Revisamos los 25 años del punk feminista de Bikini Kill

Las chicas riot grrrl de Bikini Kill decidieron romper con el paradigma y ocupar un espacio en la historia de la música, el de ser un grupo de punk, que estaba repleto de hombres.

Erase una vez tres mujeres universitarias que potenciaron el movimiento riot grrrl, logrando que la escena punk rock fuera más inclusiva con las chicas.

Al mismo tiempo, y de acuerdo a cómo avanzaba su carrera, usaron su imagen para pelear contra los estereotipos de las mujeres, sobre todo problematizando la manera en la que la sociedad veía el cuerpo de la mujer.

Kathleen Hanna, Tobi Vail, y Kathi Wilcox, crearon Bikini Kil, junto a Billy Karren, también conocido como Billy Boredom.  Fueron imposibles de ignorar y su carrera les permitió resetear la industria de la música mainstream, según indica Nylon.

Fue un 09 de octubre de 1992 cuando las chicas lanzaron su primer EP homónimo con seis canciones: Double Dare Ya, Liar, Carnival, Suck My Left One, Feels Blind, Thurston Hearts the Who, aunque su carrera había empezado un par de años antes con la formación de la banda en 1990 y las versiones demos de esas y otras canciones titulado Revolution Girl Style Now.

Conversamos con la socióloga feminista Constanza Larenas, de la Universidad de Concepción, parte del colectivo Vaginas Ilustradas, sobre Bikini Kill y analizamos la situación en la música.

Kathleen Hanna, vocalista del grupo, se escribía en la piel “puta” con lápiz labial, se sacaba las poleras mientras cantaba, tenía el control total de su presencia en el escenario. Hacía lo que quería. Se tenía altas expectativas de las artistas femeninas para que cayeran en un molde, pero la cantante tomó el molde y lo llevó a otro extremo: lo destruyó.

Ella partió muy niña, dice Larenas, “muy desde juntarse con las amigas, ir a las tocatas y darte cuenta de que no habían bandas que tocaran lo que a ti te gustaba, pero sin embargo te gustaba ese estilo de música, entonces igual quería participar. También del intercambio entre amigas, de estar aburridas en un verano y querer hacer algo y no encontrar una banda donde poder entrar. Todo cruzado por un pensamiento y acción feminista de preferir espacios de mujeres. Hay un cruce importante en la creación de espacios específicos donde se invitaba a niñas, donde se hacían talleres a niñas y se compartía entre mujeres en espacios diferenciados, por decirlo mixto o con hombres. Surgen espacios desde las mujeres y desde la necesidad de ocupar un espacio que estaba 100% abarcado por los hombres”.

También, la banda invitaba a las mujeres a que crearan sus propios grupos musicales, sus propios medios para contrarrestar la escena mainstream dominada por los hombres.

La artista le dijo a Fact que ella quería divertirse, viajar y usar la música para esparcir la teoría feminista: “Mezclar políticas con música puede ser muy efectivo porque hay muchos fans jóvenes y enérgicos e interesados en cambiar las cosas…pone a gente que quiere cambiar en la misma pieza juntos”.

Hanna llamaba a las mujeres a que se ubicaran frente al escenario luego de que fueran golpeadas en las canchas por punks en los conciertos. Otro de los puntos por los que son fuertemente recordadas es porque pasaban el micrófono a la audiencia femenina para que pudieran contar sus experiencias de abuso y acoso sexual.

Podemos agradecerle a Bikini Kill la apertura de espacios de mujeres en la industria de la música, por educar profundamente en el área y por generar espacios de sororidad en la escena.

“Este éxito está vinculado a todo lo que estaba pasando en ese momento. Hasta el día de hoy pasaron a la historia de la música y sobre todo a la historia política de las mujeres, a pesar de que sean gringas”, explica la socióloga.

Bikini Kill ayudó a normalizar la voz política de las artistas como importantes. La banda se terminó en 1997, pero su carrera sólo se ha vuelto más relevante según pasan los años y en contexto actual la filosofía riot grrrl solo se vuelve más importante para frenar las condiciones de desigualdad. Los derechos de las mujeres, LGBTIQ+ e inmigrantes son una deuda en un clima sexista. Como en Chile y en gran parte del mundo.

En 2012, Hanna, quien estuvo dedicada a otros proyectos como la banda de electroclash Le Tigre y The Julie Ruin, fundó Bikini Kill Records y todo el material de la banda está disponible nuevamente aquí“No sé si haya un efecto de las Bikini en toda la esfera musical, pero sí para las mujeres. Son claramente un lugar donde volver y que hay que revisar en la historia”, finaliza.

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