Además, varias personas nos contaron sus experiencias más Navidarks para que no te sientas sol@ en esto.

Hay quienes simplemente gozan de las guirnaldas y las luces; para otros, en cambio, se trata de una etapa que llena de nostalgia y ansiedad.

¿A qué se deben los sentimientos depresivos durante las festividades de fin de año? La psicóloga clínica y académica de la Universidad de Santiago, Verónica Vásquez, dice que se trata de un conjunto de factores: “El cansancio, el exceso de actividades y compromisos que hay, …nos vemos mucho más demandados en distintas áreas. Eso desgasta física y psicológicamente“.

El año pasado nos desangramos de depresión escuchando la “Sad Christmas Song” de Miley Cyrus y The Flaming Lips. Próximos a los días en que los barrios se llenan de compradores de regalos y las calles se iluminan con lucecitas que te ponen especialmente emo, nos detenemos un momento para salir del espíritu navideño, y perseguimos historias más oscuras que esperanzadoras sobre esta época que cierra el año.

Haciendo un repaso por las historias que llegaron hasta nuestros oídos (y ojos), resaltaron tristes relatos. “No entendía porqué no habían regalos en el arbolito y era porque mis papás se iban a separar. (En ese momento) pasó piola, aparte que caché la razón ya más grande y ahí sí me dio penita”, relata Bárbara. “Me baja toda la pena gótica en esta época. La peor fue cuando mi abuela se enfermó y la verdad es que ni siquiera tuvimos Navidad”, narra Tania.

Lo cierto es que los quiebres y pérdidas familiares pesan más que nunca en instancias donde pareciera que el mundo nos presiona a reunirnos en torno a una cena, regalos y a estar con una sonrisa en la cara. De hecho, éste es uno de los factores que inciden en que nos sintamos deprimidos en estas épocas.

A través de Twitter, Sofía nos contó que pasó una Nochebuena en el hospital por un caso de artritis juvenil. “Tenía 6 años. Me hospitalizaron hasta después de Año Nuevo”. En tanto, Pilar tuvo una serie de eventos desafortunados para una Navidad, pero decidió reírse de la cantidad de coincidencias negativas que le ocurrieron. “Mi papá se peleó con su esposa, con mi hermana hicimos galletas que se quemaron y mi madrastra me regaló unos colaless horribles…la recuerdo con semi cariño, porque podría ser un buen sketch en el futuro”, comenta. Pero no es tan fácil para todos ver el lado positivo de los eventos.

Según la psicóloga Verónica Vásquez, el deseo y las expectativas también entran en juego: “Cuando termina la Navidad puede aparecer una sensación de vacío con los regalos, como que no se llenó tu necesidad de intimidad afectiva que está en la escena más prototípica de Navidad, que te conecta con un momento familiar“. La depresión en esta temporada del año ocurre, asimismo, por no saber cómo expresar afecto. Esta sensación genera que queramos demostrar el cariño a través de gastos innecesarios que, en muchas ocasiones, nos pueden llevar a adquirir una o más deudas.

En lugar de los sentimientos más puros y el regocijo del fin de año, está el consumismo; “eso sí puede producir más pena y depresión. La ansiedad se asocia más a los tiempos acelerados”, explica la psicóloga. Ya no nos sentimos tan mal por derramar unas lagrimitas al ritmo del disco eterno de Michael Bublé o el “Santa Claus llegó a la ciudad” de Luis Miguel.

Pasen la botella de cola de mono.