El mítico festival electrónico español aterrizó en Viña y superó con creces nuestras expectativas.
El festival originario de Almería, España, por fin llegó a Chile.
Hay que confesar que cuando vi el flyer pegado en la calle, era un line up de esos que daban la sensación que 5 días antes del evento, sería cancelado porque sí o que los headliners se caerían, pero para mi sorpresa no fue así.
Así que acá vamos: así fue mi experiencia Dreambeach en Viña del Mar.
Basándonos primero en los aspectos técnicos del festival debo decir que tiene unos jumbitos menos porque los estacionamientos estaban extremadamente lejos del acceso del festival, pero al menos quedaban muy bien cuidados y resguardados los autos.
Pese a que me costó un poco encontrar mi acreditación, esto no fue tanta molestia porque todo lo demás funcionaba demasiado expedito. Me sorprendió al ser un festival MUY parecido al estilo de Creamfields en Parque O’higgins. Una vez adentro respiraba hondo y agradecía nuevamente a Axe por la invitación a tan connotada fiesta.
Ahora vamos al tema de las barras, food trucks y baños: 5 jumbitos, muy bien, cero filas, todo bacán y las personas muy buena onda. En lo que más me topé aglomeramiento fue en el food truck Señor de los Bajones pero eran las 21:30 aproximadamente y por razones obvias estaba lleno jeje.
El sonido del festival estuvo bestial, sobretodo en el main stage el cual tuvo un maping de pantallas hermoso y un show de luces y artificios dignos de cualquier UMF (Ultra Music Festival). Pasé por todos los estilos electrónicos que pude aprovechar pudiendo disfrutar de Brennan Heart, Wildstylez, Nervo, Da Tweekaz, Goncalo b2b Uner, Brian Cross, HansNoise, Claptone, Fatima y Martin Garrix.
Mención especial para Francisco Allendes (en la foto de arriba), que tuvo al público prendido durante todo su set y sonó como siempre fresco. Fue sucedido por Claptone que para mi sorpresa presentó un set bastante popero y con mezclas medias extrañas en comparación a un set mas diseñado que hizo en Espacio Riesco el pasado año.
Luego vino el turno de escuchar a Fatima y me fui alternando con el main stage en donde tocaba Martin Garrix, lo cual te guste o no igual vas a verlo por todo el tema de la puesta en escena y el show que trae, insisto, el nivel de puesta en escena del festival me dejó sorprendida.
Para ser la primera edición de este festival me pareció super bien propuesto y organizado y me dejó para dentro la buena onda con la que te atendían las personas, desde los estacionadores hasta el personal de barra, un 7 promedio. Y dedos para arriba a las activaciones de Axe estuvieron muy entretenidas y llenas en todo momento.
Lo mejor de todo es que el próximo año vamos a poder ir de nuevo porque ya se anunció que gracias al éxito de su primera versión, el 2020 se realizará una segunda jornada.