronteras para llegar al resto del mundo (y Chile). Pero ese día vendrá; esta solución para el futuro ha llegado.