La situación en la Federación de Tenis está demasiado parecida a terminar como la ANFP y claramente Marcelo no está ni ahí con enredarse en eso.

En octubre del año 2013, el entonces presidente de la Federación de Tenis de Chile, José Hinzpeter daba las razones por las cuales Marcelo “Chino” Ríos volvía al tenis como ayudante técnico del equipo chileno de Copa Davis:  “Por un lado, quiere devolverle, de alguna manera, al tenis lo que le dio; en segundo lugar, está muy motivado por la opción de trabajar con Nicolás, quien además es su amigo, y finalmente, porque echa un poco de menos el deporte”, decía en una nota de La Tercera.

3 años después, Javier Jadue, director de la Federación, da las razones de la renuncia del Chino, al mismo medio: “Marcelo quiso dar un paso al lado, está cansado y no está cómodo”, agregando que “más adelante, cuando todo se tranquilice, quiere volver. Hay que comprender su decisión y la entendemos como algo temporal… Hay un gran agradecimiento a Marcelo, nunca cobró un peso“.

Voy a repetir esa última parte: nunca cobró un peso.

¿Por qué estaría incómodo el Chino?

Primero, por la pasada serie contra Colombia y el deplorable estado de la cancha. Este suceso provocó la renuncia del vicepresidente de la Federación tras revelarse que OH! VAYA! Una de las empresas que construyó la cancha es propiedad de su padre.

https://twitter.com/MarceloRios75/status/754023455348158465?ref_src=twsrc%5Etfw

Segundo, la Federación de Tenis se encuentra en medio de una auditoria para transparentar las cuentas y ver de dónde viene la millonaria deuda que se formó durante los 9 años en que estuvo José Hinzpeter a la cabeza.

Esto se suma a que el año 2014 el empresario chileno Jaime Musalem donó 1 millón de dólares para que fueran destinados a los futuros cracks del tenis nacional con bajos recursos. ¿Que pasó con esa plata? Según informa AS, solo el 10% del total llegó a financiar el proyecto original. 60 millones. ¿El resto? ….

Para rematar, CIPER realizó una investigación en donde se da a conocer que:

“Los registros a los que CIPER tuvo acceso contienen más de 650 boletas pagadas por la federación y que involucraron un desembolso total de $373 millones brutos. El análisis de esos documentos indica que al menos una decena de funcionarios que estaban contratados y recibían sueldo de la federación, cobraron al mismo tiempo honorarios por trabajos similares a sus labores habituales. Uno de esos casos es el de Sergio Herrera Riera, quien mientras era gerente general de la federación emitió 16 boletas por un total de $55,4 millones hasta marzo de 2015, cuando dejó ese cargo”

El Chino claramente no está para ese tipo de hueás.