Mostrar el currículum de Rocío Fonseca, Directora Ejecutiva de Start-Up Chile, pareciera más importante que destacar sus habilidades de líder fuera de las aulas. Es una de esas mujeres que amaríamos llegar a ser y, también, que fuera nuestra mejor amiga. Sabe que está en una posición de poder pero jamás esconde que el poco tiempo que tiene lo utiliza para conducir un programa del Estado que puso el ojo del emprendimiento en Chile. Por eso, antes de ponernos a conversar, y lejos del glamour de una sesión de fotos, Rocío saca su kit de maquillaje y se produce mientras contesta preguntas sobre empoderamiento femenino y lo que es ser la cabeza de Start-Up Chile desde 2015.
Start-Up Chile, ubicado en pleno barrio Bellas Artes, está ubicado en la quinta planta completa de un edificio con más empresas, dividido entre un par de oficinas de reuniones y el espacio de co-work que ocupan los 200 emprendimientos que año a año se consolidan en Chile para mejorar la calidad de vida de la población mundial. Gracias a eso, el programa es la aceleradora de negocios más grande de Latinoamérica, la más innovadora y una de las más diversas a nivel mundial.
(Para el que quiera saber qué ha hecho Rocío, les contamos que es ingeniera en Biotecnología de Inacap, master de la Universidad Federico Santa María y master en el MIT, más estudios continuos en las universidades de Queensland, Australia, y UC Berkeley, California. Hizo pasantías en General Motors y Toto; fue parte del programa Puente UC; trabajó en Fundación Chile, tanto como jefa de Innovación y en el Departamento de Agua y Medio Ambiente).
Además de conocer un poco más de cerca los números de Start-Up Chile, quisimos hablar con Rocío para saber sus impresiones sobre su legado al mando y qué hacen como conjunto para captar más talentos femeninos, entre otros temas.
¿Cómo es ser mujer en un campo masculino como las STEM?
Nunca he encontrado una diferencia real con los temas de género. Yo creo que en innovación, tecnología y ciencia, en Chile son campos que están súper poco explorados, es tierra de nadie todavía. Todos los que trabajamos en este mundo estamos armando recién camino y nunca lo he identificado como un tema de género. Cuando te vas a mercados más tradicionales como la minería, la agroindustria o industrias que son mucho más verticales, quizá ahí si hay una diferencia, pero en temas dirruptivos como son la innovación, el emprendimiento y la tecnología, no siento que haya una discriminación.
Si creo que por distintas razones, y lo vemos en el programa especial que tenemos, las mujeres no nos creemos el cuento. Hay millones de estudios a nivel mundial que muestran que, independiente de la religión, el país, de la familia que vengas y cómo te hayan criado, a las mujeres nos cuesta mucho más tomar decisiones y somos mucho más inseguras. Entonces, pese a que nos sacamos las mismas notas que los hombres, cuando tomamos una decisión de carrera nos vamos a donde nos sentimos más cómodas.
Ahí hay un tema de cómo nosotras, las que ya estamos trabajando en estos temas ayudamos a generar una conciencia y un colectivo más másivo para que empiece a haber mayor equidad en los temas de STEM. Como es algo nuevo nos falta mucho por apoyar. Es súper desafiante estar liderando un equipo en torno a la temática. Yo soy ingeniera en Biotecnología, vemos emprendimientos tecnológicos, mercados mundiales, entonces, tienes la oportunidad de relacionarte con gente súper distinta y creo que el rol de las que estamos en esas posiciones es de abrir las puertas, de bajar los egos y compartir los triunfos con todos y empezar a hacer esto más grande.
Y, ¿cómo demostrarle a las chicas que pueden llegar acá?
Yo creo que ahí pasa por casa.
Nosotros estamos trabajando en hartos frentes, porque trabajamos con muchas asociaciones de mujeres distintas. Específico en tecnología y emprendimiento, pero las necesitamos a todas. Cuando tu eres chiquitita, ahí estamos trabajando con las chicas de Inspiring Girls en donde vamos a los colegios, incentivamos, mostramos cosas distintas, que es lo que estamos haciendo, niñas de bajos recursos que a la única profesional que conocen es a la matrona del consultorio, literalmente. Entonces, ¿Cómo tu llevas para allá a mujeres que sean de otro campo? Ahí vamos a los colegios. A nosotras en artes manuales nos ensañaban a bordar y a los hombres les ensañaban a ser electricista. Pero, oye, si el hombre quiere bordar bienvenido y nosotras también podemos hacer las dos cosas.
¿Cómo ha sido cautivar a las mujeres para que emprendan?
Es súper difícil. Es súper peludo porque están full escondidas, hay algunas que no tanto, pero en general están súper escondidas y ahí va lo mismo de la pregunta anterior: el trabajo clave es el trabajo en redes. Nosotros no trabajamos solos, trabajamos con todo el mundo, entonces, cada vez que abrimos un llamado de postulación a nuestro programa de mujeres, conectamos a Comunidad Mujer, a las Inspiring Girls, a las Girl in Tech, Codea, Laboratoria, cuanta comunidad de femina que se te cruce ahí estamos y siempre se nos pierden muchas, y derrepente recibimos comentarios de “oh, no supe”, pese a que tratamos de hacer lo mejor para trabajar con todos, aún así hay muchas mujeres que están escondidas y que no sé si no quieren ser descubiertas o encontradas, pero nos cuesta mucho llegar.
