Una conversación necesaria en estos tiempos que corren.

por Pablo Bustamante, del sitio vecino Disorder.cl

¿Cuánto tiempo llevas encerradx? ¿3 semanas? ¿2? ¿menos? Como sea, hemos empezado a comprobar que el claustro es complejo, arduo, desafiante. Digerible, pero áspero, haciéndote mierda la garganta en la bajada.

Llenándote la cara de muecas de desagrado en el proceso. Y quizás sea por lo mismo que tantos religiosos y religiosas salen tan mal de la cabeza luego de esos períodos de retiro, donde deben conectar con un Dios que en definitiva solo te desquicia. Lo mismo los milicos o cualquier fuerza de orden, quizás la única pega del mundo donde tienes que recluirte semanas, dejar de ver a tu familia y convivir contigo mismo y puros clones calcados. Los efectos los hemos observado en los últimos meses. Infernal.

La cuarentena nos tiene trastocados, filosos. En el límite. Poniendo a prueba nuestra salud mental y las relaciones con quien/quienes compartimos techo o incluso con nosotros mismos.

Desbordados a diario por un torbellino interminable de información que nos rodea y nos consume nos vemos sometidos a un proceso mental realmente delirante y paranoide.

Quizás ya empezaste a darte cuenta, quizás aún no, pero está pasando. Es un virus nuevo que se incuba en nuestra psique y nos tiene bien borders tratando de ajustarnos a esta nueva realidad mundial que el Coronavirus impuso en el planeta.

Andamos sensibles. Si compartes techo quizás te hayas sorprendido a ti mismo mosqueándote de solo escuchar respirar a quien tienes al lado. Si estás solo quieres atención, que te llamen, pero cuando lo hacen no quieres contestar. Irritabilidad, ansiedad, angustia, paranoia, todo mezclado en un cóctel desquiciante y que nos puede mandar en una pálida inédita. Todo eso sin mencionar la angustia generalizada por el desplome de la economía.

Súmale también el exceso de pantalla, información y los niveles históricos de consumo de porno y masturbación que hemos alcanzado como especie. Bueno, bajo ese escenario no suena extraño que la humanidad haga tilt y que finalmente los pumas conquisten Chile.

Para ayudarte a evitar el desplome y no perder el control de tu mente, conversamos con Sofía Babounespecialista en Salud Mental y existencialismo, Máster en psicología de la Universidad de Chile, quien nos compartió la verdad definitiva sobre cómo surfear el coronavirus y no desquiciarnos en el intento.

Quiero partir con la pregunta central y que probablemente engloba todo ¿Cómo no nos volvemos locos en este encierro forzoso en que nos tiene el coronavirus? Conversando con otras personas es frecuente escuchar la palabra ansiedad

Para no volverse loco y manejar la ansiedad, como lo planteas tú, es importante tener una rutina. Se ha hablado mucho de la importancia de las rutinas ¿Por qué es esto importante? Ya que al estar en casa y no tener horarios fijos a los cuales unx está acostumbrado, al no tener una rutina fija a la cual culturalmente estamos acostumbrados, esto hace que entremos en estados ansiosos. Sumado a la sobre información, tenemos demasiada energía, demasiados pensamientos que son difíciles de direccionar.

Una recomendación es hacer una planificación de la semana, pero con cosas realistas.

A mí me pasa que lo he intentado, pero me resulta bien un día y ya al siguiente vuelvo a desordenarme y ando en pijama, almuerzo Chocapic y no tengo idea qué día es.

Por eso es importante dividir las tareas en toda la semana, tareas que te puedan dar satisfacción. También hay que dejar espacios de relajo, como ver una serie o usar pasatiempos. En este punto es importante, en el de los pasatiempos, tener algo relacionado con la escritura o el arte, porque es necesario exteriorizar lo que estamos sintiendo. Ideal hacer un poco de ejercicio en la semana, hay muchos canales de yoga, de meditación, que puedes ver online o vía streaming y aprovechar esas cosas.

Yo no sé si a todes les pasa, pero ando abriendo la puerta del refri cada 20 minutos para ver si mágicamente apareció algo nuevo y termino comiendo a pesar de la sensación culposa que me genera

Es que por eso hablaba de la importancia de las rutinas. En ese caso es muy necesario tener horarios de alimentación porque si estás constantemente comiendo hay que entender que no siempre es un tema de hambre sino siempre cuestionarse ¿Es hambre realmente? Y no, no lo es. Come cuando tengas hambre.

Los niveles de autosatisfacción y consumo de porno se han disparado a niveles históricos ¿Hay que tener cuidado con esto? ¿Con la masturbación y porno excesivos y hasta rutinarios?

Cabe en el mismo tema de las rutinas y el manejo de ansiedad ¿Por qué o cómo hay tanta ansiedad que terminas masturbándote? Eso no está mal, pero si estás todo el día o varias veces en el día viendo porno y masturbándote, deja de ser algo positivo. La idea es que sea algo más ritualístico la masturbación, que es un momento contigo. Este período puede ser un momento de descubrimiento en el tema sexual, de experimentar cosas con uno mismo, de conocerse y eso no es malo. Sobre el porno lo mismo, no está mal, pero si abusas se vuelve algo poco saludable mentalmente, se torna contraproducente.

Volviendo al tema de la locura y la ansiedad. Muchos ya no se toleran con quienes viven y hay otros que están solos y se han puesto más ariscos y ermitaños ¿Cómo se trabaja ese deterioro de las relaciones?

En esos casos es muy importante el apoyo social. En ese sentido utilizar la tecnología, hay muchas herramientas nuevas que te permiten mantener contacto con otras personas. Si vives con gente en la casa, ver las noticias y comentarlas y si estás solo, hablar con amigos o pareja en caso que esté a distancia para que puedas comentar lo que te pasa, escuchar a la otra persona y que sea un espacio terapéutico. Recalcar que si esto se hace difícil hay que buscar ayuda, hay varias psicoterapias online, con aranceles diferenciados y facilidades, es cosa de preguntar.

Otra de las conductas que se ha visto trastocada es el sueño. Andamos todos insomnes, medio desorientados, durmiendo pésimo. A lo Edward Norton en Fight Club

El tema del insomnio se da mucho y genera ansiedad. Es importante lo que se conoce como la higiene del sueño. Por ejemplo, no estar viendo pantalla a full luminosidad y tv por lo menos una hora antes de acostarte, bajar la luz le permite al cerebro relajarse y dormir mejor. Eso sumado a racionar la información. Es difícil porque hay un bombardeo de info, pero hay que dejar un momento para informarse y no estar todo el día en eso. Autocuidado es importante, cuidarse de las cadenas de Whatsapp que nos llegan a todxs, controlar el uso del celular.

Y finalmente, ha empezado a alflorar un incipiente sentimiento de culpa, de cuestionarnos nuestra realidad, incluso de sentirnos hasta barsas por estar aburridos e insatisfechos o en el colapso emocional por el encierro siendo que igual tenemos muchas comodidades ¿Está bien esa culpa, esa insatisfacción o ese cuestionamiento constante?

Sobre los procesos internos, es normal cuestionarse todo, la existencia misma. Por eso es importante llevar una bitácora quizás, entender estos procesos internos, todo lo que va aflorando de uno. Tampoco hay que sentir culpa por los privilegios en cuarentena porque de nada sirve estar culposo.