Rocío creó el personaje Miss Pelarco y ahora acaba de lanzar el calendario “Chica XXXXXL”. “Al principio fue difícil asumir que iba a ser expuesta ante más personas usando ropa interior o desnuda, me daba vergüenza ya que la sociedad me había enseñado que mi cuerpo no era aceptable, ni saludable, ni admirable. De todas formas me atreví”, nos cuenta.

Ella es Rocío Esmeralda Hormazábal Vallecillo, vive en San Bernardo y cuando su mamá rompió fuente estaba en el supermercado un primero de mayo de 1982. Nació con el cordón en el cuello “o sea, con collar como las reinas, puro glamour”.

De niña Rocío Hormazábal se creía, como dice ella, bailarina de ballet, modelo, Nadia Comaneci, entre otros campos de las artes que exploraba con completa templanza. Inventaba shows en su casa, muy inquieta. A los cuatro años entró a kínder y sus compañeros ya no podían soportar sus aptitudes artísticas.

Se educó en colegios estatales con números, hasta que entró a la enseñanza secundaria en un colegio religioso donde la culpa estaba a la orden del día y nada era artístico u original porque se le catalogaba de inmediato como raro, impuro y desobediente. “No sé qué hacía ahí. En segundo medio mi mamá se entera de un colegio artístico que estaba en plena Alameda y las opciones estaban entre ballet, música o artes visuales, fue así como después de exámenes entré al ISUCH a estudiar artes en la Universidad de Chile, ahí comenzó todo”.

Hormazábal es artista visual, fotógrafa, actriz y modelo. “Reconozco que me gusta estar más adelante que detrás de la cámara y eso lo descubrí en la escuela de artes cuando los compañeros comenzaron a pedirme que modelara para ellos. Al principio fue difícil asumir que iba a ser expuesta ante más personas usando ropa interior o desnuda, me daba vergüenza ya que la sociedad me había enseñado que mi cuerpo no era aceptable, ni saludable, ni admirable. De todas formas me atreví”.


La multifacética artista se piensa desde la gordura, es crítica de los movimientos Plus Size, y mira con atención las políticas gubernamentales que encierran a los gordos en la enfermedad.

Los cuerpos plus size parecieran ser cuerpos aceptados por la norma, algo así como una gordura normativa que le sirve como lavado de imagen a las agencias publicitarias que por décadas se han burlado de los gordos y los han excluido de la realidad ¿Qué opinas de los movimientos plus size? ¿Ayudan al activismo gordo? 

Si bien es cierto, me enteré hace poco del movimiento pluz size en Chile, lo cual encuentro increíble ya que mis obras se basan en una mirada crítica al estereotipo de belleza de la mujer que nos impone la sociedad, esto lo vengo trabajando desde el año 2003 cuando cree el personaje virtual llamado “Miss Pelarco” donde me proclamé como una reina de belleza planteando que una gorda si podía ser digna de ganar ese certamen, eso no se veía en Chile en esos años y la idea era tan absurda como mi corona de plástico y las buenas intenciones de la Miss por lograr la paz mundial.

¿Cómo piensas el cuerpo? ¿De qué manera la gordura se entiende en los cuerpos y en los cuerpos de las mujeres, de lxs trans, y de los cuerpos desobedientes sexuales?

Creo que el cuerpo se entiende como gordo de infinitas formas, pues siempre nos vemos gordos, muy pocas mujeres se señalan como delgadas y esbeltas, siempre se encuentran algo, sin embargo son cuerpos normales, no de revista -esos cuerpos escuálidos que los venden como saludables. La desobediencia existe en cuanto te das cuenta de eso y te importa cada vez menos el qué dirán. La desobediencia está en cuánto te revelas.

Hoy hay movimientos de activismo dedicados a tensionar las relaciones que existen con el cuerpo y el binario sanidad/enfermedad y flaco/gordo. 

Desde que descubrí el activismo gordo lo encontré genial y necesario, me sentí acompañada e identificada, como la abejita de Blind Melon. Conocí a Andrea Ocampo y Lucrecia Masson, por nombrar algunas, y las encontré geniales, pues con ellas comparto varias opiniones y veo que nos suceden las mismas cosas, es muy bueno tener con quien discutir estos temas y, por qué no decirlo, compartir datos de pilchas, ropa interior y aunque suene muy frívolo es todo un tema para la gorda en este país donde las tallas son ridículamente XL y marcas como Extra Lindas nos Extra Uniforman a las Extra Gordas, donde una blusa es tanto para una lola como yo y para una señora de 60 años. No puede ser. En la adolescencia me vestí como hippie porque eran ropas anchas y escondían mi figura, también usé mucho buzo ancho, hasta que me di cuenta que en realidad era ridículo esconderse.

Soy gorda y se me notará aunque use una carpa, esto es lo que tengo y es lo que soy, por lo tanto con este cuerpo trabajo.

