“Los elementos: asedios y voces del grupo Congreso”, cuenta la historia de una de las bandas más influyentes pero no tan conocidas de la música popular chilena.

Rodrigo Pincheira Albrecht es profesor de Historia y Geografía, periodista y Magíster en Humanidades y Arte. Fue editor de cultura y espectáculos del Diario El Sur de Concepción y colaborador del suplemento dominical La Gaceta del mismo periódico donde escribió cerca de 500 artículos, entrevistas, reseñas, comentarios musicales y culturales.

Actualmente está presentando su libro sobre la historia del grupo Congreso.

“Los elementos: asedios y voces del grupo Congreso”, recorre la trayectoria del grupo chileno a través de 13 entrevistas a sus actuales integrantes y algunos miembros históricos y cinco acercamientos, que el autor llama asedios, donde se propone una provocadora mirada sobre la banda, en un diálogo intertextual que problematiza, tensiona y sugiere algunas interrogantes, también revisa la extensa obra del reconocido grupo como una manera de reconocer su valor y significado en la música popular chilena.

El libro está dividido en dos partes: la primera con 13 entrevistas a sus actuales integrantes y los históricos Fernando y Patricio González, Joe Vasconcellos, Jorge Campos, Renato Vivaldi y Ernesto Holman, quienes dialogan sobre aspectos biográficos, musicales, políticos, sociales y su rol en la historia cultural del país, dando una perspectiva individual y colectiva de la banda porteña, así como su ideología, formas de trabajo y el fundamento de la construcción de sentido de una extensa obra que desde sus inicios configuró una estética y una ética que permanece sin alterar por cerca de 50 años.

En conversación con POUSTA, Pincheria recalcó que estas entrevistas son “pequeñas lecciones de vida que van más allá de la música y donde también se devela un país, con sus tiempos y espacios”.

Sobre la banda dirá: “Este modo contracultural, fuera del standard de la música y del mercado, ha producido una obra magnífica donde tienen cabida la evolución y las pulsiones de la música popular, así como también la intimidad y la resonancia social, la poesía, el testimonio, la metáfora histórica y algo muy importante, nos han regalado ciudadanía cultural”, agrega.

¿Qué tienen en común bandas como Congreso con las de hoy, existe alguna correlación?

De todas maneras. La música popular es un continuo y están todas conectadas, más ahora en que estamos globalizados e interconectados. En el caso de la música popular chilena, desde 1960 en adelante, cuando aparece un tipo de creación musical de mayor profundidad y alcance con la figura epifánica de Violeta ParraCongreso ocupa un lugar significativo en la cultura nacional pero aún no tiene la relevancia social que se merece. Su trabajo sigue siendo contracultural y a contracorriente y de algún modo tiene ese malestar de la cultura, como decía Freud.

Congreso, dialoga con Entrama, La Pedro Band, Ensamble Rukantü, Napalé, Bordemar, Cántaro, Bizikleta, Sexto Piso, Tryo o Quilín, entre muchos grupos de fusión. Y del pop a través del formato canción, ya sea porque sus discursividades son similares y apuntan a temáticas sociales, culturales o de género, como por ciertas sonoridades chilenas y latinoamericanas que utilizan. Ahí mencionaría a Fernando Milagros, Nano Stern,  Gepe, Magdalena Matthey, Francesca Ancarola, Eli Morris, o Manuel García.

¿Qué lugar ocupa la música popular en el oído de los chilenos?

Un lugar de mucha importancia, más de la que a veces se le otorga o se cree que tiene. La música popular vive en nosotros desde que nacemos y morimos. Su poder es capaz de constituir comunidades, dar identidad, sentido y razón como decía Víctor Jara, patrimonio, ciudadanía cultural.

Escuchar, ese rito tan personal e íntimo, articula procesos de conexiones consigo mismo y cuando eso se produce, estás en el territorio de la interioridad, un espacio donde cabe la reflexión, el pensamiento, el estímulo de las sensibilidades que va desde cuestiones de género hasta lo político.

La música popular está en el cotidiano. Suscribo lo que señala Stuart Hall que lo popular son aquellas formas y actividades cuyas raíces están en las condiciones sociales y materiales de determinadas clases que quedaron incorporadas a tradiciones y prácticas, con relaciones en tensión permanente con la cultura dominante. Contiene todas aquellas cosas que el pueblo hace o ha hecho, prácticas que dan sentido y profundidad. Una canción no salva al mundo pero a veces descubres un camino secreto y  bello cuando una de ellas, una melodía o un ritmo, se anidan en tu persona para siempre.