Contextualicemos. Rick Owens es un diseñador californiano consagrado. Su estética es algo así como gótica, grunge, inesperada, caótica pero elegante, rebelde, monocromática, con siluetas asimétricas que desafían los límites corporales, urbana y rupturista.
Sus shows se definen por ser poco convencionales, siempre desafiando los cánones del high-fashion, y coqueteando con la controversia.
Y ahora vuelve a hacerlo. El señor Owens tiene al mundo de la moda agarrándose las perlas con su último desfile de Menswear 2015.
Básicamente, el creador creó una colección masculina de otoño/invierno, mucho negro, mucho cuero, siluetas deconstruidas, faldas y calzas masculinas, y de repente ¡pow! ¿Qué se asoma? ¿Qué se vislumbra? ¡PENES! Penes saliendo tímidamente por cortes estratégicamente dispuestos en túnicas. BOING BOING BOING
Muchos se ofendieron y se shockearon. Cínicos e hipócritas seres, si se piensa que son los mismos que apoyan causas como el #freethenipple o el movimiento de un cuerpo saludable y la no objetización de la mujer. No es la gran cosa, de hecho para nada ;), es sólo una parte más del cuerpo que anda rebotando arriba de la pasarela. Nadie dice nada cuando las modelos muestran poto y pechuga.
Muy pocos comentaron sobre la colección, que a mi parecer fue magnífica, con prendas bien cortadas, siluetas masculinas y desordenadas pero elegantes, una propuesta interesante, original y refrescante. Porque eso es Owens, un creador auténtico, fiel a su estética pero que le gusta salirse de su propio molde y moverle la jaula a la industria.
Esta vez, fueron unas cuantas tulas asomadas, ¿y qué? En el contexto de la moda el cuerpo es sólo un instrumento.
Sometimes, dick happens.