¿Crees que les gordes deberíamos comenzar a vincularnos más para propiciar cambios y radicalizar la aceptación de las desobediencias corporales?

Hasta ahora creo que se está haciendo muy bien, vamos por buen camino apoyándonos desde las redes sociales y eso nos llevara, tal vez, a juntarnos con más frecuencia y a apoyarnos. Me parece super interesante el ruido que se está provocando con esta rebelión de los gordos, donde nos destapamos para hacer evidente esa aberración con la que nos tildan.

Pareciera que les gordes hemos vivido siempre en dieta, siempre con algún dato de la nueva mejor nutricionista del pueblo y de sus regímenes controladores, fascistas, autoritarios…

Desde los 8 años que estoy a dieta, es decir desde esa edad que vivo con la angustiante esperanza de poder adelgazar, es una tortura.

Subo y bajo de peso, pero jamás seré delgada, me costó entenderlo, pero así es.

Apenas entré al colegio supe que era gorda, antes me lo decían, pero no entendía mucho de qué se trataba, hasta que en el colegio me enteré de la violencia que sufriría a lo largo de mi vida. Por eso me identifiqué mucho con el libro de Virgie Tobar “Tienes derecho a permanecer gorda” donde en el primer capítulo relata algo muy parecido:

“Los niños del colegio me enseñarían algunas cosas, como que nadie me querría nunca y que era asquerosa por culpa de mi cuerpo gordo”. Esto me recordó a una frase que me dijeron más o menos a los 10 años y me marcó mucho, aun la recuerdo latente; Debes adelgazar, porque cuando seas grande nadie te va a sacar a bailar.

Estas ideas siempre van ligadas a la salud, al discurso institucionalizado de la salud, que se crea desde flacos para flacos. ¿Te toca encontrarte con estos argumentos ‘de la salud’ muy a menudo?

Es de todos los días escuchar que debo hacer dieta por salud, como si ese argumento fuera capaz de dejarme callada y asentir sumisa. Es cierto que la gordura arrastra un montón de enfermedades, pero ¿Qué pasa con el alcohólico? ¿El fumador? A ellos no se les nota la adicción por lo tanto nadie les anda predicando con la palabra de la salud de nuestro señor. Pienso que el gordo sabe que tiene que adelgazar, la gente nos lo dice como novedad: sin ir más lejos una vestuarista de una productora (para quienes grabaré un capítulo de una serie) me dijo mientras me probaba el vestuario: Es que tú tienes que adelgazar.

¿Realmente creen que el gordo no lo sabe? Por supuesto que sí y en mi caso se exactamente lo que debo y no debo comer, siempre estoy pendiente de lo que me echo a la boca, pero es mi opción, mi decisión.

Santiago de Chile puede parecer muy hostil. La gente te frena en la calle, te dice gorda, te da datos para que hagas dieta. ¿Cómo ha sido para ti vivir la gordura en este país?

En Chile es difícil ser gorda, o bien catalogarse como gorda que es peor. Hay muchas mujeres de cuerpos aceptables, o mucho más delgadas, que me escriben diciendo que les gustaría tener la mitad de seguridad que tengo, que se atormentan por tener un rollito, estrías, piernas anchas, etc. dicen que les gustaría ser como yo, a lo que les contesto; cuando tú quieras ser como tú, serás como yo. Y viendo este problema en reiteradas ocasiones es que decidí crear el Calendario Chica XXXXL, el cual es una recopilación de mi trabajo como modelo a lo largo de mi carrera como tal, un trabajo artístico colaborativo donde 10 fotógrafos me donaron las fotografías para armar dicho calendario, en él se puede apreciar que una gorda puede ser objeto de deseo y puede trabajar como modelo también. Lo enfoqué para promover la auto aceptación del cuerpo femenino y como siempre digo, es justo y necesario salir del “Closet de los Gordos” donde la necesidad de aceptarse como tal es imperante, pues desde la aceptación puede lograrse un cambio (adelgazar si así lo quieres), no desde el odio a tu cuerpo. En verdad es justo y necesario, amén.

Este calendario lo estoy distribuyendo personalmente, hice la primera edición y ya se fue, lo llevaron tanto hombres como mujeres, algunos lo pedían para sus parejas porque se identificaban con la rebeldía del trabajo. Ahora salió la segunda edición y ya hay varios reservados para regalo de navidad, me encantó eso, no pensé que tendría tanta aceptación, la verdad es que estoy muy agradecida de eso. Para quien lo quiera obtener puede ubicarme en Instagram, yo voy desde San Bernardo al centro o a el lugar más conveniente a dejarlo, la autogestión es mi copiloto.

Los fotógrafos que participan del Calendario Chica XXXXXL son: Pablo Fattori (a cargo del diseño también), Zaida González, Ignacio Vallejos, Valentina Jara, Mario Ferreira, Rene Hormazábal, Consuelo Achurra, Marcelo Muñoz, Marco González y Andrés Cruzat.