Erick Pickersgill es un fotógrafo estadounidense que decidió alterar fotografías captadas en situaciones cotidianas para mostrar lo preocupante que es la dependencia que generan los celulares o cualquier otro tipo de dispositivo móvil.

En este proyecto llamado “REMOVED”, Pickersgill quitó los smartphones y/o tablets de las manos de diferentes personas en distintas situaciones y el resultado son fotos absurdas que que reflejan lo acostumbrados que estamos a estar constantemente mirándolos, independiente del contexto en el que nos encontremos o de lo acompañado que estemos.

A pesar de los obvios beneficios con los que contribuyen a la sociedad estos avances en la tecnología, sus implicaciones sociales y físicas se van viendo poco a poco. De manera similar a como la fotografía transformó la experiencia vivida en una experiencia fotografiable, reproducible y posible de imprimir, los dispositivos personales están desplazando comportamientos mientras que al mismo tiempo se mezclan con el entorno convirtiéndose en uno con el cuerpo.

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A modo de dato, ya el 2013 un estudio decía que una persona en promedio desbloquea su teléfono 110 veces al día. No quiero imaginar cómo será ese dato hoy en día cuando la penetración de los smartphones es mucho mayor.