Con el pasar de los años hemos visto a Rihanna crecer musicalmente, pero también en cuanto a su estilo, llegando a convertirse en un ícono de la moda mundial.
La ocho veces ganadora de los Grammy ha sido musa de Gucci y Balmain, además de ser bff con Karl Lagerfeld (Chanel), Alexander Wang y Riccardo Tisci (Givenchy). No solo ha sido rostro de varias campañas de las marcas anteriores, sino que además creó un lipstick con su propia estampa para M.A.C. que se agotó en menos de un día y ahí se convirtió en una de las voces más importantes de la campaña Viva Glam.
Rihanna ha sido portada de varias revistas, pero antes de convertirse en la covergirl influyente que es ahora, ella se veía muy diferente. Cuando sus primeros hits se hicieron conocidos ella era una estrella del pop en ascenso recién saliendo de Barbados y probablemente nunca se imaginó que se convertiría en el gran ícono de la moda que es ahora.
Mientras todos bailabamos su primer hit “SOS“, Rihanna tenía solamente 17 años y todavía no tenía un estilo muy definido: polera con vuelos + mini + botas vaqueras = NOT. Pero todo esto fue al comienzo de su carrera, mientras era todavía una niña y antes de transformarse en la bad gal que conocemos ahora. La tercera foto es de su primera aparición en el programa TRL de MTV, donde Riri dejó mucho que desear.
Unos meses después, Rihanna hizo un drástico cambio de look y pasó de tener su pelo natural, a jugar con un color más claros y oscuros, además de cortes extremos, lo que nos iba revelando un poco más de su personalidad osada y versátil. Este cambio fue justo cuando estaba dando una vuelta a su estilo musical, y los temas que conocíamos de ella hasta ese entonces como “Pon de Replay” no fueron nada con la llegada su álbum “Good Girl Gone Bad“.
Con todos estos cambios de look RiRi comprobó que todo le queda bien, incluso esta melena roja gigante con la que salió para la portada de Vogue.
Para los Annual Grammy Awards en el año 2012, Rihanna demuestra que dejó la niña tierna de lado por completo y su estilo se definió y terminó siendo sexy, urbano y atrevido. Este look (que todos recordamos) fue lo que la llevó a ser una de las mejores vestidas de la noche, y sería solo el comienzo de lo mucho que vendría para después.
Al año siguiente, no pudo ser menos y deslumbró en un vestido rojo diseñado por Azzedine Alaia. Este era mucho más clásico pero igualmente dejó a todos boquiabiertos, posicionándose dos años consecutivos como la mejor vestida.
A fines de ese año, durante el desfile de Victoria’s Secret la cantante decidió no ser menos entre tanta modelo y se la jugó mostrando uno de sus mejores atributos: sus piernas.
En el desfile de otoño de Givenchy, Rihanna se consagra como un ícono de la moda usando los labios rojos, con un jockey para atrás y un velo. Siempre se trata del look completo con RiRi, y ella es una artista muy comprometida con eso.
No podíamos hacer una nota de la evolución del estilo de Rihanna sin revisar sus tenidas para una de las galas más importantes del año. En el 2014 llegó a la Met Gala con un vestido de dos partes complementado con un maquillaje suave. Al año siguiente la extravagancia tomó la mano de la cantante y se paseó como reina por la alfombra roja, destacándose entre los invitados.
El 2016 para Rihanna comenzó con nuevos desafíos en cuanto a la moda, ya que colaboró junto a Puma para lanzar una colección en conjunto. Esta fue uno de los desfiles más importantes del New York Fashion Week y tuvo a varias de las modelos más importantes del mundo desfilando para la colección.