Acercarse al pop y alejarse del hip hop, tanto en forma como en fondo, en artistas y letras, que estrellas femeninas incorporaran a exponentes del reggaeton como feats, y el surgimiento de mujeres reggaetoneras, fueron clave en la globalización del género.

Reggaeton

Es un hecho que en 2017 el reggaetón, con tan sólo una canción, conquistó el mundo entero. “Despacito“, el hit de Luis Fonsi con Daddy Yankee que habla sobre tener sexo lento, es el tema que más semanas ha pasado en el número 1 del Billboard Hot 100 en la historia, junto con “One Sweet Day” de Mariah Carey con Boyz II Men, con 16 semanas.

También, pasó 52 semanas en el top del Billborad Hot Latin Songs y el video más visto en la historia de YouTube. Suma y sigue, que no hay nada hasta el momento que puede superarla (si hasta la tocan en festivales de música electrónica y la gente se vuelve loca).

Pero tampoco podemos asumir que el éxito de “Despacito” se debió únicamente a la fuerza de los puertorriqueños, sino que a la inteligente decisión de sumar en un remix a Justin Bieber. Es en ese momento en que todo explotó y cada persona en este planeta que tiene Spotify, Apple Music o cualquier reproductor le puso play billones de veces. Se propagó como la plaga y cada fiesta en las que estuviste, cada rincón de un mall o un supermercado por el que pasaste, cumpleaños de niños a los que fuiste, la escuchaste, la cantaste tantas veces que quizá finalmente hasta la odiaste.

Hasta el mismo Bieber terminó odiándola, tanto que terminó olvidando la letra por completo.

La receta de artista latino feat. artista gringo resultó ser un éxito que, aunque ya se venía haciendo hace rato (veáse todos las colaboraciones de Pitbull con Wisin & Yandel), empezaron a replicar la idea con colaboraciones improbables, porque hace tiempo que el mundo anglosajón quiere replicar el sonido latino y hacerlo suyo.

El colombiano J Balvin es el que más ha salido ganando con estos feats, porque los ha hecho con Major Lazer, Cardi B y sumó a Beyoncé en el Remix de “Mi Gente“, pero no es el único: Nicky Jam con Sean Paul o Anitta con Major Lazer.

Lo que J Balvin hizo fue seguir un trend que continúa la misión de “Despacito”: hacer del reggaetón un mundo sin violencia de género, y aunque algunos no sean tan conocidas en el mundo anglo, todos salen ganando.

Son canciones, por lo general, con letras suaves que se apegan más al latin pop y dejan atrás sus asociaciones con el hip-hop, un género que en sus inicios fue más asociado a la objetivación de la mujer y ahora está más dedicado al comentario político tanto de raperos como raperas.

Pero no contentos con sumar millones de views en YouTube y con estar en la cima de las listas, siempre se puede ser más feliz: en el segundo fin de semana del Coachella 2018, J Balvin subió no 1 sino 2 veces al escenario acompañando a Beyoncé y Cardi B, con Bad Bunny como su otro acompañante. Este momento histórico, de un reggaetonero y un cantante de trap latino arriba del escenario de un festival gringo, se suma al de Luis Fonsi y Daddy Yankee interpretando “Despacito” por primera vez en la ceremonia de los Grammys 2018, la primera oportunidad que una canción completamente en español es cantante en esta premiación.

https://www.instagram.com/p/Bh3rRlag7F0/

https://www.youtube.com/watch?v=ip8npHupN4Y

Reggaeton machista

Si la mayoría de artistas latinos más populares son, en su mayoría, hombres, ¿cómo el reggaetón se hace cargo de romper el estigma histórico de misoginia que siempre ha tenido ahora que entró en el mercado mundial de la música? Bueno, no es tan simple.

Por más de una década, el reggaetón fue asociado a la violencia sexual y al machismo. Letras tipo “pégala contra la pared”, “a ella le gusta que le den duro” o “agárrala, pégala, azótala” son un clásico y siempre levantarán cejas entre los puristas, y con justa razón.

No es sólo el hecho de usar un lenguaje violento, sino que también el tomar las necesidades de las mujeres y ponerles una voz masculina, eclipsándolas completamente.

Petra Rivera Rideau, profesora de Estudios Americanos en el Wellesley College, conversó con NPR para hablar sobre la misión del reggaetón en la era del #MeToo.

“Creo que la pregunta sobre si el reggaetón es misógino o no es muy básica, porque mucha gente va a responder que sí. Mi madre definitivamente va a decir que sí. Pero esta es una de las cosas que históricamente se han dicho sobre el reggaetón, que es música misógina, que promueve la violencia contra la mujer, promociona supuestas conductas sexuales inmorales. Y este argumento no sólo se ha usado para desacreditar el reggaetón, sino que también, en mi opinión, demonizar las comunidades de donde viene el reggaetón, que son lugares predominantemente negros o no blancos de clase trabajadora urbana que son objeto de racismo, que son comunidades estereotipadas en torno a la sexualidad y la violencia, y sería bueno divorciar al reggaetón de esos contextos sociales”, explicó.

A pesar de que en la entrevista se enfocan en el plano norteamericano y todo su movimiento hollywoodense del Time’s Up y #MeToo, la verdad es que latinoamerica está sacando muchas exponentes mujeres del reggaetón. La norteamericana Becky G sigue y sigue haciendo canciones con otros reggaetoneros desde que le dio vuelta a su carrera con “Mayores”; Karol G es una de las más queridas en el reggaetón latino de hoy; Natti Natasha ya lleva mucho rato en el hall of fame del reggaetón, y Anitta está haciendo lo suyo desde Brasil para el mundo (incluso cantando en español).

Por fin Ivy Queen ya no está sola.

https://www.youtube.com/watch?v=acOk35Crs7Q