En Start-Up Chile tenemos dos programas, uno que es específico para mujeres, The S Factory, entonces ahí es 100% postulación de chicas y para personas con identidad de género femenino. Entonces, cero discriminación. Y ahí hacemos dos llamados al año y seleccionamos a dos grupos de 25 a 30 startups cada uno, y cada año son 50 a 60 emprendimientos, cada emprendimiento puede tener 2 a 3 personas, entonces ahí tenemos más gente. Y el segundo programa, Seed, ahí ya es abierto a todo el mundo. La participación en total del programa va en un 40% de participación femenina de los 200 emprendimientos totales que recibimos al año. Los números se condicen con la realidad. En postulaciones siempre tenemos 80-20 de hombres y mujeres, y eso se ha mantenido por el tiempo. Pese a que hemos hecho este otro programa, nos cuesta mucho, porque es un tema súper específico. Emprender ya es un desafío, en tecnología es más complejo, y tienen que ser en mercados globales porque queremos que se vayan a comer el mundo, entonces, ¿Cómo cambiar esa mentalidad para llegar a eso? Es algo no menor.
“La innovación y el desarrollo tiene que ver con temas de que somos distintos y porque somos diferentes podemos salir adelante, porque si todos piensan igual, hacer cosas distintas es bien poco probable, pero si ponemos un mundo que es diverso en todo sentido, creéme que lo que puede salir de ahí es exponencialmente más maravilloso”.
¿Por qué decidieron incorporar a personas con identidad de género femenino?
Para nosotros la base de Start-Up Chile es diversificar. Es que basta con la cultura vertical, basta con esta cosa de que somos todos iguales. La innovación y el desarrollo tiene que ver con temas de que somos distintos y porque somos diferentes podemos salir adelante, porque si todos piensan igual, hacer cosas distintas es bien poco probable, pero si ponemos un mundo que es diverso en todo sentido, creéme que lo que puede salir de ahí es exponencialmente más maravilloso. Primero hicimos el programa TSF y después dijimos que nos faltaba un componente de diversidad, y esa es la diversidad de género. Así de simple. Creémos que en la diversidad están las grandes cosas. Lo hace todo, en temas de carrera, de género, de creencias, cultura, países. Esa es la magia de Start-Up Chile, la diversidad y la tecnología, obvio.
¿Cuáles son los logros que ha tenido Start-Up Chile?
Yo creo que el principal es haberle cambiado la mentalidad a los chilenos en términos de innovación y emprendimiento, de creerse el cuento, de que tenemos que dejar de ser chaqueteros y entender Chile es un país bacán para emprender, desde acá hacia el mundo. El de dejar de decir “oye, cómo se te ocurre”, sino que ahora es ir global.
Obviamente que nos queda mucho por hacer en ese sentido, pero creo que ese es un gran cambio.
Creo que otro gran cambio es este programa de mujeres, y ahora la apertura con identidad de género femenino, es súper dirruptivo a nivel mundial. Constantemente nos están mirando. Y por último, creo que el otro tema importante es poner la tecnología sobre el tapete. De dejar de vivir de la minería, la agroindustria, la pesca y abrir una industria que es la tecnológica, donde tenemos un potencial de escalabilidad mundial.
Los emprendimientos que están en Chile haciendo sus negocios pagan nuestro programa con sus ventas anuales. Nosotros somos dinero del Estado, pero gracias a los emprendimientos que están acá, facturando y generando empleo, se encuentra autopagado. Es sustentable por sí mismo.
¿Qué logros se lo adjudicas a tu mandato en Start-Up Chile?
Es difícil definir eso, porque pienso más en el equipo que en mi.
Creo que la estructura del programa, de pasar de uno que era percibido como atracción de talento a un programa que es hacer negocios tecnológicos y en el que veamos el emprendimiento como un tema serio y no algo de moda o cool. Eso lleva procesos, relaciones con empresas, relaciones con inversionistas.
Seguimos siendo cool, pero lo que queremos cambiar no es el corazón del programa, el de atraer gente talentosa de todo el mundo, pues un componente grande es chileno. Soy chilena y orgullosa de eso, es más bien la estructura, la conexión de hacer negocios y rentabilizar el programa es algo que ha sido de mi administración.
¿En qué posición se encuentra Chile con respecto a otros mercados que son potencias en emprendimiento?
Yo soy súper positiva, en el sentido de que en Chile resolvemos problemas reales.
En Silicon Valley están preocupados del auto volador y de irse a Marte, cuando nosotros estamos preocupados de eliminar el hambre, los problemas energéticos, escasez de agua, temas sociales y de desarrollar tecnologías en torno a esto. De cómo una industria tradicional como la minería u otras se digitalizan. Eso hace único el emprendimiento en Chile y que no lo ves a nivel mundial. Haces cosas por problemas que son absolutamente reales y en donde a todo el mundo le duele el estómago.
“En Silicon Valley están preocupados del auto volador y de irse a Marte, cuando nosotros estamos preocupados de eliminar el hambre, los problemas energéticos, escasez de agua, temas sociales y de desarrollar tecnologías en torno a esto”.
A nosotros nos están ocupando como plataforma. El idioma español es el segundo más hablado a nivel mundial, entonces, abrir desde el país hispanohablante con mejor reputación de Latinoamérica, permite expandirte automáticamente al resto del mercado hispanohablante. Y también, el tema de las soluciones, porque tenemos un país que es tan diverso geográficamente, con tantas realidades distintas; entonces, si tu vienes a pilotear un producto acá, fácilmente lo puedes extrapolar a cualquier parte del mundo. Nuestro país está siendo ocupado como laboratorio de experimento y por eso atraemos a tanta gente.