Diez de la noche, Cine Arte Normandie: lanzamiento de uno de los mejores discos del 2014 según muchos. Pamela Sepúlveda se presenta en el escenario. Es Fakuta para el público, apodo escolar que nació como un chiste inexplicable, un chiste que se convirtió en un mail, un nick, un fotolog y ahora es uno de los nombres referentes del electropop nacional. Fakuta, la solista, el cerebro tras Tormenta Solar.
Después de una correcta presentación del argentino, Coiffeur, aparece rodeada de luces fluorescentes y pantallas que llevan su nombre. Su público es distinto, como ella. No hay euforia, hay buena onda. Los asistentes van desde Gokú de Gugulson hasta el productor Cristián Hayne, pasando por la deliciosa Joven y Alocada, el periodista Daniel Matamala y el actor Héctor Morales. Todos dejándose atrapar por las cuidadas armonías de una de las cartas fuertes del sello Quemasucabeza.
En el escenario, Fakuta deja la mitad de su rostro tapado con su pelo, como mostrando cierta timidez o, tal vez, restos de una ensimismada adolescencia, como lo ha confesado. Esa primera juventud donde tocaba el bajo en una banda de rock, casi como un cliché de cierta época, para luego dejar el segundo plano y convertirse en la maestra de ceremonias, pero siempre dejando caer la cabellera sobre la mitad de su cara.
Fakuta no mira mucho al público, prefiere mirar hacia abajo, a sus músicos, hacia un costado. Todavía es tímida y eso se agradece. Todavía no hace comerciales ni canciones para marcas.
Junto a su banda estable, el concierto comienza con la canción que también da inicio a su segunda placa, “Guerra con las cosas”, para luego cantar con Cristóbal Briceño “ Invisible”. Después vendrán una seguidilla de invitados, Fakuta cantando con Javier Barría (JuntaPena), con Gepe (Virreinatos), bailando con Coiffeur (Domesticar) y con Milton de Denver (Luces de verano y Tormenta Solar).
Las canciones pasaban como delicados dardos al oído, como el resultado de la constante búsqueda de unir lo masivo con lo sofisticado. Eso de poder llegar a cualquier persona sin tener que hacer demasiadas concesiones artísticas. Para el final del concierto el público ya estaba de pie, bailando, aplaudiendo, agradeciendo un concierto de un sonido impecable.
Fakuta, de profesión Arquitecta, ahora quiere vivir de la música y para eso está creando canciones que se acercan a la perfección. Y si ahora son pocos los que compran discos, muchos están dispuestos a pagar por ver presentaciones de buen nivel, que sean atractivos visual y musicalmente, como lo del sábado.
Fotos: Facebook Fakuta.