El titular puede sonar exagerado, pero dadas las circunstancias en las que Lavigne sobrellevó su carrera con el correr de los años, decantó en una artista que desaparece de la memoria colectiva sobreviviendo apenas por la nostalgia que nos provocan sus primeros años en la industria.
Esta mañana las noticias de espectáculo mostraron de forma tímida una foto de Avril Lavigne anunciando en Instagram su retorno a los escenarios después de cuatro años de ausencia.
https://www.instagram.com/p/BhcnaNanXNJ/?taken-by=avrillavigne
Varios artistas dejan pasar tiempo para concentrarse en otros proyectos o en su vida personal, pero para Lavigne este periodo no fue de introspección ni diversión: se recuperaba de una patología invalidante (la enfermedad de Lyme) y sus únicas apariciones en la prensa consistían en defender a su ahora exmarido Chad Kroeger ridiculizado constantemente por las letras de la banda que lidera, Nickelback.
Existe una teoría planteada medio en broma y medio enserio donde afirman que Lavigne está muerta y fue suplantada el año 2006. La ridiculez claramente sirve como una metáfora para dar a entender lo mucho que ha cambiado la artista con el correr del tiempo.
Este cambio se desglosa como el recorrido de una artista que cumplió todas las expectativas con su primer disco para convertirse pocos años después en todo lo que prometió destruir.
¿Qué pasó realmente con Avril Lavigne?
Breakthrough
Tal como Ariana Grande dice baby en todas y cada una de sus canciones, Avril Lavigne se apropió de la palabra real como bandera de lucha para diferenciarse de las divas pop que competían por la atención mediática mediante una estrategia que funciona hasta el día de hoy: pasar de una imagen pulcra e inocente a un shock hipersexual.
De hecho, tal como nombran mediante pésimas decisiones editoriales a futbolistas femeninas como las nuevas Alexis Sánchez, Avril Lavigne fue presentada al mundo mediante titulares en primera plana catalogándola como la Anti-Britney.
Lavigne de 16 años llegó a Nueva York para probar suerte dejando su pueblito canadiense atrás y no pasaría mucho tiempo para que se convirtiese en la llamada Nueva Alanis Morisette –sí, las analogías son propias del inicio de cualquier carrera en el mundo del entretenimiento– ganándose la aceptación crítica con su primer álbum Let Go.
Acá hagamos un stop: Let Go se convirtió en una sensación que tomó al mundo de la música por sorpresa marcando la transición del pop al pop punk con éxito -el disco fue el quinto más vendido del año 2003 con 7 millones de copias- y pocas artistas han logrado crear una base de fanáticos tan sólida con un álbum debut.
Complicated hablaba sobre dejar de lado las apariencias para vivir una vida más libre; Sk8ter Boy sobre una chica que dejaba pasar al amor de su vida por aferrarse justamente a estas apariencias y I’m with You se convirtió en la décima canción más escuchada en todo el mundo además de ser nominada a Canción del Año en los premios Grammy.
Ya sea hablando sobre los temores a perder su virginidad con Tomorrow o mantenerse al pie de la letra con sus convicciones a través de Mobile y Naked, Lavigne y Let Go estaban en todas partes. Es imposible cuantificar cuantos posters de su imagen skater y despreocupada se vendieron en las playas de Chile o cuantos adolescentes adoptaron su imagen como forma de inspiración.
Varios cuestionaron su estilo punk llamándola posera y acusándola de apropiarse de ciertos rasgos que según varios, no le pertenecía a su género musical ¿Pero a quien le importan estas críticas cuando tienes un álbum ultra nominado al Grammy que promocionas en una gira por el mundo agotando entradas? Francamente a nadie.
Involución
Poco después del éxito de Let Go en mayo de 2004, Lavigne publicó Under My skin, segundo álbum donde potenció una imagen mucho más oscura con tendencias al post grunge. En este periodo la imagen de Avril Lavigne era comparada a la figura de Amy Lee -cantante de Evanescence- y todos suponían que la tendencia roquera continuaría en esa línea. Pero no fue así.
El álbum cosechó grandes ventas y buena recepción crítica pero no logró el impacto de su antecesor. En este momento todo se derrumba. Lavigne dejó pasar un par de años para volver a la música y cuando por fin estaba lista, nos presentó esto:
Ya, Girlfriend es probablemente la canción más conocida de Avril Lavigne hasta la fecha y su único hit en alcanzar la primera posición del Billboard. Su video musical fue durante años el más visto en Youtube y el primero que superó la brecha de los 100 millones de visitas en la historia de la plataforma.
Pero este éxito no se tradujo en sus siguientes sencillos. Girlfriend y todo el concepto de su tercer álbum –The Best Damn Thing- le costó a Lavigne la confianza de sus fans. En un principio, la artista había cultivado una voz excepcional junto a letras maduras y ahora la veíamos sonando en baladas con conceptos prescolares pero muchas groserías de por medio para mantener una actitud punk, que realmente, nunca fue.
La crítica tampoco estuvo conforme con esta nueva Avril que se hacía llamar a sí misma princesa y el tour correspondiente para promocionar el álbum, registró bajas considerables en su venta de entradas.
Pese a intentos posteriores de volver a ser tomada en serio, Girlfriend le costó a Lavigne su credibilidad.
Redención
Consciente de cómo el cambio en su estilo musical e imagen defraudó a varios de sus fans -que esperaban una continuación de lo que había hecho con My Happy Ending en su segundo álbum- Lavigne regresó 4 años después con Goodbye Lullaby.
Sus intentos por volver a ser la misma de antes no fructificaron porque la industria había cambiado. El punk rock y otros géneros habían desparecido. Era la hora de los sintetizadores y artistas pop como Rihanna y Lady Gaga. El cuarto álbum de Lavigne fue el primero que no logró vender más de un millón de copias y no hubo gira por Estados Unidos debido a la baja recepción del público.
Pese a todo, Lavigne continuaba siendo muy popular en Latinoamérica y sobre todo en Japón, donde logró llenar estadios de 50 mil personas. Además, el álbum retrata una transición mucho más adulta en su vida marcada por lo que sería su primer divorcio.
Su último trabajo, Avril Lavigne, pretendía recuperar de una vez por todas el pedestal que le correspondía. Incluso en su primer single, Lavigne pasea en skate con corbata retomando el viejo look con el que la conocimos. Un acierto que diluyó luego de polémicas que rodearon el lanzamiento de su álbum meses después.
La crítica fue voraz con el álbum, tachándolo de inmaduro y culpando la (mala) influencia de Nickelback en el mismo. Además, la artista se convirtió en un meme por su poca cercanía con sus fans al momento del meet&greet durante la gira correspondiente.
Poco después de ser acusada de racista por su video “Hello Kitty” Lavigne tuvo que retirarse de los escenarios por una enfermedad que la mantuvo durante meses inmovilizada. Desde ese punto, han pasado cuatro años desde que no escuchamos nada nuevo de una de las artistas más influyentes del nuevo milenio
El talento de Avril Lavigne siempre ha estado presente. Su presencia escénica también se diferencia de sus pares y millones de veinteañeros la recuerdan con aprecio por formar parte del soundtrack de sus vidas. Si bien hemos escuchado poco de ella y su presencia en redes sociales no es excepcional, distintos indicios nos muestran que estamos cerca de retorno que podría callar de una vez por todas a los críticos y escépticos.
O quizás tan solo nos queda recordar las reminiscencias de una artista que rompió los esquemas del mundo del pop negándose a ser clasificada dentro de un estatus, sacrificando su carrera por la búsqueda de un sonido pegajoso.